•Runaway now and forevermore• [En Edición] 《Daniel Seavey》

El hombre perfecto.

-¿Cuando planeas volver?-acomode mejor mi cabeza sobre el pecho de Daniel.

-no planeo hacerlo-susurré-aunque debo hacerlo, no di ninguna explicación cuando me fui.

-creí que no le debes explicaciones a nadie.

-no le debo nada a nadie, pero no dejo de pensar en mi padre, es por la única persona que podría llegar a sentirme mal-su respiración se entrecorta unos segundos-¿estás bien?

-si, todo bien-contestó lentamente-¿te gustaría hacer otra cosa?

Elevé mi cabeza mirándolo.

-¿como que? espero que no digas ''tener sexo''-soltó una risa.

-no iba a decir eso, pero si quieres lo hacemos-ambos reímos-¿quieres cantar un poco?

Hice una mueca.

-Daniel, yo no canto.

-¿hay algún chelo aquí?-me senté y él me imitó.

-no lo se.

Luego de haber estado revisando la casa a nuestra suerte y milagrosamente encontramos un chelo. Volvimos al balcón, yo tomé el chelo y Daniel la guitarra.

-¿has visto la película ''If I stay''?

-¿De la chica que toca el chelo y tiene un accidente?-asintió-no la e visto.

Comencé a reír descontroladamente ante a expresión en su rostro.

-claro que la vi, ¿qué pasa con eso?

-¿sabes la canción ''Today''? que canta ella con su novio.

Hice memoria intentando recordar las notas.

-¿quieres tocarla?-asentí.

De a poco las notas musicales comenzaron a salir del chelo y en poco también de la guitarra, tomándome desprevenida Daniel comenzó a cantar la letra asombrandome una vez más con su hermosa voz.

Cuando di por terminada la canción con la última nota me quedé mirando unos segundos a Daniel, sin poder creer todo esto.

No podía creer que verdaderamente tuviera a un chico así junto a mi, me respetaba y amaba como nadie lo había hecho nunca. Lo amaba tanto, con cada parte de mi ser.
Amaba su cabello, amaba sus ojos, amaba la perfecta línea que marcaba su mandíbula, amaba sus brazos, sus manos, todo de él.
Amaba como me trata, como trataba a otros, adoraba la fascinación que tenía por la música y el talento inmenso que brotaba de cada parte de él.
Todo en él era simplemente perfecto.

-¿qué tanto miras?-esa sonrisa.

Esa maldita sonrisa, podría mirarla el resto de mi vida y nunca me aburriria de ello.

-nada, ¿quieres ver una película? veamos If I stay-asintió.

***

Cuando la película llegó a una de las escenas más tristes llevé mis manos rápidamente a mi cara esperando a que mis ojos comenzara a derramar las lágrimas que seguramente querían soltar.

-oye, ¿estás llorando?-negué-cariño.

Daniel se acercó abrazándome.

-no llores amor-sus palabras hicieron que un hormigueo pasara por todo mi cuerpo.

Pasó sus brazos por mi cintura y dejó su cabeza en el espacio entre mi cuello y mi hombro.
La película continuó pero en pocos segundos mis concentración pasó de ser en las escenas  a la respiración de Daniel en mi cuello.
Chocaba suavemente con mi piel y me hacia erizar completamente. Por la tranquilidad de esta podía notar que estaba dormido, o muy relajado.

Los créditos se hicieron paso en la pantalla dando a entender que la película había terminado.

-¿Daniel?

Susurré girando mi cabeza lentamente, noté que tenía los ojos cerrados y dormía plácidamente. Subí mi mano hacia su rostro y  acaricie lentamente su mejilla.

En verdad me siento completamente afortunada de tener a un chico como él junto a mi.

Tomé su cabeza y con delicadeza comencé a deslizarme dejando que se apoyara en el sofá, tomé una manta y lo arrope dejando un beso sobre su cabeza. Me encaminé a la escalera pretendiendo subir a la habitación.

-¿me dejarás aquí?

Un Daniel somnoliento y despeinado apareció por encima del sofá, Solté una risita al ver su carita.

-ven-extendí mi mano.

A paso lento se acercó a mí tomando mi mano.

-eres tan tierno cuando duermes-esbozó una tierna sonrisa.

Me puse en puntas sobre mis pies llegando a su labios dejando un suave beso.

-vamos, estás cansado-asintió.

Entre tropezones y golpes Daniel finalmente había llegado hasta el piso de arriba.
Una vez en la habitación se dejó caer sobre la cama completamente exhausto, solté una risa y me acerqué a él.

Con delicadeza comencé a desabrochar los botones de su camisa.

-¿intentas violarme?-solté una risa al escucharlo balbucear.

-coopera conmigo.

Le quité la camisa y luego fui hacia sus pies quitando los zapatos.

-¿no me quitarás el pantalón?

-¿para eso si estás despierto?-se rió lentamente.

Me acerqué al botón de sus jeans y lo desabroche junto a la cremallera.

-wow-se sentó rápidamente-no creí que lo harías-sonreía impactado.

-quieres dormir, quiero dormir, y no dejaré que te acuestes así.

De un tirón se quitó los jeans y se metió debajo de las cobijas.
Yo ya tenía mi pijama puesto por lo que cambiarme no era necesario, imité la acción de Daniel pero antes de acomodarme me encargué de apagar las luces.

Sentí sus manos sobre mi cintura y luego sobre mi abdomen, de un tiro apegó mi cuerpo al suyo y entrelazó nuestras piernas.

-que descanses-susurró.

- que descanses.