4.-La casa de los ninis

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Fue extraño.

Me desperté con la sensación de haber estado olvidando algo.

¿Pero qué era?

Decidí no darle demasiada importancia y me levanté de la cama.

Una vez desayuné y me arreglé, salí de casa.

Aún me quedaba una semana para volver a la universidad, y todavía no me habían llamado del trabajo.

En ese momento pensé: «¿Por qué no ir a casa de los Matsu antes de lo previsto?».
Me pareció buena idea, ya que, total, eran ninis, no tendrían nada que hacer.

Decidí ir a comprarles unos pasteles antes de llegar.

Pasé por una pastelería.

•_____: Disculpe, ¿cuánto cuestan esos pastelitos de té verde?

•Dependiente: Son 20.000¥.

Me estremecí y todo. ¿¡Cómo podían valer tan caros unos pastelitos mierdosos!?

Me fui del sitio y seguí deambulando por la calle comercial en busca de unos pasteles que se ajustaran un poco más a mi bolsillo.

En ese momento, encontré a un hombre que anunciaba a pleno pulmón su mercancía.

Tenía los dientes ENORMES y llevaba ropa de repipi.

Tenía los dientes ENORMES y llevaba ropa de repipi

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•XXX: ¡Pasteles, batidos, todo traído directamente de Francia, zansu!

Me acerqué a él.

•_____: Disculpe, señor, ¿cuánto es una caja de esos? -señalé unos de hojaldre.

•XXX: ¡Ah, una clienta, zansu! Pues verás, esos pastelitos de hojaldre son de una extrema calidad francesa, así que nunca encontrarás unos iguales. Cuestan 15.000¥, pero ya que eres tan linda te los dejaré al precio de ¡14.999¥!

•_____: ...

•XXX: (Mierda, seguro que no me los compra. Es imposible que pueda ser tan estúpida. Ni si quiera son franceses...)

•_____: ¡MADRE MÍA, QUÉ OFERTÓN! Aquí tiene -le tendí el dinero.

•XXX: (¡!) E-es un placer hacer negocios con usted, zansu.

El hombre me entregó la caja de pasteles.

•_____: Señor, ¿cómo se llama usted?

•XXX: Iyami, zansu.

•_____: Vendré más por aquí. ¡Adiós!

•Iyami: ¡Au revoir!

Me fui directa a casa de los sextillizos con la caja de pasteles.

¿Qué tienen de bueno seis ninis vírgenes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora