15. La Presionada

288 9 0
                                    

Después de lo recién hablado se respiraba un poco de tensión, particularmente alrededor de Hermione. Ella seguía un poco sería, tal vez reflexiva. Luna había logrado ponerla en reto y por otro lado Ginny la había enfrentado a su realidad. ¿Por cuánto tiempo le serviría el pretexto de la píldora, para evitar el sexo anal con Ron? Sólo de pensarlo sudaba frío.

Pero la guapa morena de ascendencia hindú no tenía ningún problema en presentar su recuerdo para reanimar la reunión y se ofreció a ser la siguiente.

Las chicas se acercaron de nuevo al pensadero. Hermione se mantenía seria y tardó un poco en integrarse con ellas. Ginny y Luna se acercaron a ambos lados de ella y abrazándola por la cintura la acompañaron con una sonrisa. Hermione les sonrió.

–Oh, por las Barbas de Dumbledore. Pensé que después de verlas pasar a ustedes se me quitaría la pena pero creo que no funcionó mucho. –comentó Parvati con una sonrisa nerviosa.

–No, es que eso se quitá hasta después de las primeras 5 despedidas de soltera jajaja. –Rió Tonks contagiando a las chicas.

Entonces la chica se armó de valor y con su sonrisa vació el recuerdo en el pensadero. Unos instantes después el lugar en el que estaban se había transformado y estaban en lo que parecía una Mansión. Era bastante frío el lugar y también estaba bastante obscuro. A Hermione le recordó un poco a Malfoy Manor, era ese tipo de Residencia.

Habían llegado directamente al hall de la residencia pero no los veían a ellos, sólo se escuchaban ocasionales chasquidos de labios. Parvati les señaló dónde era que ellos se encontraban. Los chicos estaban enredados en un apasionado agasajo, de pie, en un estrecho pasillo.

Arkadi se veía muy exitado, buscando definitivamente convencer a la morena con sus caricias; ella por su parte, aunque se veía agitada también lucía indecisa y preocupada. Respondía con reserva a sus ahogados besos.

–Arkadi, estamos en tu casa.

El chico no respondió, sólo bajó un poco la intensidad de sus caricias, aunque no parecía que hubiera perdido los deseos de seguir. Tan fue así, que después de unos minutos de receso, volvió a besarla con tal profundidad que sería imposible que la chica dijera una palabra más. Él seguía arrastrando las manos sobre su bien formado trasero.

–Arkadi, es mejor que no sigamos. Ya hemos hablado de esto…

–Lo sé. No te estoy pidiendo nada. – dijo seriamente y con voz grave el soviético.

Pero eso no lo hacía parar, según él no pedía nada pero sus manos seguían dominando el cuerpo de Parvati y sus labios seguían, aunque fuera suavemente, sobre alguna parte de su piel.

La chica estaba cada vez más turbada y angustiada. El chico no le hacía mucho caso y ella no estaba segura. Parvati seguía de espaldas a la pared, entonces él, aprovechando la posición la atrapó con su cuerpo, presionándola y restregando su cuerpo contra el de ella.

Arkadi estaba muy caliente, no había duda, y Parvati acababa de comprobar que su cuerpo estaba listo para la acción, pero no hallaba la manera de detener lo que sucedía. Tenía miedo de ceder y también de no ceder.

–Parrrvati, mi sangrrre arde.

–Es que aún es pronto, apenas tenemos unos meses de novios, y…

–No tendrremos sexxo si no quierres, perro… podrrias complacerme…

Parvati lo observó y él llevó la mano de su novia sobre su erección. Los ojos de ella reflexionaban con expresión inquieta, pero de todos modos comenzó a apretarlo. Arkadi asumió eso como un sí y se desabrochó el pantalón emocionado. La morena se agachó lentamente hasta arrodillarse frente a él.

Con el cierre abajo el chico se liberó, Parvati se miraba nerviosa y ligeramente asustada. Aquél pene le apuntaba directamente a la nariz. Entonces él abrió por completo su pantalón y lo bajó. Era un chico muy velludo, todo su cuerpo estaba cubierto de gruesos vellos negros, y su zona genital era una auténtica selva negra.

La morena empezó a pajearlo con indecisión mientras las chicas empezaban con el chisme de nuevo.

¡Uy, que peludo! – dijo Ginny admirada.

Bueno, hay de todo. A ella le tocó uno peludo. – dijo Tonks.

Si, pero eso es como una falta de respeto, debería al menos hacerse un "corte militar". – comentó Hermione medio indignada.

Claro, nosotras tenemos que estar perfectas para ellos y ¿ellos no pueden agarrar al menos unas tijeras? – continuó Hanna.

–Vah, a los hombgues no les impogta guealmente eso si están calientes, sólo a nosotgas.

Yo creo que una podadita no le hará daño... – terminó Luna asintiendo mientras seguía la acción con la mirada fija.

Parvati estaba acariciándolo cada vez con más intensidad y el chico cerraba los ojos extasiado mientras se recargaba en la pared del escondido pasillo.

–Lámelo.

Ella lamió sobre la punta suavemente y él parecía como electrizado, sólo le hacía falta que cada uno de sus gruesos vellos se levantara erizado. Pronto ella estuvo felándolo suavemente. Arkadi puso la mano en el cuello de ella y la atraía más hacia él.

–Cómelo… un poco más…

Él se miraba casi delirante. Parvati comenzó a responder a la necesidad del chico mientras acariciaba también sus testículos. Conforme el tiempo pasaba ella se fue soltando y haciéndolo con más habilidad. Unos momentos después, el soviético acercó con decisión la cabeza de Parvati abriendo su boca y con una serie de cortos gemidos eyaculó semen muy espeso y muy blanco dentro de su boca. Inmediatamente después de que él hubo terminado ella escupió el semen al piso con cara de asco.

Un momento después el chico la cogió de los brazos y la levantó.

–Oh Parrvati, tu lengua es un sueño…

Arkadi se veía mucho, muy complacido. Incluso tembloroso. La abrazó. Parvati por su parte empezó a sonreír ligeramente y cuando él la abrazó pareció perder un poco su inseguridad. Era extraña la imagen del chico con los pantalones abajo y abrazando a Parvati, aunque en ese momento eran casi tiernos.

Entonces todas empezaron a salir del pensadero y empezaron a soltar sus comentarios. Ginny parecía algo molesta.

–Pues al final se portó mono pero la verdad es que es te presionó demasiado. No te dio libertad. Creo que es muy impositivo, ten cuidado.

–No cgueo. Todos los hombgues son así cuando quieguen algo. Lo que pasa es que tú Pagvati fuiste muy dócil.

–Yo creo que ese fue el problema Parvati. Si tú no quieres di "no". Y si no quieres que lo haga en tu boca ¡dícelo! Por Melin, ¡eso yo no lo soporto! y deberías de ver cómo le va a Ron cuando no me avisa.

–No, no. No la asusten ni le hablen mal de su novio. El chico parece bueno, lo que pasó es que él te hizo presión para calarte y caíste redondita… - comentó Tonks.

–Yo creo que deberías seguir el consejo de Hermione, lo que no quieras hacer, dilo; y si no te hace caso para eso tienes la varita. –finalizó Luna rodando los ojos como si fuera la cosa más lógica.

–¿Entonces soy una vil tonta?

–¡Claro que no! Pero demuéstrale cuán Gryffindor eres. – le dijo su castaña amiga con decisión.

Parvati sonrió comprendiendo el mensaje.

Noche de Confesiones Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora