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capítulo diecisiete
¿la cita?
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Bruno le caía bien. Desde el principio, cuando llegó, había sido amable con ella. Siempre intentaba sacarle una sonrisa (lo que se le daba muy bien) además de integrarla con el grupo. Sin duda era uno de los chicos del grupo con el que mejor se llevaba, aun cuando se llevaba bien con todos. Podía afirmar eso recién ahora, en este momento luego de su conversación con Gonzalo donde había aclarado todo.

—¿A dónde vamos? —preguntó ella. Sentía su estómago rugir. Ahora que sabía que comería no podía aguantarse el hambre que estaba por volverla loca.

—Te voy a sorprender—respondió muy tranquilamente el rubio, guiando los pasos que debía dar por delante de ella. Agradeció que no hubiera gente en la calle. Si la gente los reconocía no había forma de salir de allí. En cuanto llegaron al restaurante ella se sintió mal. ¿Se había vuelto loco? No había forma de que ella pudiera pagar un cubierto de ese lugar. ¿Qué comería? Seguramente tendría que arreglárselas con agua y pan. Quiso negarse pero Zuculini se lo impidió, abriendo la puerta para dejarla pasar.

No podía simplemente retroceder y salir. Ya no había escapatoria.

En cuanto puso un pie dentro un hombre se les acercó para indicarles donde sentarse. Pocas veces en su vida la chica recordaba haber ido a un lugar así. Seguramente las veces que lo había hecho era por un acontecimiento importante. No algo tan banal como tener que esperar una grúa. Si hubiera sido por ella habría ido a un McDonalds.

Antes de sentarse Bruno se puso de pie, excusándose diciendo que tenía que dirigirse al baño. No preguntó dónde era. Seguramente ya conocía el lugar.

Su celular vibró, acababa de llegarle un mensaje. Una sonrisa apareció en su rostro al leer de quién se trataba.

Gonza

todo bien?

Le extrañó que le mandara un mensaje, pero estaba demasiado (gratamente) sorprendida como para ponerse a pensar en la razón. Le envió una foto de su cara en ese momento, fingiendo molestia.

Noooooo

Se murió el auto

Inmediatamente llegó la respuesta de él.

Gonza

que?

por qué?

No se, no soy Toretto

Gonza

🤣

y ahora dónde estas?

La pregunta la tomó por sorpresa. Una parte de ella no quería decirle la verdad y no entendía por qué. No estaba haciendo nada malo yendo a comer con Bruno. Muchas veces había compartido almuerzos con otros jugadores del plantel. Pero esta vez era diferente y sentía la necesidad de omitir cierta información.

Lo vio al rubio acercándose, volviendo a la mesa. Se dejó caer en la silla frente a ella, con una sonrisa al verla. Ella aún debía contestarle al chico en su teléfono que incluso había vuelto a enviar otro mensaje que le hizo latir más rápido el corazón.

Gonza

querés que te vaya a buscar?

Sí. Eso fue lo primero que se le pasó por la cabeza. Se mordió el labio ante tal gesto, que le dio ternura. Sonrió inevitablemente y no supo porqué.

THE PSYCHOLOGIST | Gonzalo MontielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora