6

511 72 77
                                    

  Llegué a mi casa, hice lo que siempre hago, recalentarme la comida preparada por mi mamá en el microondas, y luego ver dibujos en la televisión, hasta las cinco.

Sentí como alguien subía las escaleras del pasillo, seguramente Mino, no me habló desde el incidente aquel. Nuestra situación estaba cada vez peor, antes me ignoraba, ahora es que ni nos encontrabamos; Si yo entraba a un sitio donde él estaba, él salía. Eran muy pocas las veces que lo veía. Y eso pasó al siguiente día de, bueno, mi primer beso.

También me volvió a hablar Jinhwan, parecía que se quería hacer más cercano a mí, eso no me molestaba. Era buen amigo. Y en el grupo, todo bien, menos el hecho de que Mino no quedaba con nosotros. Cosa que hace que me sienta horrible persona, entiendo que se enfade conmigo, pero que no la pague con los demás... Yoonie, Hoony y Nammie no tien culpa, fui yo.

Suspiré, me dije a mí mismo que no debía seguir pensando en eso, era un niño fuerte, tenía que dejarlo pasar, no debía importarme. No me importaba.

...

Mentira, mentira, mentira...

Me importaba Mino, y mucho. Me recosté en el sofá, con los ojos llorando, maldiciendo por qué era tan débil. Si él me proporciona más daño que felicidad, ¿por qué quería que estuviera conmigo? Jugando como en los viejos tiempos, divirtiendonos... Estaba confuso, no lo entendía.

Lloré, lloré, lloré y lloré, mis lágrimas no cesaban. Las lágrimas salían una detrás de otra, quemando por mis mejillas enrojecidas. Pasaron horas, sentí que ya no podía llorar más, mi nariz estaba en carne viva, el resto de mi cara roja como un tomate, mis ojos tan hinchados que dolían. Me odiaba por ser así.

Me dispuse a levantarme para recoger todos los pañuelos usados en el suelo. Y así lo hice, los tiré todos y luego me fui a lavar la cara, tenía incluso lágrimas secas por mi rostro. Más me avergoncé cuando encontré el cojín que usé para taparme la cara húmedo.

Estaba haciendo una bola del tema, pero con solo oír el nombre de "x" persona ya volvían mis ganas de llorar. Resoplé.

Tiempo después, cuando ya estaba más calmado, oí sonar el timbre. Mi madre no podía ser, mi padre tampoco, fue a comer con unos amigos y no volvería hasta media noche. Quedé parado pensando quien podía ser, llamó de nuevo.

—Hyung~ No seas malo conmigo, sé que estás ahí, vine a jugar~ —La voz del otro lado de la puerta, la podía reconocer. Jinhwan.

—¡Ya voy! —Respondí, corriendo para abrirle.

Cosa que hice sengudos después, permitiéndole entrar a mi piso.

—Hola Jinani —Él me dió el permiso de llamarle así.

—¡Jinu-Hyung! —Se lanzó a mis brazos.

Él era de la misma edad que Mino, Yoonie y Nammie a pesar de nacer un año después.

—Te eché de menos~ —Dijo con un tono aniñado, aún rodeando e con sus brazos y echando su cabeza para atrás riendo.

—P-Pero si nos vimos hoy

—Pero no lo suficiente —Hizo un puchero, el cual se Le veía adorable.

—B-Bueno, mejor si entramos, ¿no? —No se soltaba, sino que también coloco sus piernas alrededor de mi cintura.

—¡Abrazo koala!~

—Jinani, nos vamos a caer —Me agarré al marco de la puerta para no perder el equilibrio.

—Nunca me soltaré de ti, Hyung~

—Venga Jinani, vayamos al sofá, tengo muchos juegos de mesa —Hablé entre risas.

Novios por un contrato [SongKim]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora