Crime Scene (Kaisoo)

Capítulo 16

Jongin actuaba como si nada hubiera pasado. Es más, se había vuelto incluso más cariñoso y preocupado. Kyungsoo se iba a volver loco si su compañero seguía jugando con sus sentimientos de esa manera. No sólo tenía que luchar en el trabajo, con la presión del fiscal Song pidiéndole que organice todo para el juicio,  también tenía que regresar a casa y encontrarse con el hombre más guapo, gentil, educado y sensual del mundo esperando por una respuesta de su parte.

¡Maravilloso! ¡Perfecto! ¿Algo más? Si, había mucho más. Luhan estaba al tanto y parecía no disimular. También tenía que lidiar con su jefe, que le ponía tarea tras tarea a pesar de que en general ya estaba lo suficientemente ocupado.

–Esto debería ser suficiente. Hemos revisado todos los lugares, hemos recreado las situaciones basándonos en los hechos y en las actividades que hacían Tao y sus amigos– explicó Luhan mostrando los documento con las evidencias.

–También tenemos el testimonio del vendedor de drogas. Logramos un trato justo con él– intervino Jongin –Puede testificar que le vendió el mismo tipo de drogas que mataron a todas las muchachas al sospechoso, incluso si él ha estado limpio en varios exámenes que tenemos.

–Sin contar con el hecho de que conocía a todas las víctimas. Hay pruebas de acoso contra una de ellas. Lo único que necesitamos es traerlo para hablar con él. Si confiesa será más fácil para nosotros– opinó Kyungsoo.

–También podríamos preguntarle la razón por la que usa el 14 de febrero como firma persona– aportó el fiscal.

–Seguramente porque fue rechazado. Viendo el tipo de cosas que ofrecía a las muchachas, seguramente intentó ganarlas con una fecha significativa. Tal vez se quería vengar de las chicas que lo dejaron plantado o lo ignoraron en San Valentín. 

–¿No son las chicas las que entregan chocolate el 14 de febrero?– preguntó el fiscal.

–Preguntamos entre sus compañeros cuáles son las tendencias y eso no ha cambiado. Pero, al no recibir nada, decidió ser él quien dé los detalles. Algunos de sus conocidos dijeron que está obsesionado con cosas como Starbucks o Gucci, con gustos muy occidentales. Tal vez quiso marcar la diferencia declarándose en esa fecha con regalos caros.

–Podemos atraparlo por ahí, buena idea, Kim– elogió el jefe y el chico asintió con la cabeza. 

Para todos los colaboradores un caso tan grande, tan importante y tan famoso les hacía sentirse como celebridades. No podían salir a la calle con normalidad, eran acosados por una jauría de reporteros atacándolos con preguntas, cegándolos con los flashes de las cámaras o intentando obtener cualquier tipo de información para publicar. 

Su situación se volvió tan insostenible, que a Jongin se le permitió dejar su auto en el estacionamiento subterráneo, reservado sólo para fiscales o personas de alto rango. La fiscalía no podía arriesgarse a que cualquier cosa dicha por los detectives pueda ser manipulada y distorsionada. Era un martirio, porque se hablaba más de ellos en los medios, que de cualquier otra cosa.

Los muchachos estaban abrumados por todo el trabajo, toda la atención, toda la tensión de la oficina y encima... sus problemas privados. Kyungsoo tenía conflictos personales, que acaparaban su mente cuando llegaba a casa. Le molestaba que por culpa del trabajo y la situación, no podía darse el lujo de ponerse romántico y pensar en su relación con Jongin. Un escándalo entre los detectives del caso y todo podía arruinarse por culpa de los chismes. No arriesgaría el trabajo duro de todo su equipo, del mismo Jongin sólo porque no podía tener un poco de paciencia.

–Ten– Jongin le extendió una pastilla y un vaso de agua.

Ambos estaban en casa, era cerca de la media noche y acaban de llegar. Habían logrado organizar muchas cosas ese día y el fiscal parecía complacido con la nueva información y los documentos perfectamente organizados para el juicio.