Cap. 14 - Corona de muerte - Cacería de brujas

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Lo que Kenneth tenía planeado para aquel día ni siquiera se le podía llamar juicio, tenía todo preparado para una ejecución y pensaba que nadie podría evitarlo. Nadie quiso creer que el rey había cambiado su comportamiento y nadie advirtió que Lydawc estaba preparando un golpe letal. Primero colocó a Lance lejos de los aposentos, se apoderó de la voluntad de Alaris y luego intentó asesinar a Athan. Finalmente, esa misma noche fue por Nadejha y cerró de este modo su mortal trampa. Ahora yacía la mujer atada de manos y pies en la tarima de madera en la plaza central frente a los balcones del castillo y rodeada por hombres que la acusaban y que le tenían preparado un juicio injusto sustentado, por supuesto, en pruebas falsas.

— Esta mujer — habló Kennet en voz alta —. Es una de las siervas más cercanas a la familia real y ha sido encontrada durante noche de anoche, realizando prácticas prohibidas de perversión y lujuria. Como capellán del palacio es mi deber obligar a esta mujer a hacer penitencia y ver que no vuelva a pecar, pero ha sucedido algo que me obliga a actuar de forma más severa y traerla a un juicio público. Al registrar su dormitorio, hemos encontrado indicios de brujería y satanismo, como lo son símbolos paganos y la cabeza de un extraño animal con cuernos y ojos brillantes.

— Mentira — gritó Lance y su madre lo miró con desesperanza en los ojos, sabía que de nada serviría argumentar en contra de la iglesia pues el clero tenía todo el poder de su lado. Entonces Kenneth continuó con su argumento.

— Hay muchos testigos que vieron la cabeza del animal y los extraños símbolos que estaban pintados debajo de su cama. Creemos que tiene embrujado al caballero con el que fornicaba y creemos que pudo ser ella la que ha comprometido la salud del rey. Motivo por el cual, nuestro monarca poco ha salido de palacio.

Lance sintió una corriente cálida recorrer sus miembros y por fin comprendió que no había argumentos o pruebas que pudieran demostrar la inocencia de su madre, una vez que la iglesia quería encontrar a un culpable nada podía detenerla. Y es que nadie se atrevía a acusar a un sacerdote de mentiroso y si alguien lo hacía, no había quien lo respaldara porque todos tenían miedo a la excomunión, a las penitencias y hasta las torturas.

El joven revolvió la vista en su entorno y ya no pudo contar a los soldados que se habían reunido, pues eran demasiados, más de cincuenta quizás y el duque Alexander había asumido momentáneamente el mando de todos ellos. Aunado a la excesiva cantidad de espadas en la plaza, algunos arqueros estaban listos en la muralla y todos tenían sus ojos puestos en Lance, como si supieran que en algún momento se desataría de las manos y atacaría para defender a su madre. Pero Nadejha, mostrando mucho temple y tranquilidad respondió a las acusaciones del capellán de esta manera.

— Alguien puso ese símbolo bajo mi cama, no fui yo quien lo pintó y jamás vi una cabeza con cuernos en mi dormitorio. Alguien intenta inculparme.

Kennet le dirigió una mirada a Alexander y éste, con un golpe con la parte externa de su mano justo en la mejilla de la mujer, la hizo callar.

— No permitiremos que nos hechices con tus palabras.

Lance intentó zafarse de los dos soldados que lo sujetaban, y lo hubiera logrado fácilmente de no ser porque su madre le pidió no hacerlo negando con la cabeza.

— Eso no es todo — volvió a hablar el religioso —. Como si fuera poco el delito de fornicación y satanismo, ha llegado a nosotros la noticia del pasado oscuro de esta mujer. Nació en Moesia pero trabajó en Dacia como prostituta, tuvo un hijo fuera del matrimonio y huyó de la vergüenza acompañada por un amante eslavo que la trajo hasta estas tierras. Es una mujer que práctica la perversión y la hechicería desde su niñez y ahora está envenenando las almas de más de uno en este castillo, la familia real y sus caballeros más cercanos y ¿quién sabe cuántos más?

El Imperio Sagrado II: Los hijos del oscurantismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora