Valentina sabe que lo que siente por Juliana no es un simple "crush", o algo pasajero.
Juliana está perdida por Valentina, pero las circunstancias alrededor parecieran no ayudarles en nada.
Ambas saben que son almas gemelas... ¿Tendrán su final fe...
Al día siguiente, como habían acordado, pasarían la tarde/noche juntas, aprovechando que Lupe y Panchito saldrían a pasar tiempo juntos, decidieron que cocinarían juntas y quizá podían hacer algún postre sencillo para ellas.
Lo que sea que fueran a hacer, era un plan perfecto, siempre lo era mientras pudieran hacerlo juntas. Y ya casi daba la hora en la que Valentina tenía que partir a casa de Juliana, pero decidió pasar primero al despacho, dónde usualmente estaba Eva cuando su tiempo en la oficina se había cumplido, y aquel sábado no era la excepción. La había visto distraída y distante durante la comida, y supo que Santiago también se había dado cuenta cuando ambos compartieron una mirada preocupada.
Así que trataría de hablar con Eva, quizá estaba sucediendo algo que le preocupaba y no se los estaba contando. Por lo que tocó suavemente con sus nudillos la puerta del despacho, recibiendo un suave "adelante" en respuesta.
-No no... Todo está bien- la tranquilizó rápidamente- ¿Puedes sentarte un momento conmigo?- pidió, siendo ella la primera en ocupar lugar en el sillón.
-Claro...- la siguió, y ambas quedaron sentadas una frente a la otra.
-¿Estás bien Eva?- decidió preguntar directamente- He notado que estuviste pensativa y algo distante durante la comida, también en esta semana- se preocupó cuando los ojos verdes de la mayor miraron hacia abajo, tratando de evitar el contacto- Eva, soy yo...- le tomó la mano- Puedes decirme lo que sea.
La ojiverde soltó un suspiro, y se tomó unos segundos para decidir cómo soltar lo que de alguna manera estaba preocupándole. Valentina esperó pacientemente, sabía que su hermana necesitaba algo de tiempo.
Finalmente, Eva decidió decirlo tal cuál era. Aunque eso lo haría aún más real.
-Mateo y yo nos vamos a divorciar.
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La mandíbula de la rubia cayó. Y es que no esperaba aquello. Si bien, el matrimonio había pasado un tiempo difícil cuando salió a la luz lo del amante de Eva, Valentina pensó que ambos podían salir de eso, superarlo de alguna manera, y es que su hermana había cambiado mucho después de los errores cometidos. Pero al parecer, no era así.
-¿Qué? Pero...- parpadeó un par de veces, e intentó conectar su mirada con la de ella- ¿Por qué? ¿Qué pasó?
-Simplemente las cosas no funcionan más- se encogió de hombros- Después de lo que hice, todo lo que estaba mal se volvió más que obvio, para los dos- suspiró, mirando ahora sí a su hermana menor- Lo hablamos en repetidas ocasiones, y decidimos que lo mejor sería que cada quien siguiera su camino, antes de que terminaramos lastimándonos más uno al otro. Y es básicamente eso, Vale. No puedo evitar sentirme mal, Mateo siempre fue esa persona que estuvo conmigo apoyándome, incluso después de lo que le hice.
