Te amo...

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-¿y qué te parece este?-Susan pasó de página en la revista y apuntó otro pastel.

-Oye espera, ¡ese es muy hermoso!-Sara la imitó pero señaló uno diferente.

-ella debe elegirlo Sara-Susan la miró enojada.

-básicamente tú estás eligiendo por ella-contestó Sara en modo agresivo.

-yo no estoy escogiendo nada por ella, simplemente le estoy mostrando opciones.

-¡claro que no! ¡escogiste su vestido!

-¡claro que no Sara!

-Lo hiciste Susan, viste unos ''muy lindo'' y no volviste a mostrarle ningún otro.

-¡porque no te callas Sara!-le gritó.

Me paré bruscamente y corrí hacia las escaleras.

-¡a dónde vas!-gritó Susan corriendo detrás.

-¡déjenme tranquila! ¡yo ni siquiera quiero esto!-me giré bruscamente-quiero seguir mi vida tal cual estaba no así, este estrés, esta angustia, ¡todo!-comencé a sentir mis ojos cristalizarse-no me interesa que maldito acuerdo tengan, quiero mi vida, quiero tener el derecho de poder decidir sobre ella no que decidan por mí-entré a mi habitación con un fuerte golpazo.

Luego de la propuesta de Patrick antes de responder pedí hablar con él a solas, pero mi madre antes de ellos mi dio fuertes amenazas de cosas que podría hacer si yo me negaba a tal propuesta, por lo que estuve obligada a tener que decir que si.
Por lo que ahora, una semana después me encontraba comprometida con Patrick y estaban todos totalmente estresados con el hecho de la boda, en la cual yo no tenía autoridad de palabra ni podía decidir nada.

Daniel no había dejado de escribirme en toda la semana, mensajes a los cuales no había contestado, no sabia que decirle.
Y estaba completamente confundida con mis sentimientos hacia él, no paraba de pensar en él en todo el día, Buscaba videos de él cantando para poder tenerlo cerca a pesar de todo.
Había estado dos veces a mi casa, claramente no a la puerta principal, lo escuché golpear mi ventana muchas veces, tardaba más de dos horas en irse pero finalmente lo hacia, y luego obtenía muchos mensajes de su parte.

-¿A donde vas?-Susan me miró seria al verme dirigirme hacia la puerta principal.

-porque esté comprometida no dejaré mis responsabilidades, llevo una semana sin trabajar y debo irme-salí sin esperar contestación.

Manejé lentamente y relajada hasta la escuela, evitando que me siga estresando más de lo que ya de por si estaba. Al llegar mientras bajaba de mi coche noté la camioneta de Daniel junto a la mía, maldije internamente y caminé lentamente hasta la entrada rezando porque el chico no estuviera detrás de la puerta de cristal.
Al estar a unos metros lo noté allí parado hablando de una forma bastante estresante con Camila, al verlo me congele completamente.

¿Qué haría? ¿Qué le diría? ¿Qué se supone que debía hacer ahora?

Me giré devolviéndome al coche, claramente no pasaría por eso ahora.

-¡Sam!-escuché un grito.

Al girarme fui impactada con el cuerpo de Daniel el cual me estaba apretando en un fuerte abrazo.

-Demonios Samantha-susurro-¿¡dónde habías estado!?-se separó mirándome enojado-no importa-interrumpió mi explicación volviéndome a abrazar, pase mis brazos alrededor de él sintiendo su calor corporal, dejando que su aroma me abrazara junto con él, había pasado tantos días deseando algo así que ahora no podia ni tampoco quería soltarlo

-lo siento-se disculpó al notar el tiempo que llevábamos abrazados, se separó con una sonrisa incomoda-es que...estaba muy feliz, hace como una semana que no te veia, fui a tú casa pero nunca contestabas, esperaba en tu ventana durante horas-habló preocupado-y tú padre no paraba de decir que nunca estabas en casa y...

•Runaway now and forevermore• [En Edición] 《Daniel Seavey》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora