12.- Please.

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Maratón 7/7

ANGI

La tome de la barbilla y junte nuestros labios, sin moverse, sólo rozarse, simple. Me llenaba de paz, de amor, no podía sentirme mejor. La tenia de vuelta.

Eres lo más valioso que tengo en la vida.

— No digas eso.— Se sonrojo.

Es la verdad mi amor.

— Basta.— Cubrió sus mejillas con sus manos.

Déjame ver esas mejillas rosadas.— Quite sus manos de su rostro.— Eres tan hermosa.

— Basta, me sonrojo.

— Corrección, ya lo estás.— Volví a besarla.— Me encanta cada parte de tu cuerpo.— Bese su hombro.— Desde el más mínimo detalle, hasta la más perfecta sinfonía de piel que tienes.

— Angi~

— ¿Qué pasa bebé?

— Y-yo...

— ¿Tú?

— No quiero.

— ¿Segura?.— Baje a su cuello.— ¿de verdad no te gusta esto?.— Mordisquee y lamí con mi lengua en círculos.

aaah~.— Se cubrió la boca.

Eso no se hace niña mala.— Baje mis manos a su trasero y lo apreté un poco.— Sigue gimiendo para mí.

— Angi, para.

— No creo que quieras.— Subí mis manos a su cintura y acaricié en círculos, ella tiró su cabeza hacia atrás.

p-Por favor.— Su voz temblaba, mordí el lóbulo de su oreja y susurré en ella.

Vamos a hacerlo despacio.

— An..

La volví a besar, estaba necesitada de sus roces, su calor, ese calor energético que ella me transmitía, la guíe con cuidado a la sala, recosté su cuerpo sobre el sillón y me subí sobre ella con delicadeza.

Angi, para.

— Ambas sabemos que no quieres eso.

— Sí quiero.

— No, es mentira.

— No lo es.— Baje el escote de su vestido y me sorprendí al ver que no llevaba sostén, la culpa me invadió de solo pensar el por qué no lo llevaba, pero volví la mirada a su rostro y este estaba completamente sonrojado, haciendo que mis deseos de tenerla aumentaran, fui a uno de sus pechos y lo besé, con suaves lamidas a su alrededor.— agh..

— Tu cuerpo no dice lo mismo, mi amor.

— Entonces hazlo.

— Esa es mi chica.

Bese sus rosados labios mientras mis manos subían por sus muslos, descubriendo esa piel que su vestido ocultaba, dejándome sentir sus suaves muslos, su respiración se entrecortó al igual que la mía y separaré nuestros labios, sí quería matarla que fuera de placer solamente.
Mis manos llegaron a la línea de sus bragas y sin más comencé a bajarlas, aún sin quitarle el estorboso vestido, ella tomó mis manos para detenerme. Solo tome sus manos y deje dos besos en ellas apartándolas de mi actividad, volví a lo que estaba haciendo y la despojé de su prenda íntima. Subí a sus labios otra vez y dejé besos por todo su rostro, mientras mi mano se posaba en su abdomen dejando masajes circulares en este.

No sabes cuánto te amo Any.

— Mmh...

— Dime que me amas.

— Te amo.

— Eso es mi amor.

Volví a besar sus lindos labios, levantándola un poco hacia donde yo estaba, para así quitarle de una vez por todas el vestido. Cuanto la cremallera del vestido estaba abajo, tome la falda de este y comencé a deslizarlo hacia arriba, tocando con la yema de mis dedos mientras la desnudaba para mí. Sus ojos estaban entrecerrados y sus mejillas rojas.

Ere perfecta para mí.— Le recordé en un susurro.

Al terminar de quitar su vestido, observe su silueta, tan perfecta como la primera vez que la vi, mordí mi labio y lo humedecí, baje al centro de sus senos y deposite un beso, comenzando a bajar así, dos, seis, once y por fin había llegado a donde quería. Inhale aire con el único propósito de erizar su piel, ella al sentir el aire, se removió y soltó un gemido pequeño. La señal perfecta para continuar con mis caricias.

Esto va a sonar vulgar, pero extrañaba fundirme en tu entrepierna.

𝙸 𝚗𝚎𝚎𝚍 𝚞. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora