𝙸 𝚗𝚎𝚎𝚍 𝚞.

23.- Dulce. Último

— ¿Sabes que pasa después de las bodas?

– ¡Comen pastel!

— Aparte de eso, Any.

– ¿Oh?, no entiendo.

— Mmh, digamos que les gusta hacer cosas.

– ¿Jugar?

— Sí, jugar.

– Oh, yo quiero jugar, amor.

— Sí, si vas a jugar. ¿Te molesta este vestido?

– No me molesta, me quedo muy lindo, todos me miraban en la fiesta, ¿lo viste, amor?

— Lo vi mi reina. Pero es momento de jugar y no podemos jugar con los vestidos.

– Cierto, se arruinaría.

— Sí, ven, te lo quitaré.

– Sí.

Comencé a bajar lentamente el cierre de su vestido, tocando con mis dedos finos y fríos su piel, su reacción era moverse ante el tacto, al finalizar deje caer el visto en sus pies y pude ver sus suaves y rosados pechos posado ante mi vista.

– ¿Querías jugar a esto, mommy?

— Sí, bebé, quería jugar a esto.

– Ahora lo entiendo.

— Ayudame a quitarme el vestido y después haremos algo más que solo hablar, ¿esta bien?

– Esta perfecto.

Me volvía loca que me tocará, pude sentir sus manos tibias posarse en mi espalda y tocar su contorno, estirar suave de la tela y quitarla de mi piel, no podía resistir un poco más, ya era mía y era el momento perfecto para recordárselo.

Tomé sus manos dejándola desconsertada, la bese suave, sintiendo sus suaves labios rozar con los míos, comenzando a subir el tono e intencidad, podía decir que era un majar, me encantaba sentir su piel con la mía, baje los labios a su suave cuello, bese, mordí y llene de saliva su linda piel, ella estába impaciente, al igual que yo, nos recostamos en la cama suavemente, su tacto me quemaba, podía sentir cada parte de su piel extenderse ante mi tacto, pasaba sus manos sobre mi, calando ante su tacto y dejándome en un mar de suspiros.

— Me encantas tanto, Any.

– Por favor no te detengas.

Baje mis manos cuidadosamente por su abdomen, sentí como su piel se estremecía y sus labios dejaban escapar un montón de gemidos genuinos, llegué a la cúspide de su entrepierna, sentí sus suaves pliegues mojados con mis dedos, relami mis labios y comencé la danza. Movía mis dedos en sinfonía a mis labios.

– Más~

— Lo que ordenes, preciosa.

Bese sus lindos labios y comencé a bajar por su cuello, mordía, succionava cada milímetro de su piel, seguí por sus pechos, mordiendo su suave pezon y succionandolo hasta que este por venirse, detuve mis movimientos tanto de boca y mano, baje completamente a sus muslos, podía admirar toda su belleza, brillando humedecida y caliente por mis caricias, bese sus suaves muslos, lami su tan deliciosa piel, subiendo hasta su monte venus, bese su suave clítoris y sentí como se arquea ante mi tacto, seguí con los besos, mordidas y caricias hacia ella. Sentía su sabor tan delicioso y me hacía estallar de emoción su rostro.

Fui presente de la llegada a su extasis y llena de emoción lo recibí, tomando hasta la última gota de su néctar emergente y sintiéndome plena de tenerla solo para mí.

— Me gusta cuando tienes tantas cosas que decir en solamneye jadeos, cariño.

– Te gustara más cuando la que los digas seas tú.- Se subió sobre mí.- Ahora cariño, te haré mía justo como tu lo haz hecho conmigo.

— Puedo jurarte que será eternamente eso.

– No tienes que jurar, sólo hacerlo.

— Te amo.

– Te amo mucho más. Ahora, te quiero recostada y con tu linda entrepierna abierta para mí.