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capítulo seis
terapia de grupo
————————Como se acercaba el último partido de la temporada le habían pedido que llevara a cabo una especie de cierre entre todos los jugadores.
Una vez fijaron las ideas principales de las que el cuerpo técnico quería hablar le permitieron que ella adhiriera las que creyera necesarias.
—¿Crees que deberíamos estar nosotros?
Desde el punto de vista profesional era preferible presentarse de manera independiente y trabajar de esa misma forma. Aunque, no le gustaba decirlo porque no era éticamente correcto, pero tener a algunas personas del cuerpo técnico a su lado le serviría de apoyo.
Ella no los conocía y se sentiría incómoda era verdad, pero, ¿no debería aprovechar esa oportunidad para salir de su zona de confort y afrontarlos de una vez?
—Prefiero que no. Es un buen momento para crear el vínculo.
Le dijeron que estaba bien y le desearon suerte. Valentina se dijo que la iba a necesitar.Había trabajado con grupos, pero no grupos tan grandes. «Vos podés» se alentó internamente.
Entró al gimnasio. Era un lugar amplio y tranquilo donde podrían desempeñarse sin ningún problema. Lo había elegido porque nadie los molestaría, no se distraerían y era luminoso.
Cada uno de los jugadores estaba concentrado en otra cosa. Hablaban entre ellos. Algunos usaban sus celulares. Ni bien la vieron entrar dejaron sus cosas y se centraron en ella.
El silencio repentino le causó una puntada en el estómago.
—Buenos días—hablaba muy bajito. Tanto que creyó que no la iban a escuchar. Pensó que debía repertirlo pero enseguida se encargaron de responder—Soy Valentina. Como sabrán, soy su psicóloga.
Todos habían comenzado a formar un círculo a su alrededor.
—Hoy me pidieron que nos reunamos para hablar del semestre que tuvieron pero también me parece una buena oportunidad para conocernos.
Algunos le sonrieron, como dándole un estímulo. Otros susurraban cosas a sus compañeros.
—En general, es preferible que eso se haga individualmente pero creo que estaría bueno tener una primera mirada de ustedes antes de las consultas.
Al principio ninguno decía nada hasta que algunos se animaron a asentir y mostrarse de acuerdo. Valentina apostaría un dedo de su mano a que ninguno la estaba escuchando.
—¿Les parece si nos sentamos en círculo?
Se sentía una boluda. No eran nenes de tres años; eran pibes grandes, hombres incluso, y debía tratarlos como ello. No como niños que están haciendo la iniciación en el jardín de infantes.
Le hicieron caso y se colocaron uno al lado del otro.
—La idea es que cada uno diga su nombre y alguna reflexión acerca de estos últimos meses—algunos la miraron confundidos pero no supo apreciar si eso era porque no les gustaba la consigna o si por consiguiente, estaban pensando un momento clave que quisieran compartir—. ¡Puede ser referido a lo que quieran!
—¿Arrancás vos, dieciocho?—todos los presentes soltaron risas.—Perdón, todavía no se sus nombres.
Tenía el cabello azabache y era un poco cabezón. Su mirada risueña la hizo sonreír.
—Mi nombre es Camilo Mayada—dijo. Todos rieron, incluida Valentina quién comenzó a tomar nota en su libreta—. Soy defensor y para mí el momento más feliz del semestre fue la final de la Libertadores.
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THE PSYCHOLOGIST | Gonzalo Montiel
Fiksi PenggemarGonzalo solo quería volver rápido a la concentración. Valentina solo quería conservar su trabajo.