4: "Confesiones..."

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Las palabras que rompieron el silencio fueron terribles. Sí, Juliana escuchó bien. La rubia dijo: "Por favor, no lo hagas". Haciéndola sentir como la persona más tonta en el mundo. La miró, y ahí había una nueva sensación que ninguna reconoció.

-Valentina- dijo la morena tratando de mantener la calma pero fallando miserablemente- Sé que quieres a Lucho y todo... Pero, ¿no crees que estás jugando conmigo?

-¿Qué?- dijo, casi sin palabras.

-¡Sí! ¡Estás actuando como una niña! Ambas sabemos lo que está pasando aquí. No lo amas tanto como crees. O tal vez tienes demasiado miedo de admitir que tu amor por él no es como "tendría que ser..."- la rubia tenía miedo del discurso de Juliana. Porque sabía que la chica tenía razón- Me contaste cosas privadas sobre tu familia, sobre ti, porque querías compartirlas conmigo. Y a mí me encantó, de verdad. Pero ese tipo de cosas hacen que la gente se sienta especial, ¿sabes? ¿Y luego me dijiste que ya no te sientes sola porque estoy contigo? ¿Vas a decirme que no sabes lo que siento por ti?- continuó con esa rabia que hasta ese momento se encontraba dentro de ella- Las amigas no tienen que estar tan cerca para hablar sobre sus vidas caóticas, no se toman de esa manera de la mano, y... ¿Sabes qué? Las amigas no quieren besarse... Mucho menos dos veces- respiró profundamente tratando de calmarse- Creo que me voy... Será lo mejor.

Comenzó a levantarse y la rubia no pudo hacer nada más que agarrarla por el brazo y obligarla a sentarse de nuevo. Puso su mano en la boca de Juliana para callarla momentáneamente.

Valentina no sabía que la menor podría estar tan enojada con ella. No de esa manera o por esa razón. Pero, por supuesto, su paciencia no estaba hecha de oro. Estaba enojada con la situación, y lo peor... Parecía herida.

-Por favor escúchame y deja de gritar- dijo rápidamente casi en un susurro.

-Déjame ir- pidió tratando de safarse del agarre. 

-No, primero tienes que escucharme.

Juliana no dijo nada más, así que a pesar de que tenía una mirada realmente aterradora, la rubia la soltó.

-Sé que amas a Lucho. No necesito escucharlo en ningún momento...- soltó un suspiro.

-¡Juls déjame hablar!- la interrumpió- Tienes razón, ¿Ok? No está bien lo que hice. Pero sabía...- miró hacia abajo- Sabía que si nos besábamos, no podría parar. ¿Entiendes?- miró a los ojos de la morena nuevamente- No sería sólo un beso inocente. Ambas lo sabemos.

-Claro que lo sé. Esto no es un juego, Valentina, al menos no para mí- respondió levantando una ceja.

-Tampoco es un juego para mí, ¿es neta lo que estás diciendo?

-¿Entonces?- preguntó Juliana, casi gritando de nuevo- ¿Por qué dejaste de crear excusas tontas? ¡Quizá debiste seguirme evitando si sabías que esto sucedería!

-Pues no, no pude- levantó la voz también- Ahí es donde te equivocas. ¡Te extrañé! Y nunca quise lastimarte. Es sólo que no puedo controlarme. Es verdad todo lo que dije, ¿vale? Es muy fácil hablar contigo. Pero en ocasiones tengo que vigilar las cosas que digo, Juliana. Estos sentimientos se escapan incluso antes de que intente callarlos. Hace un par de días hablé con Lucho, y no te iba a decir, porque tendría que explicarte por qué. Y no quería hablar de eso... No aún.

-No necesito saber de qué hablaste con él- intervino la morena con algo de fastidio.

-Sí, sí tienes que saberlo. Porque le dije que deberíamos terminar. ¡Así que guarda silencio y escúchame!- dijo, empezando a sentirse realmente enojada.

Soulmates |Juliantina| |AU|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora