Con el cabello rubio perfectamente peinado hacia un lado, Kris Wu se presentó con sus abogados frente al fiscal Song. El hombre dejó salir un bufido de impaciencia al ver el nivel de vanidad que alguien podía tener para presentarse a un interrogatorio con semejante imagen de actor famoso. Malditos niños mimados.
–Señor Wu, su caso es muy particular– empezó el fiscal –Al tener usted dos nacionalidades, podría ser acusado en ambos países por el mismo crimen. Por el momento, no podrá salir de Corea hasta que esto se resuelva o usted y sus abogados prueben que no es culpable.
–Fiscal Song– interrumpe uno de los abogados –Creo que no podemos hablar de involucrar a otros países cuando todavía no se ha probado nada.
–Por ley tengo que advertirle al señor Wu que, como extranjero, algunas leyes coreanas no pueden aplicarse sobre él, pero que eventualmente podríamos entregarlo a la justicia china o canadiense.
La reunión tenía la finalidad de informar que, en caso de que Kris Wu resultara culpable, su doble nacionalidad podía traer varios inconvenientes. El primero era que uno de los países solicitara que fuera enviado para ser juzgado bajo su propia legislación, pero también podía ser encerrado en Corea si es que ninguna ley lo impedía. Eso podría provocar disgustos entre los países, al ser un extranjero siendo juzgado fuera de territorio.
–Tengo entendido que hay otro muchacho que también tiene doble nacionalidad. ¿Se están tomando las mismas medidas con él? ¿O esto es algo personal con mi cliente?– quiso saber el otro abogado de Wu.
–Afortunadamente para él, recientemente adquirió la nacionalidad coreana, a parte de la china. Por lo tanto puede ser juzgado en este país sin la intervención de otro, porque es considerado ciudadano local legalmente.
Una mueca de disgusto hizo que la interrupción no siguiera su camino. El fiscal Song necesitaba saber con qué tipo de delincuentes se estaba metiendo. La mala noticia era que todas las personas que terminaron como testigos o como sospechosos eran ricos, poderosos o estaban rodeados de amigos ricos y poderosos.
Hasta el momento, Park Chanyeol había sido absuelto, ya que se había demostrado claramente que su participación en el asesinato era imposible. Pero quedaban dos más y eso le alegraba, porque estaba cerca de conseguirlo. El problema era que cada vez parecía más imposible descubrir quién era el verdadero culpable.
Las coartadas a veces le hacían dudar. El fiscal Song rara vez perdía la confianza en su criterio, pero entre todas las pruebas, no había algo contundente que le ayudara a encerrar al asesino y consagrarse como el mejor investigador de Seúl.
Oh Sehun fingía ser un acusado, se estaba encargando de sacarle la mayor cantidad de información posible a los enjuiciados, pero la táctica empezaba a perder efecto, no podían tenerlo ahí para siempre.Kris Wu era todo menos tonto, y al fiscal le dio la impresión de notar que no confiaba en los otros sospechosos, especialmente en los que hacían "demasiadas preguntas". Tenía que hacer que su agente en cubierto lograra conseguir alguna pista clave, o directamente sacarlo de la manera más natural posible.
Cuando la pesada y larga conversación legal sobre su particular situación y más palabras intercambiadas con los abogados terminó, salieron de la sala para entrar enseguida con Hwang Zitao y su arsenal de defensores preparados para negociar.
Mientras el altísimo rubio caminaba fuera de la sala de interrogatorios, una de las chicas de la oficina pasó con papeles en mano, atareada con trabajo. Hicieron contacto visual y Kris le guiñó un ojo frente a todos los presentes y la muchachita se sonrojó muchísimo, pero al ver la mirada asesina del fiscal Song, desapareció entre los pasillos.
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Crime Scene (Kaisoo)
FanfictionUn asesinato en Seúl. La prensa busca en escandaloso hecho mientras fiscales y detectives intentan hacer su trabajo bajo más de una presión. Es así como el detective Do, un novato recién llegado, y el detective Kim, un desafortunado nuevo ingreso, t...