𝙸 𝚗𝚎𝚎𝚍 𝚞.

3.- Regresa.

Salí a tomar un poco de aire, era sábado y el solo estar en mi habitación o incluso mi departamento me deprimía más, ¡si se puede un poco más, claro!. Caminé por la pequeña vereda que da una hermosa vista del Río, necesitaba aire fresco, aclarar mis pensamientos y que mejor que venir a la hermosa parte este de la cuidad, casi no visito estos rumbos, pues son poco metropolitanos y básicamente no hay nada a sus alrededores, más que cabañas, parques, una comunidad tranquila, alejada del ajetreo de la ciudad.

Tome una hermosa rosa roja que se encontraba tirada sobre el suelo, era tan brillante, me hacía recordar el rojo que adueñaba los labios de Any después de besarla con fervor. Camine un poco más con la rosa en mi mano, el aire puro de los alrededores me daba tanta paz, relajándome y perdiéndome en el suave toque a invierno que se sentía en el aire, se acercaba diciembre. Diciembre. El mes favorito de Any, cuando me dijo que amaba diciembre creí que era por navidad, los regalos y las cenas espectaculares pero resultó ser lo contrario, lo que le gustaba era el suave aroma a armonía, la paz que transmitía este mes y el frío que recorría su cuerpo. Por qué ella ¡amaba el frío!, por más que hiciera que se enfermara, ella seguía diciendo que amaba el frío. Y yo no era nadie para cambiar ese pensamiento, tan dulce y hermosa. La extraño.
Tome algunas fotografías, desde que se fue he subido una fotografía a mi Instagram con algún mensaje para ella, con la mínima esperanza de que logre verlos. Pero nunca ha llegado un me gusta de ella, sólo son ignorados. Coloque mi cámara justo enfrente del puente del rió que une a las dos ciudades, entonces capture la imagen, era bellísima. La luz que se mezclaba con los tonos cálidos del paisaje daban una hermosa vista a la imagen.

Volví a mi departamento exhausta y con la única intención de subir la fotografía, cenar e irme a dormir para esperar el día siguiente. Casi como una rutina.
Abrí mi portátil y pase las imágenes a el, tome la imagen tan bella que tome esa tarde, no me gustaba editarlas mucho y esta vez había salido tan bien que sólo agregué mi marca de agua. Cuando estaba poniendo la marca, justo al lado del pequeño árbol que se mostraba, la vi. Era ella, en mi fotografía, pensé que estaba alucinando así que le mandé la imagen a Luis, era el único que respondía rápido. Y si, definitivamente mi bebé estaba en esa fotografía, ni siquiera me di cuenta de su presencia, se ve tan pura, tan inocente. Justo como la recordaba. Mis ojos se inundaron de lagrimas. ¡La encontré!

Y mañana iría a verla.
No importaba cuanto tardara. Lo haría y me tiraría al piso si es necesario.

Por que la amo.