13.-(+18)Sé mi princesa

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Abrí los ojos.

Todo estaba distorsionado.

La habitación no era como siempre. Todo era de un color verde brillante. Me extrañé.

Me miré las manos. Tenía hilos verdes enredados entre los dedos. ¿Pero qué había pasado? ¿Qué significaba todo eso?

•_____: ¿Hola... Hay alguien? -pregunté mientras abría la puerta, ya que no abía escuchado a nadie, y eso era raro.

El resto de la casa también estaba verde. Me resultó extraño. ¿Cuándo había pasado esto?

•XXX: Oh, buenos días, _____-chan -dijo una voz dulcemente.

Miré hacia de donde provenía la voz. Se trataba de Choromatsu.

Iba vestido como uno de esos príncipes que aparecen en los mangas Shoujo, también de verde.

•_____: ¡C-choromatsu! ¿Acaso sabes de qué se trata todo esto?

•Choromatsu: Hey, _____-chan, no te pongas nerviosa -dijo agarrándome la mano con una sonrisa que me inquietaba.

•_____: ¿Dónde están los demás?

•Choromatsu: Si es ese el problema, puedo llevarte con ellos ahora mismo.

Asentí. Choromatsu me condujo por el pasillo. Era más largo de lo normal.

Su actitud simpática y "normal" me resultaba extraña.

Llegamos a una habitación que nunca había estado. Una sensación extraña recorrió todo mi cuepo.

Choromatsu: Mira, aquí están.

Señaló unas celdas donde se encontraban los sextillizos. Tenían mordazas en la boca, y algunos sangraban por los ojos.

Quedé horrorizada.

•_____: A-aah... -las palabras no me salían.

•Choromatsu: Entiendo que estés asustada -su tono tranquilizador me inquietaba-, pero es lo mejor para ellos. Esto les ayudará a cambiar su mentalidad.

Grité. Choromatsu me puso la mano en el hombro y eso solo me aterrorizó aún más.

Miré hacia mi izquierda. Jyushimatsu yacía en su celda y no se movía.

•_____: J-Jyushimatsu no se mueve...

•Choromatsu: ¡Oh, no me digas que ya se murió! -le dio con el pie  a su cabeza.

•_____: ¡N-NO! ¡ES TU HERMANO!

•Choromatsu: Pero a mí solo me interesa construir mi reino de la felicidad contigo, _____-chan -me tomó de las manos y sonrió-. Por favor, sé mi princesa.

Acercó sus labios a los míos y, antes de que pudiera decir una sola palabra, me besó.

Tomó mi cintura y continuó con ese delicado beso. Entonces me separé de él.

•_____: Choromatsu, n-no puedo... -dije aún asimilando el beso, sonrojada- No así... -contemplé los ojos tristes de Karamatsu que me miraban.

•Choromatsu: Pero me temo que no tienes opción.

Me sentí confundida. En ese momento, Choromatsu pulsó un botón que tenía en un mando colocado en su reloj.

•_____: ¿¡E-eh!?

Entonces, unas cadenas me agarraron los tobillos y las muñecas sin saber de dónde venían.

•_____: ¡Dime qué está pasando, Choromatsu!

¿Qué tienen de bueno seis ninis vírgenes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora