Love letters to Min Yoongi.

Quinto Capítulo.

Yoongi había recibido la carta de la torpe y malagradecida chica pero no quería abrirla, el día de hoy no estaba con el ánimo suficiente como para leer palabras que le hicieran enojar vanamente.

Jungkook incluso había pedido leerla primero para así preveer si el estado emocional de su mejor amigo se vería afectado negativamente, pero éste se negó; pues si las palabras plasmadas en aquella carta estaban con el propósito de hacer molestar a Min Yoongi, no había nadie más que debía leerla más que Min Yoongi.

El de cabello platinado y sonrisa oculta era comido vivo por la intriga que tenía al querer saber la respuesta de la distraída chica y también gobernado por el orgullo de no querer ni abrir el sobre.

—Sé que tú también tienes mucha curiosidad por saber que fue lo que escribió. —Habló Jungkook mirando a su mejor amigo analizar la carta que estaba frente a él. —Vamos hyung, hazlo por mí. ¡Odio quedarme con la duda!

Yoongi miró al desesperado niño a su lado expresar todos los sentimientos que él no podía expresar con tanta facilidad.

—Ya sé, ya sé. —Interrumpió los pensamientos de Min Yoongi. —Si tú ganas, no la abrimos hasta que tú quieras. Si yo gano, la abrimos y leemos ¡Ahora mismo!

La mano de Jungkook estaba en medio de ellos dos, era obvio que Yoongi había comprendido completamente a que se refería su mejor amigo, pero nunca había estado tan inseguro de resolver algo por medio de Piedra, Papel o Tijera.

—Piedra... Papel.... o Tijera. ¡Ah, carajo Jungkook!
—La pequeña mano, a comparación del otro jugador, de Yoongi había sido cubierta por la, equivalentemente más grande, mano de Jungkook.

—Lo siento hyung, papel gana a piedra. —Río el adorable menor. —Ahora, abre esa carta antes de que me dé un infarto de tanta duda.

Yoongi miró por unos segundos con duda al escuchar lo que acababa de salir de los labios del menor y después de recibir una mirada de regreso, tomó la carta y con cuidado en todos sus movimientos comenzó a abrirla.

El sobre que contenía la carta había sido puesto en la mesa con lentitud por el mismo Yoongi, provocando que el castaño desesperara aún más.

—¡Apresúrate hyung! ¿Cómo es que en tus movimientos eres muy lento, cuando tu lengua se mueve muy bien? —Reclamó mirando fijamente a quien estaba frente a él.

—Jungkook, nunca vuelvas a decir que mi lengua se mueve muy bien en voz alta, suena muy raro. —Rió cubriendo su cara.

El castaño de ojos brillantes miró a quien acababa de hablar con confusión y después de segundos de mirar la vergüenza reflejada en los ojos de su mejor amigo, entendió a lo que Yoongi se refería.

—Mejor sigue haciendo lo que dijimos que harías.
—Habló con las mejillas sonrojadas.

Yoongi abrió la carta y al comenzar a leer las palabras que estaban escritas, con Jungkook detrás de su hombro leyendo, su expresión fue diferente a la que él esperaba.

—Hmm, no era lo que yo esperaba. —Dijo Yoongi al terminar de leer y comenzar a doblar de nuevo el papel con palabras.

—¡Espera, espera! Aún no he terminado de leer.
—Reclamó Jungkook, a lo que el de cabello platinado dejó que terminara su lenta lectura.
—Kim Eunmi... Wow, suena arrepentida ¿Que fue exactamente lo que le escribiste hyung? ¿Que tipo de libro le ofreciste?

Yoongi recordó sus palabras en la carta que estaba siendo respondida, pero con un gesto de poco entendimiento fingió no recordar nada.

—¿Le escribirás de vuelta? —Preguntó el castaño guardando la carta en su sobre de vuelta, quien miraba hacía el frente sin tener exactamente un pensamiento suspiró y levantó los hombros como respuesta. —Si es que lo harás, procura ser amable. No sé quien sea, y tú tampoco lo sabes, pero no creo que entre desconocidos deba haber este tipo de “odio”.

Jungkook se levantó y comenzó a caminar hacia el edificio que tenían en frente: —¿Tienes clase o te irás a casa? —Preguntó mirando a quien aún seguía sentado.

Yoongi levantó la mirada y pensó en la pregunta que le hizo el menor: —Iré a casa, necesita una respuesta. —Sonrió.