Vigésimo Segundo Capítulo.

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—Espero que las conteste con sinceridad, así como prometió. —Murmuró Yoongi al guardar las cartas que enviaría a Eunmi en su mochila. Jungkook no había sido compañía de Yoongi el día de hoy por cuestiones laborales con su padre; por lo que el de cabello platinado tendría que lidiar con su día solo y sin las bromas con poco sentido de su mejor amigo.

Yoongi estaba tan ansioso porque Eunmi leyera y respondiera cada una de las preguntas que él se había dado la tarea de formular, por lo que ni siquiera tenía tantas ganas y motivación para entrar a sus dos últimas clases.
Por lo que trató ser lo más sigiloso posible al pasar por el pasillo en el que se encontraban sus profesores.

Al llegar a las escaleras suspiró al saber que su escape salió victorioso, o casi.

—¡Yoongi hyung! —Gritó una voz detrás de él. El de baja estatura y pasos silenciosos se giró para enfrentar al de la voz indiscreta y a sus profesores quien le sonreían esperando a que este le dijera que los vería en clase.

—¿Te conozco? —Preguntó irritado.

Namjoon negó con la cabeza sonriendo: —No, pero espero que podamos hacerlo. —Dijo sin dejar de sonreír. Yoongi le miraba confundido. ¿Le habló solo para decir eso?

Aún si sus profesores ya le habían visto, Yoongi seguía con la idea de marcharse antes de tiempo, sus ojos dejaron de analizar al rubio frente a él y sus pasos comenzaron a caminar el camino que había propuesto en su mente.

—¡Espera! ¿Ya te vas? —Preguntó Namjoon interrumpiendo los pasos del mayor de nuevo.

Yoongi con suspiros de desesperación asintió sin palabras en su boca.

—Me gustaría hablar contigo sobre algo. ¿Puedo?

—No tengo tiempo para lo que sea que quieras hablar, tengo muchas que hacer. —Soltó Yoongi continuando con su caminar.

—¿No tienes tiempo ni siquiera para Eunmi?
—Preguntó en voz alta. Yoongi se detuvo tres escalones después, y giró su cabeza hacía quien le había desesperado con tan solo pocas palabras.

—¿Quien te habló de ella? —Preguntó con un puñado de sentimientos revueltos. Namjoon sonrió y agachó la cabeza: —Es mi mejor amiga. ¿Lo sabías?

Su mejor amigo.
¿El mejor amigo de Eunmi era ese rubio de piel morena que aún si lo ha topado varias veces sin cruzar palabras, Yoongi podía decir que no le agradaba?

—Te vas porque quieres enviar esa carta ¿No? —No había ninguna carta en la mano de Yoongi, pero Namjoon no se equivocaba al decir el motivo de su escape.

—¿Se la das tú entonces? —Sonrió Yoongi.

—¿Se la das tú entonces? —Sonrió Yoongi

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Love letters to Min Yoongi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora