Llegaron en cuestión de minutos a la mansión Carvajal, y fueron a sentarse unos minutos a la cocina. Ahí estaba Silvina preparando comida.-Niñas- asintió sonriendo suavemente- ¿Cómo les fue?
-¡Bien!- dijo contenta Valentina, soltándose el cabello, y haciendo sonreír inevitablemente a Juliana- Estamos mejorando nuestra condición, ¿verdad?- miró a la menor.
-Cierto...- la imitó, soltando su cabello también.
-Me da gusto oír eso- tapó la olla que estaba revolviendo, y las miró a ambas- ¿Se quedará a comer señorita Juliana?
-Ehh... Sí. Sí- asintió, ante la mirada brillante de la rubia- Gracias.
-Muy bien. No es nada- dijo Chivis y tomó su monedero- Tengo que ir a comprar algunas cosas que faltan, ¿necesitan algo antes de que me vaya?
-No, no. Puedes ir tranquila, Chivis- respondió Valentina- ¿Comerán aquí Santiago o Eva?
-Tengo entendido que ambos- asintió, haciendo que los nervios se instalaran en Juliana- No tardaré, solo tengo que ir a la tienda. Ya regreso.
La rubia asintió y ambas vieron como la mujer mayor salía de la cocina y desaparecía de su vista.
-Parece que habrá comida familiar aquí- dijo, después de unos segundos.
-Sí...- suspiró suavemente la menor- Parece que sí.
-¿Estás bien?- se preocupó un poco al verla con una expresión en blanco.
-Sí, yo sólo...- se rascó la frente- Me pone un poco de nervios saber que comeremos junto a tus hermanos, es todo.
-Oh... Eso es muy dulce- la miró tiernamente, y se acercó a ella, quedando a pocos centímetros, estaban una frente a la otra- Pero no tienes que estarlo, ellos van a adorarte- sonrió- Tú sólo dales esa linda sonrisa tuya, y los tendrás a tus pies.
Juliana no pudo evitar sonrojarse ante lo dicho por la mayor, e inconscientemente, dejó salir esa sonrisa de la que hablaba Valentina, la radiante y contenta, que tantos estragos causaba en el corazón de la rubia.
-Demonios...- susurró embobada- Mala idea, mejor no lo hagas. Se terminarán enamorando de ti- suspiró derrotada, recargando su frente en el hombro de la menor.
-Val- rió, girando un poco su rostro para dejarle un pequeño beso en la mejilla.
-¿Puedo ir a bañarme, o quieres ir primero?- preguntó Valentina después de unos segundos, e intentó abrazarla.
-¡No, no! Estaba sudando, Val. No quiero que me sigas abrazando así, debo apestar- se negó, intentando tomar algo de distancia.
La rubia puso los ojos en blanco.
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Soulmates |Juliantina| |AU|
RomansaValentina sabe que lo que siente por Juliana no es un simple "crush", o algo pasajero. Juliana está perdida por Valentina, pero las circunstancias alrededor parecieran no ayudarles en nada. Ambas saben que son almas gemelas... ¿Tendrán su final fe...