11. La Convencida

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Luna regresó entonces a su lugar y tomó su contenedor con una sonrisa abierta y franca. El hecho de que fuera Luna la que a continuación presentaría su recuerdo creaba un ambiente relajado y alegre. La chica vertió el recuerdo en el pensadero con confianza.

Unos instantes después todas ellas se encontraban en un lugar precioso. Estaban a la orilla de un abundante arroyo, entre árboles y hierba. Había una hielera con plimpies recién pescados brincando a unos metros de ahí. La pareja estaba tendida sobre una gran manta a la vera del arroyo envuelta en un apasionado agasajo, que se rompió con un agitado jadeo por parte del moreno.

–Quiero hacerlo… - susurró Dean.

–Sí, yo también.

Entonces el chico se mostró emocionado y rápidamente hincó y se quitó la camiseta revelando un maravilloso torso atlético. Luna lo miró un momento admirándolo y sentada cerca de él comenzó a acariciarlo pasando la mano por su piel oscura, él se miraba muy complacido. Dean, viendo que la chica estaba bastante interesada y seducida, sin mayor dilación se abrió el pantalón y lo bajó.

La expresión en la cara de Luna hizo sus ojos abrirse ampliamente mientras el chico se sonreía orgulloso. Las expresiones de las chicas visitantes no fueron muy distintas. Todas intercambiaron miradas entre sí convencidas de que la caracteristica de Dean expuesta por Luna era muy acertada.

¿Tiene más que Harry verdad? – preguntó Luna hacia Ginny.

Si, si. Definitivo. Pero lo de Harry es suficiente para mi

¡Sshh! – Hermione no queria perder detalle.

Dean miraba hacia los ojos de Luna que seguía mirándolo sin reprimir su curiosdad y su deseo.

–¿Quieres tocar?

–Sip.

Esa era la primera experiencia de Luna y no estaba dispuesta a quedarse con dudas. Estaba ahí, con un excelente ejemplar masculino en pleno grado de excitación y tenía toda la libertad de explorar, después de todo tocar era parte del juego. Quedarse con dudas no es característica de una Ravenclaw.

La chica duró unos minutos acariciándolo y apreciando esa desconocida parte del cuerpo. Después el chico la tomó del cuello y la invitó a acercarse más. Luna levantó la mirada previendo lo que él quería y le miró el pene para después sonreír. El chico estaba radiante, pero Luna no se acercó más.

–Hazlo.

Luna se veía interesada pero a pesar de todo insegura, lo miraba y no terminaba de decidirse. Tocarlo no era lo mismo que chuparlo. Él la mantenía cogida del cuello y ante su indecisión la acercó más hasta que alcanzó sus labios. Entonces la chica lo tomó y lo atrapó en su boca y empezó a chupar con cierta reserva, aunque después intentó hacerlo con mayor resolución hasta tomarle gusto.

Dean estaba muy excitado y se ponía cada vez más duro, si eso era posible. Las chicas visitantes por lo pronto intercambiaban miradas sobre el chico y las habilidades de Luna. Después de unos minutos de felación, el moreno invitó a Luna a acostarse de nuevo sobre la manta y le alzó la amplia falda de vuelos que ella vestía. Después bajó inmediatamente sus pantaletas hasta quitarlas y se posicionó entre sus piernas.

Luna seguía prácticamente vestida por lo que no podían ver mucho, pero algo hacía una de las manos del chico entre ambos cuerpos. Luna lo miraba acalorada pero sin romper el contacto. Poco después la mano del chico salió y empezó a desabotonar la blusa de ella. Luna le ayudó y Dean bajó su sostén hasta la cintura y empezó a besar aquella alabastrina piel.

–¿Lista? Ahí voy.

–Bueno, pero no lo metas todo.

El chico se rió. Se recargó sobre ella y se empujó.

–¡Ooh! O-ooh. – Los ojos de Luna se abrieron enormes. Su voz penas pudo salir de su garganta.

–Va a doler un poco.

–No, hazlo despacio. – dijo imperativamente la rubia.

El chico no dijo nada más pero se movía suavemente mientras Luna se sujetaba a su cuerpo en busca de aferrarse a algo. Dean la llenaba de besos y caricias mientras lo hacía. Unos momentos después Luna hizo algunas veces expresión compungida de dolor y se quejaba, pero entonces el chico volvía a ser más lento.

Después de un rato de suave folleo, las holgadas ropas de Luna finalmente estorbaron y Dean se separó de ella tirando de la blusa. Ella se quitó el sostén y él empezó a jalar de su falda. Cuando Dean la quitó, Luna tiró de su pantalón, ambos sonreían con divertida naturalidad.

Luna vio el pene de Dean con sangre y se detuvo un momento. Se tocó y vio un poco de sangre en ella también. Dean lució un poco dudoso, pero Luna luego de un segundo de vacilación lo jaló a acostarse sobre ella. Entonces él chico alzó sus piernas poniéndolas sobre sus hombros y se preparó para entrar de nuevo. Luna volvió a quejarse y apretar su cara. Desde donde estaban las observadoras ahora se veía con claridad la acción.

Jijiji, ¡sólo es la mitad! – dijo Luna sorprendida.

No diggas que queguías más.

No, es que él siempre dice que solo mete la mitad y yo no le creía jiji. Ahora veo que es cierto.

En ese momento estaban confirmando lo que Luna había dicho a Ginny anteriormente al comentar su primera vez. Se había quejado un par de veces pero lo que ahora se escuchaba por parte de ella no podían ser quejas. La forma en la que se movía la cadera del chico sinuosamente las tenía hipnotizadas. Su piel morena brillaba sudorosa mientras el sol empezaba a ocultarse y las manos de Luna se sujetaban a sus brazos.

De pronto, el chico se salió ansiosamente y girándose al lado comenzó a pajearse frenético mientras boqueaba profundos jadeos. Eyaculó sobre las hierbas y duró unos momentos apretándose con fuerza hasta que no hubo residuos blancos en la punta.

–¿No te duele apretarte así? – preguntó Luna con curiosidad.

–No, hay que sacar todo el veneno jeje – dijo el chico riendo con respiraciones profundas. –¿Te gustó?

–Humm, creo que sí. Pero duele.

–Eso significa que tendremos que hacerlo más seguido…

La respuesta a eso fue una picante mirada por parte de Luna. Inmediatamente despues las chicas fueron jaladas una a una de nuevo a la realidad en la cabaña de Tonks. Todas las chicas sonreían.

–Siento como si hubiera visto una pelicula porno… -murmuró Hermione aún impresionada. Tonks empezó a reir a carcajadas.

–¿Una qué? – preguntó Hanna desconcertada.

–Es que este fue muy diferente al de Ginny… creo que se parece un poco al mio. Se disfruta. – terminó la castaña con una sonrisa avergonzada.

–Pero ¿qué es eso que dijiste antes? – preguntó Ginny confundida.

–¿Pe-película porno? – preguntó Hermione. –Pues, es como las fotos mágicas pero dura mucho tiempo y… la gente tiene sexo ahí.

–Pero son mejores los recuerdos. – dijo Tonks sonriendo.

–¡Que cosas inventan los muggles…! - comentó Parvati extrañada.

Las chicas se quedaron un momento sonriendo, y esperando a que alguna se ofreciera a ser la siguiente. Entonces una de ellas tomó su recuerdo en la mano y se acercó.

–Yo sigo. Conmigo se darán un receso…

Noche de Confesiones Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora