6. Deleite Sudoroso

638 25 0
                                    

La mesa había quedado puesta maravillosamente después del recuerdo de Ron. Había sido tan caliente que había llevado a las nubes en excitación y había terminando aterrizando en la llana realidad de la vida en pareja. Indudablemente cada uno de los recuerdos dejaba en Harry lecciones que se le quedaban en la cabeza. Además de reconocer, que no era la leona como la pintaban… Era genial que Hermione fuera tan resuelta, se alegró por su amigo.

Esperaron un momento a Neville que había ido al baño y una vez todos juntos, Harry liberó el recuerdo lentamente. Este recuerdo tardó en empezar a jalarlos y empezó bastante borroso. Al principio era casi imposible ver dónde estaban. Cuando empezó a aclarar, se dieron cuenta que estaban en un vestidor, pero el lugar estaba vacío. Harry comenzó a sentir calor como si tuviera una hora en el desierto. Después de unos instantes empezó la acción.

Ginny iba entrando en el vestidor con la escoba en la mano.

Puaajjjj, estoy hecha un asco, me sacaste todo el jugo Harry. – Rió la chica mientras entraba y se veía a Harry avanzar detrás de ella mirándola libidinosamente.

La chica traía unos ceñidos pantalones de quidditch y un ajustado tank top, bastante sudado de la línea central de la espalda, su abdomen y entre sus pechos. A Harry sólo le faltaba babear de manera literal. Se saboreaba todo su sudoroso cuerpo.

Cuando la chica se acercó a su mochila, él la abrazó acaloradamente de espaldas por la cintura y besó sobre su cuello.

–Yo diría que estás deliciosa… - dijo al subir las manos hasta apretar sus pechos.

–Harry… - reprendió la chica. –Ron no tarda, dijo que pasaba por mí.

Ron volteó a ver a Harry y éste sólo levantó los hombros, tal vez recordara cuando fue. Harry durante un tiempo había reservado lugar en un campo privado para entrenar a Ginny para las audiciones con las Holyhead Harpies. Evidentemente estaban ahí.

–Entonces alcanzamos a besarnos, regálame un beso.

Ella sonrió pícaramente y se acercó a besarlo. Pero ella parecía ir por un sencillo beso, y lo que encontró fue uno bastante alterado y cachondo por parte de Harry. La persistencia en el beso de Harry se alcazaba a ver a metros mientras se aprovechaba abrazando celosamente sus nalgas y pegándola intensamente a él.

–¡Harry! Pero si estás bien prendido jajaja – rió la chica habiéndole sentido todo.

–Tengo ganas de comerte a mordidas. Cada-peca… - dijo el pelinegro respirando agitado mientras apretaba sus pechos.

Fuchi, estoy toda sudada… - dijo la guapa pelirroja tratando de parecer asquerosa ante su novio sin lograrlo.

–Mejor… - dijo él y avanzó con su cuerpo al frente hasta chocar con los casilleros.

Harry volvió a besarla calientemente por un rato. Los jadeos salían del chico espontáneamente. Después dejó su boca y empezó a hacerlo en su cuello, cara y orejas chupeteando con insistencia. Sus manos regresaron a sus pechos presionando con demasiado ímpetu. Los jalaba como si quisiera sacarlos de la blusa con las manos.

–Harry, me lastimas.

El chico pareció reaccionar y comprendió que en vez de eso debía quitar la blusa. Ginny apenas asimiló que Harry luchaba por quitarla, entonces subió los brazos. Todo el torso de la chica estaba cubierto por una fina capa de sudor que la hacía ver tan maravillosa como un tarro de cerveza helada que posee ese delicioso sudor en el envase, o mejor dicho, ella lucía aún mejor.

Ansioso jaló de los tirantes y comenzó chupar sobre sus hombros y empujaba sus pechos hacia arriba para comerlos a besos también. Ella sonreía sofocada.

Noche de Confesiones Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora