10.- No.

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Maratón 5/7

ANGI

— Angi, ¿estás loca?

— ¿Por qué?

— No puedo matar a una persona solo por que tú me lo pides.

— Pero papá.

— Angi, esto no es un libro o una película de ficción.— Eso parece.

— ¿Y?

— Puedo ir a la cárcel por hacer eso.

— Cobarde.

— Esa bocaza.

— Lo siento.

— Explícame por que tu cabezota tiene esa idea.

— Papá tengo novia.

— ¿Qué?

— Bueno tenía, la aleje de mí por miedo a lo que dirías, a qué dejarás de verme como tu hija y ahora ella está siendo maltratada, papá enserio, sí dices que me amas tanto, ayúdame a salvarla.

— Wow. Esto es nuevo.

— Lo se papá pero de verdad necesito tu ayu...

— Pero ya lo sospechaba.

— ¿Qué?

— Oh vamos hija, eres muy obvia. Observas a tus amigas, les miras el trasero y te muerdes el labio, ¿Crees que no me doy cuenta?

— Bueno yo...

— No es mi vida, es la tuya y seas como seas, te amo.

— Oh papá, sí tan solo me hubiera armado de valor hace un año, nada de este infierno estaría pasando.

— Lo hecho, hecho esta, ahora lo único que queda es salvar a tu doncella.

— Gracias papá.

— No es nada hija, ¿sabes que eres mi pequeña?

— Lo sé. Yo también te amo papá.

— Es hora de la cena y sobre el asunto, mandaré a personas a investigar a tu amada, solo dame dirección y nombre.

— ¡Eres el mejor papi!

— Lo soy.

— Presumido.—

Comencé a reír y lo abracé muy fuerte, extrañaba esto, aún siendo el hombre de hielo que era, tenía sus momentos de apapachos. Era grandioso. Era mi papá.
Bajamos a la cocina y mi vejiga no podía más, avisé a mi padre de que iría al tocador y corrí a toda prisa, un minuto más y habría mojado mis interiores.
Entre al baño y realicé mis necesidades, mientras lavaba mis manos, alguien giró la perilla, ¡santa mierda!, ¿no la cerré?
Mi sorpresa fue aún mayor cuando vi a la persona que entró.

— ¿A-any?

— ¿Angi?

— ¿Qué haces aquí?.— Soltamos las dos al unísono.

𝙸 𝚗𝚎𝚎𝚍 𝚞. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora