Tal y como Daniel lo había dicho al día siguiente todas mis cosas llegarona mi casa, él no las trajo pero el chico encargado del trabajo dijo que era su amigo, lo que no me importaba mucho ya que una pequeña parte de mi quería que Daniel fuera el que las trajera.
Y tal como se lo había dicho, hoy, luego de dos semanas de todo lo ocurrido, no había sabido absolutamente nada de Daniel. Se había apartado totalmente, no mensajes, no llamadas, no idas a mi habitación no más nada, aunque igual debo de aceptar que escuchaba muchos ruidos desde mi ventana, pero con toda mi fuerza de voluntad intentaba no acercarme y mirar, cuando todo parecía en calma me dejaba llegar y una vez visualice la camioneta de Daniel fuera de mi casa y por obvias razones solo una persona podría estar allí a las dos de la madrugada.
La relación con mi familia no había mejorada, las cosas con mi madre seguían igual pero a mi padre simplemente no podía odiarlo, por lo que estábamos medianamente bien.
Ahora mismo nos encontrábamos en la mesa del comedor comiendo la cena, yo estaba concentrada en mi plato y mi comida mientras escuchaba a mi madre criticar y criticar a todo el mundo, igual que siempre.
-entonces, el trabajo que hizo fue horrible-concluyó, de reojo vi como me miraba y luego miraba mi padre-y ese chico por dios-habla de una forma malvada mientras aplaude como si fuera algo muy gracioso.
-Karen, por favor-suplicó mi padre.
-pero si aún no e dicho nada-volvió a reír, mi padre le hizo una seña hacia mi con la cabeza, mi madre me miró con una ceja levantada.
-¿que tiene ella? ¿acaso tienes algo que aportar?-seguí comiendo manteniendome en silencio ignorando lo que decía sin ganas de contestar-eso creí-volvió su mirada a mi padre-como te decía, no quiero profundizar mucho en su vestimenta porque en verdad cada vez que lo veo me dan más ganas de vomitar, esos pantalones rotos y esas remeras largas, sin contar las veces que usa esas horrendas medias, por dios, ¿quien viste a ese niño? ¿un vagabundo?-apreté mis puños tensandome completamente, mi mirada fue directo a mi madre la cual miraba a mi padre como si yo no estuviera allí-su cabello siempre desprolijo, lo único que lo hace ''no tan desagradable'' son sus ojos y no mucho, porque incluso y parecen de mentira, ¿que crees que hará ahora que ni siquiera tiene trabajo? seguro ya debe de estar viviendo en la calle, y con toda la cosa del chelo, ¿en serio pensó que podría aprender algo? los chicos como él no tiene talento ninguno.
Solté el tenedor fuertemente haciendo un estruendo por toda la habitación, golpie con ambas manos la mesa y me levanté.
-¿puedes cerrar la maldita boca?-solté en un grito-ni siquiera tienes una minima idea de lo que estás diciendo maldita sea, ¡solo callate!-solté desesperada.
-no te permito que me hables así Samantha-dijo subiendo el tono mientras se paraba.
-y yo no permito que sigas hablando así de Daniel.
-yo en ningun momento lo nombre-sonrió triunfante-pero ¡Ja! hasta el nombre es patético-miró a mi padre el cual estaba completamente tenso sin saber que hacer, golpee nuevamente la mesa y miró sobresaltada.
-no te permito, que sigas hablando así de él, no lo conoces de nada-comencé a sentir mis ojos aguarse por la impotencia del momento-ni siquiera has escuchado alguna vez a Daniel tocar ningún instrumento, no tienes una idea del talento que tiene o no tiene, ni un granito de saber tienes, y te reitero, no pienso seguir quedándome callada mientras lo único que sabes hacer es seguir hablando mal de él.
-no se quien te crees que eres porque yo aún sigo siendo tu madre-apuntó con el dedo.
-¿mi madre? ¡mi madre!, ¿siquiera tienes alguna idea de lo que ser una madre?-rodeó la mesa acercándome a ella-una madre está ahí para ti cuando la necesitas, te insita a vivir tú vida, ¡se supone que te da cariño y amor!, tú ni siquiera sabes lo que es el amor-su mano fue directo y con mucha fuerza hacia mi mejilla haciendo que me gire bruscamente y casi revale, de un tirón tomó mi cabello cinchando hacia atrás.
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•Runaway now and forevermore• [En Edición] 《Daniel Seavey》
Fiksi PenggemarPlanificar tu vida suele ser algo interesante y aveces hasta emocionante; pero cuando eso cambia y tu vida pasa a ser planificada por otras personas no es tan bueno. Me llamo Samantha Arnold y me planificaron mi vida. Me consiguieron y armaron mi tr...