Capitulo 2

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Ezra

—Ya está aquí el cargamento.—le pregunto a Joshua.

—Si jefe, está en el almacén, ya verificaron y si a llegado en buenas condiciones.

—Revisen si el envío de Harold llegó, no me fío de esa sanguijuela, ya sabes que nos quiso engañar en la última carga.—expreso con molestia al tan solo recordarlo.

—Como diga jefe.—dice retirándose de mi despacho.

Me froto las sienes al comenzar a sentir el dolor de cabeza nuevamente.

Saco del cajón del escritorio un frasco con pastillas y me tomo un par.

Vuelvo a ver el papeleo y verifico los números y noto una cierta alteración con la carga que enviamos el mes pasado.

—Con que alguien quiere conocer el infierno.—digo cuando confirmo mis sospechas al ver los pagos de cada carga.

Hace poco Ronald me dijo que posiblemente haya un infiltrado robando nuestras cargas de diamantes y esmeraldas, por lo que me eh tomado el tiempo de verificar la cantidad y los pagos de cada carga enviada. Y ahora resulta que me han estado hurtando desde hace año y medio.

Furioso mando a llamar a Ronald.

—Dígame, ¿Qué necesita?.—me pregunta, a lo que yo ya me encuentro terminando un cigarrillo.

—Quiero que busques al que esta a cargo de recibir el pago de los envíos y lo envíes al sótano, cuando lo tengas, me llamas.—No me respondió y salió sin más a cumplir la orden.

Aún me sigue palpitando la cabeza, gruño y me planteo los consejos de Martha y trataré de dormir más, por que si no un día acabaré muerto y será culpa del cansancio que traigo.

Giro mi cabeza y me fijo en el calendario.

—Veintitrés de Marzo.—susurró dándome cuenta que falta mes y medio para seis de Mayo.

Día en el que murió Angie, mi pequeña angel.

Han pasado desde ese día, ese día en donde todo cambió para mí, donde las esperanzas de tener alguna felicidad en la mierda de vida que me tocó se esfumaran.

No hay día en que no me deje de culpar, donde las malditas pesadillas me atormenten, donde el único consuelo es el alcohol o alguna mujer de una noche.

Ya que me queda totalmente descartado el tener nuevamente otra relación, con Angie fue más que suficiente para saber que no estoy echo para eso, menos en el mundo de mierda donde me encuentro.

Suelto un suspiro cansado, con ganas de olvidarme de todo y quitarme el puto estrés. Me levanto y me sirvo un vaso lleno de whiskey, ya iba por el tercer vaso cuando recibo una llamada.

—Lo tenemos.—escucha la voz de Ronald a través de la línea, poco a poco siento como una sonrisa se me forma.

Creo que si podré desestresarme el día de hoy.

***

Llego al sótano y veo a un hombre amarrado a una silla, lleno de golpes con un ojo hinchado, un labio roto, y con sangre esparcida por el suelo debido a los cortes que llevaba en cada brazo.

—Vaya, vaya, con que tú eres el hijo de puta que me a estado robando.—digo observando que juguete es el que usaré el día de hoy.—¿Qué no te enseñaron que eso no se hace?.—pregunto con cinismo.

—Te-e ju-ro qu-e lo hi-ba a devol-ver.— contesta el canalla.

—¿A si?...Y cuándo iba ser.—digo mientras camino a su dirección con unos alicates.— después de haberte fugado con todo mi maldito dinero.—espeto mirándolo con furia.

Abramovich Donde viven las historias. Descúbrelo ahora