𝙸 𝚗𝚎𝚎𝚍 𝚞.

4.1.- Recuerdo de Any.

Se viene lo sad...

P. R. E. C. A. U. C. I. Ó. N
Antes de continuar. Quiero aclarar que este capítulo contiene escenas subidas de tono, sí no son de tu agrado las violaciones, maltratos, malas palabras, te sugiero que saltes hasta las ultimas dos paginas de este capítulo, donde explicaré resumidamente y menos explícita la situación por la qué pasó nuestra personaje llamada Any. No trato de ofender a nadie y lo mínimo que busco es faltarles el respeto. Agradezco que les guste mi trabajo. Sin más, pasemos al capítulo.

Habían pasado dos meses desde que intenté suicidarme, me sentía medianamente bien, estar en el hospital un mes completo me hizo darme cuenta que podía seguir adelante. Mi mamá me había dejado mudarme de casa, acababa de cumplir 18 años, edad suficiente para estar sola, de igual manera mamá siempre venía a visitarme para asegurarse de que tomara mis pastillas adecuadamente y no cayera nuevamente en un estado de depresión.

Una noche acababa de salir de ducharme, mamá acababa de irse y yo estaba por cenar, era casi media noche, encendí el microondas y metí las pequeñas porciones de pollo que mamá había preparado para mí en la mañana, para así poder hacerlo más fácil. Cinco minutos, corrí para ponerme mi pijama de pingüinos, amaba ese pijama. Volví a la cocina y saqué el pollo humeante del microondas.
El sonido de la puerta me sobresalto y deje mi tenedor sobre el plato, mataría a quien se atrevió a arruinar mi cena.

— ¿En serio?.— Me encontré a un Pade completamente borracho.

— Any, preciosa, te extrañe mucho.

— Que asco me das.

— Oh vamos bebé.

— Sí que estás ebrio.

— No tanto. Sé perfectamente que estás buena.

— Aagh, vete de mi casa, no te quiero volver a ver.— ¿Dónde estaba el chico azúcar?

— Yo no me voy de aquí.

— Claro que te vas o llamaré a la policía.

— Halzo. No me importa, vine por algo y no me voy a ir hasta conseguirlo.

— Pade de que carajos hab...- Se abalanzó sobre mi, empujándome contra la barra de la cocina.— Pa-ade s-suéltame.— El miedo se reflejaba en mis ojos.— Me estás lastimando.

— No seas exagerada.

— Suéltame.— Intente patearlo. Primer golpe directo a mi cara.

— ¡CÁLLATE!.— Comencé a llorar.

— Por favor, Pade.

— No, ya espere por mucho Anylie y ahora tienes que darme lo que busco de ti desde hace tiempo, jodida zorra lesbiana.

— Vamos, suéltame.

— Que te calles.— Otro golpe, seguido de un tirón a mi cabello, estrellando sus asquerosos labios con los míos.— Eres tan dulce.

— Déjame.— Comencé a sollozar más fuerte, odiaba que estuviera sola, los vecinos no se encontraban y a los alrededores solo había bosque.

— No, te quiero ahora Any.— Me giro inclinándome sobre la barra.— Dios, este trasero.— Rompió mi pijama.— Que rico.

— Detente.

— Mmmh.— Me dejó desnuda de mi parte baja.— Ahora quiero que grites sólo mi nombre, ¿entendiste perra?

— Por favor, no lo hagas.