Un lugar relajante.

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Estár aquí era en verdad relajante, de muchas maneras. Nadie nos molestaba y podíamos estar juntos libremente.

Estaba tomando una ducha cuando sentí la puerta de la habitación abrirse, cuando acabé de ducharme me envolví en una toalla y al no haber traído ropa salí de allí encontrándome a Daniel acostado cómodamente en la cama. Al escucharme llegar elevó la cabeza pero desvió rápidamente la mirada.

-sabes, no te miro por respeto, porque juro que quiero mirar-me reí.

-no verás nada del otro mundo, consideralo un vestido.

Dirigió su cabeza hacia mi pero con los ojos aún cerrados.

-te estoy respetando jovencita, ¡déjame hacerlo!-volví a reír.

-Pues no lo hagas tanto.

Sigilosamente me acerqué a él y Me arrodillé  apoyando mis manos suavemente en sus rodillas.

-no lo hagas-advirtió.

Separé ambas piernas, subí mis manos y las introduje por debajo de su remera y sentí como se erizaba.

-¿quisieras quitarte la remera?-pregunté elevando la prenda.

Lentamente se la quitó y todo su abdomen quedó al descubierto. Me apoyé sobre mis rodillas y me acerqué a su piel dejando suaves besos por todo su pecho, baje mis manos hasta la cremallera de sus jeans lentamente los desabroche y este me miró rápidamente.

-¿que haces?-me miró preocupado.

Llevé mi mano a sus labios.

-shh-ordené.

Apoyó su cabeza nuevamente sobre la cama supongo que intentando relajarse ya que en sus brazos se notaba que estaba algo tenso.

De un tirón me deshice de sus jeans y en segundos también de su boxer. Noté como cerraba sus ojos lentamente, sonreí triunfante y comencé a hacer un poco de trabajo con mi boca dándole algo de satisfacción al ojiazul.
Este comenzó a soltar gemidos de satisfacción en una cuantas oportunidades.
Al acabar lo miré triunfante y me devolví al cuarto de baño lavando mi rostro.

Cuando regresé  a la habitación el chico ya no estaba allí.

-¿Daniel?

Pregunté mirando a todos lados, Sentí unas manos en mi cintura y en poco sentí a su amigo sobre mi trasero, me giró recostandome contra la pared y comenzó a acariciar mi pierna, allí fue cuando recordé que sólo traía una toalla y nada más, de un segundo a otro me levantó enrollado mis piernas por su cintura, de un movimiento rápido se introdujo dentro de mí haciéndome soltar un fuerte gemido.
Se movió pocas veces para luego salir y en un movimiento brusco me dejó sobre la cama, él no tardó mucho en posicionarse sobre mí.
Quitó mi toalla tirandola a algún lugar de la habitación y comenzó a besar mi cuello, yo arañaba levemente su espalda, me movió posicionándome encima de él.
Está vez fui yo la que le di pase dentro de mí, comencé a mover mis caderas frenéticamente. Nuestras respiraciones agitadas y los gemidos recorrían toda la habitación.

Daniel no era un chico que le gustara dominarse, por lo que me giró nuevamente debajo de él para que pudiera ser el encargado de hacer el trabajo.

Cuando ambos dimos por terminado Daniel se dejó caer exhausto junto a mi.
Nuestras respiraciones estaban agitadas y por lógica nuestros pechos subían y bajaban rápidamente.

Daniel se estiró tomando una sábana cubriendo nuestros cuerpo, me acerqué apoyando mi cabeza en su pecho, él pasó su mano por mi espada y comenzó a acariciar suavemente.

-¿terminase dentro?-soltó una carcajada ante mi repentina pregunta-es enserio-hablé riendo.

-no lo se-pellizque su pecho y él soltó un quejido-tal ves sí, tal vez no...no lo se.

-solo dilo-elevé mi cabeza, asintió repetidas veces-¿te viniste dentro?-pregunté ahora impactada.

-si-habló entre risas.

-que loco eres-me reí tiernamente-pero no vuelvas a hacerlo-intenté hablar lo más seria posible.

-no lo haré-llevó su mano a su corazón jurandolo, me reí ante su exageración.

-te amo.

-igual te amo-sujetó mi rostro acercándome para poder llegar a besarlo.

•Runaway now and forevermore• [En Edición] 《Daniel Seavey》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora