Soulmates |Juliantina| |AU|

2: "Te quiero..."

Y ahora ahí estaba ella. Acostada en la cama con el teléfono en las manos, leyendo el mensaje de Juliana.

"Hey... Extraña!"

Valentina leyó esas dos palabras como cincuenta veces. La morena tenía razón, no la había visto en varios días. Sobre todo porque inventó muchas excusas para estar sola. Quería pensar, pero al final decidió que tenía que hablar con Lucho. De todos modos, no estaba dispuesta a contarle a Juliana sobre sus sentimientos por ella. Tal vez si se emborrachaba de nuevo, podría hacerlo.

"Qué brillante eres, Valentina...". Pensó irónicamente.

"Hey! ¿Qué tal?". Le devolvió el mensaje, tratando de relajarse.

"¿Cuál es tu excusa para hoy? ¿Te rompiste un hueso o algo?"- Juls.

"La verdad es que estaba pensando en llamar al doctor, ¡No puedo sentir mis oídos! :("

Y entonces la morena envió otro mensaje.

"Jaja... Eso me deja en claro que no quieres verme :( pero no me importa, yo a ti sí... ¿Que quieres hacer hoy?"- Juls.

Valentina sonrió bobamente. Hablar con ella era muy fácil, no tenía que pensar qué decir, parecía como si las palabras salieran por sí solas.

"No lo sé. Estoy muy aburrida aquí..."

"Yo también. ¿Quieres que salgamos un rato?"- Juls. 

"¡Sí! O sea, no salir, pero podríamos utilizar la sala de cine aquí en mi casa... ¿Qué te parece?"

"Tenemos un trato, morrita."- Juls.

La rubia sonrió como adolescente enamorada, permitiéndose ser feliz sólo por un momento. Hasta que se dio cuenta de que iban a estar solas esa noche. Esperaba que nada "raro" pasara entre ellas, porque no podría contenerse. Estar con la menor las últimas semanas exigió mucho autocontrol.

"No pasará nada". Se prometió en silencio. Tenía que lograrlo. No solo por ella misma, sino también por Lucho y Juliana.

A pesar de que pasó varios días evitándola, estaba desesperada por salir con ella y eso hizo que se sintiera rara y temiera lo que pudiera pasar. Especialmente, esa noche cuando lo más probable era que durmieran juntas en la sala de cine, se les había hecho costumbre pasarse ahí las horas, fingiendo ver películas, mientras hablaban y hablaban de sus vidas. Así que... Mantas, almohadas, y sólo ellas dos. Quizá no era tan buena idea considerando las circunstancias.

Pero un tiempo después, donde se había perdido en sus pensamientos, fue que escuchó el timbre... Juliana había llegado, y sin poder evitarlo, corrió para abrir la puerta.

-Hey...- saludó la rubia, con los nervios a flor de piel.

-Qué onda Val...

Se analizaron unos segundos, ambas con un brillo en la mirada. Y es que habían pasado ya varios días desde que se vieron por última vez.
Valentina no pudo evitar pensar que la morena se veía aún más hermosa de lo que recordaba, con su cabello suelto y esos ojos tan profundos.

Juliana en cambio sentía que el corazón se le saldría del pecho, había estado algo decaída ya que sabía que la rubia la estaba evitando, y aunque decidió darle su espacio, desde lo sucedido en la alberca, dónde casi se besan, no habían tenido comunicación. O al menos, no mucha. Y eso no le gustaba. Por eso mismo ahora, que la tenía frente a ella, tan linda como siempre... No podía evitar las malditas mariposas en su estómago, y menos, cuando la mayor la abrazó.