Décimo Segundo Capítulo.

3.2K 397 4
                                    

Eunmi el día de hoy no había recibido ninguna carta de parte de Min Yoongi, y eso le hacía sentir vacía.

Su casillero solo había sido revisado una vez en todo el día. Chaeyoung ni siquiera preguntó sobre aquel curioso chico de letras secas.

Las manos de Eunmi estaban vacías, pero su mente no. Min Yoongi no es alguien por el que sienta algo en especial, pero simplemente se convirtió en el escape más inesperado que ha tenido durante años.

Con varias llamadas a su mejor amigo en busca de saber más sobre Min Yoongi, se vió con aún más dudas.
Namjoon podía ser el más listo de su generación, pero no el más observador.

“—He escuchado su nombre, pero no recuerdo haberlo visto. Todos dicen que es un genio. ”

—Un genio al cual le gusta ser casí invisible.
—Repetía Eunmi cada vez que aquellas palabras llegaban a su mente de nuevo.

La castaña después de tan larga jornada estudiantil, por fin fue a buscar lo que la mantenía distraída durante el día.

La sonrisa que no había sido mostrada más que para agradecer a sus profesores ser unas personas piadosas en cuanto a la tarea, apareció, al ver el blanco sobre dentro de su vacío casillero.

Durante todo el camino pensó en lo mucho que quería leer la carta, pero ese deseo se reprimía por ella misma al desear también leerla en su habitación sola.

La casa sola y con cierto sentimiento de melancolía y enfermedad, hicieron que pensara en lo mucho que le gustaría que su vida cambiara.
Su habitación a pesar de tener un dulce color rosa, se veía sin gracia; ni siquiera era su color preferido, pero tiempo atrás ella se sentía feliz con el, cosa que ahora quedó atrapada en las paredes de colores pastel.

—Min Yoongi, ¿Alguna vez te has sentido gris entre colores? —Preguntó mirando el nombre que tenía el sobre. Sus pulmones soltaron un suspiro y sus manos abrieron lentamente rápido el sobre que no había soltado desde que lo tomó.

Las palabras dibujaban una sonrisa en los labios de quien la leía detenidamente.

Sus ojos rodaron y su risa escapó al leer la descripción acerca de sus piernas y al leer las palabras con las que firmaba el autor de la carta.

Sus ojos rodaron y su risa escapó al leer la descripción acerca de sus piernas y al leer las palabras con las que firmaba el autor de la carta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Love letters to Min Yoongi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora