13. La Descompuesta

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Después de esperar a Tonks unos minutos, la vieron venir con el niño de 2 años en brazos con el cabello cambiando de turquesa a verde caña, ahogando con sollozos el hombro de su mamá. Tonks se veía preocupada. Las chicas se acercaron a hacerle cariños al niño pero él llamaba a su papá.

–Tuvo una pesadilla… y es que cuando le pasa eso le gusta que Remus lo duerma. Le hace falta. Lo siento chicas, no me quiero perder sus recuerdos. Tomen el mío mientras yo logro dormir a Teddy. Nos vemos a su regreso.

–Noo, te esperamos.

–No, no. Váyanse, ese recuerdo yo me lo conozco bien. – terminó la joven mamá con una sonrisa.

Las chicas se sintieron apenadas e indecisas de dejar a Tonks en la casa pero tampoco querían presionarla así que esperaron a que ella se pasara a la habitación de Teddy y entonces Ginny lo abrió y lo derramó sobre la fuente del pensadero.

Automáticamente fueron jaladas no muy lejos, de hecho muy cerca de ahí mismo, apenas a la habitación principal. El cambio de iluminación en la habitación fue drástico, parecía ser temprano por la mañana.

Curiosamente estaban en su habitación, donde ellos estaban acostados, pero ahí mismo estaba ya la cuna de Teddy con él dentro muy pequeñito. Las chicas empezaron a compartir miradas haciendo sus propias conclusiones.

Tonks parecía estar dormida, Remus por su parte acababa de despertarse y la miraba enamorado recargado en su codo. Comenzó a acariciar su cara y a acomodar su cabello con una sonrisa suave. Ella se giró y lo miró.

Él entonces, la besó con un beso apasionado y apretó uno de sus pechos, ella le retiró la mano, nerviosa; y volteó a ver la cuna.

–No se ha despertado, no te preocupes. – le dijo él suavemente.

–Es que…

–Si se despierta lo atendemos, no pasa nada.

Tonks se seguía mirando insegura, nerviosa. Remus volvió a acercarse a ella y metió la mano bajó el cuello de su camisón. Ella se incomodó de nuevo y se safó de su abrazo.

–Oh Remus…

–¿Qué pasa? ¿No te sientes bien? El curandero dijo…

–Si, ya sé lo que dijo… pero… ¡Por Merlin Remus, estoy hecha un desastre!

–¿Cómo desastre? ¿Te sientes mal o te incomoda mi presencia?

–No, claro que no. Me incomoda MI presencia. Soy un real fiambre… tengo una barriga que… a veces pienso que se me quedó otro niño dentro… y además la leche ¡Dios! ¡Soy una vaca asquerosa!

Remus la miró consecuentemente con una gran ternura y le sonrió. Las chicas comprendieron entonces a qué primera vez se referia ese recuerdo. Era su primera vez después del parto. Y como bien lo había descrito Tonks, Remus parecia un hombre muy caballeroso y comprensivo.

–Dora, Dora… - repitió Remus moviendo la cabeza –Te amo… y todo esto es pura belleza. – dijo tocando su cuerpo.

–Lo dices porque no me has visto… - respondió la mujer entre dientes escondiendo la cara.

–Pero ¿tú crees que a mi me espantan un par de kilos de más?

–Ojalá fueran un par.

–Entonces ¿qué pasará? ¿No volveremos a hacer el amor? – preguntó el hombre tratando de hacerla razonar.

Tonks lo miró insegura y apenada, no era que no deseara estar con él pero definitivamente ella no era lo que él pudiera recordar un año atrás. Pero él tenía razón no podrían estar así indefinidamente, sería injusto para ambos. Entonces ella se acercó a besarlo y él le respondió cariñosamente.

Permanecieron un rato largo con besos y cariños que le dieran a Tonks la seguridad que necesitaba y después se vieron trabajar las manos de Remus por debajo de las ropas de cama.

Woow, ¡me encantan los preliminares! - suspiró Hanna. Hermione volteó a verla extrañada.

Creí que tú no habías pasado de ahí… - dijo enarcando una ceja.

Sip, por eso lo digo jejeje.

Pronto Remus sacó el camisón de Tonks por su cabeza y retiró las ropas de cama. Ella rodó los ojos abochornada. Él sonreía serenamente dándole confianza. Las chicas la comprendían, lucía ligeramente… desparramada.

Pero eso no impidió que su esposo la acariciara con gusto propiciando que ella realmente se soltara y comenzara a ser más participativa. Pronto, Remus bajó su pantalón de pijama y colocándose entre sus piernas comenzó a follarla rítimicamente. En el principio Tonks apretó su cara un par de veces y con su manos le indicó a Remus que debía ser un poco más suave, entonces él la complació como ella requería. Su cuerpo aún parecía resentido. Pero un rato más tarde ya lucía muy motivada y gemía deleitada.

Que cosa más rara es ver al profesor Lupin follando… -susurró Parvati un tanto abrumada.

Estoy de acuerdo. – asintió Ginny.

Creo que lo hace bien, es buen amante…

¡LUNAA!

¿Queé? Chicas, todo el mundo folla. Es una actividad normal en la vida de la gente. ¿Por qué no he de decir si lo hace bien o mal?

Ninguna encontró algo qué responderle. Luna siempre lograba dejarlas sin respuestas. Desafortunadamente Luna siempre tenía razón y la que se quedaba con los deseos frustrados de responderle era Hermione.

Después de un poco de folleo así la pareja se giró quedando Tonks encima. Ella ya parecía mucho más relajada y aunque en ciertos momentos volteaba hacia la cuna con atención, ahora su principal ocupación era su propio placer y el de su marido. A pesar de sus kilos de más Tonks se movía con un estupendo swing mientras inclinada sobre Remus lo besaba ardientemente.

De pronto, después de un rato, cuando ella se veía más excitada, se levantó un poco y sacando el pene de Remus, lo metió decididamente un poco más atrás…

¡Hhhh! ¡Sopas! – dijo Parvati sin perder detalle.

Ginny parecía querer hacer la pregunta pero Hermione le hizo una seña con la mano que la detuvo, todas miraban impresionadas la determinación y seguridad con la que Tonks lo había hecho. Y miraban más impresionadas aún que parecía estarlo gozando bastante. Y Remus también pues gemía conduciendo su cadera en los movimientos.

Los gemidos empezaron a subir, ambos parecían estar por llegar. Remus empezó a estimular su clítoris y unos segundos después ambos se corrieron prácticamente al mismo tiempo. Tonks ahogaba sus respiraciones sosteniéndose de Remus. Las chicas estaban en silencio total con los ojos muy abiertos.

Entonces ella se recargó sobre el pecho de Remus mientras ambos descansaban. Unos instantes después empezaron a regresar a la sala de la cabaña. El lugar estaba vacío pero ya no se oía el llanto de Teddy.

Entonces unos pasos tranquilos se acercaron, Tonks venía ya hacia ellas.

–¿Que tal? ¿Les gustó?

–Remus es un caballero, confirmado. – dijo Hermione con una suave sonrisa.

–Si, tan comprensivo…

–Clago Tonks, pego las chicas se han imprgesionado un poco… crgeo que son un poco mojigatas…

–¿Impresionado? ¿Por qué? – Tonks se confundió pues no recordaba algo que lo fuera en su recuerdo.

–Crgeo que ofguecer el derrière les da pudog. Es el momento pegfecto paga mi guecuegdo.

Ginny pensó en lo que el comentario de su cuñada significaba y abrió los ojos como platos. Mientras Hermione por su parte lucía una expresión entre ofendida y avergonzada. El siguiente recuerdo parecía un reto para varias.

Noche de Confesiones Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora