Prólogo.

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Ciudad de México.

Oficial Valdés, tenemos un problema.— La policía Reyna indicó al oficial más reconocido de todo México, Macario Valdés.— Parece qué Jhonny Corona se ha escapado, no hay ningún registro en su celda y ningún movimiento se ha detectado desde hace 15 horas.— Habló nerviosamente.

—¿Es en serio lo que me estás diciendo?— Habló furioso mientras se acercaba a la policía lentamente.— No han detectado movimiento en 15 horas y "parece" que Jhonny se ha escapado.— Dijo con ironía mientras hacía comillas con sus dedos mirando fijamente a Reyna.— Cierren todas las puertas.

Reyna apretó el botón de emergencia mientras que todas las puertas comenzaban a cerrarse en la comisaría lentamente y una sirena sonaba fuertemente. Los demás policías tomaron sus armas y corrieron en diferentes direcciones tomando sus respectivas posiciones de ataque. Las personas comenzaban a gritar y protegerse.

El oficial Macario salió con una sonrisa hacia donde estaban las personas, alzó una mano para que guardaran silencio y así lo hicieron.

—Tranquilos. No es nada grave, por lo tanto, quiero que se queden aquí.— Habló lentamente colocando sus manos en los bolsillos de su pantalón.—Resolveremos esto en unos momentos.— Sonrió y salió de la sala de espera.

—Papá, oí la alarma.— Una chica de piel bronceada preguntó colocando las manos en su rodilla por falta de aire.—¿Está todo bien?

—Llegas tarde otra vez, Juliana.— La miró.—¿Dónde esta tu arma? ¿No la traes?— Juliana negó con la cabeza haciendo una mueca.— Ya hubieras muerto, y no, no está todo bien. Jhonny Corona ha escapado, de nuevo.

Juliana miró a su padre quien se veía furioso, claro, ella también lo estuviera sí se le hubiera escapado el sicario más buscado de todo México, otra vez.

Después de haber buscado por toda la estación de policías no había ninguna señal de Jhonny, incluso cerraron las zonas donde pudo haber estado, Macario soltaba maldiciones y golpeaba todo, estaba enojado consigo mismo. Se arrepintió de no haberlo condenado a la silla eléctrica.

Miró por última vez la grabación de las celdas y nada. No había absolutamente nada. Lo último que pudieron captar las cámaras fueron a Jhonny recibir su cena y después todo era negro.

—¿Oficial? ¿Puedo pasar?— un chavo con barba tocó la puerta mientras asomaba la cabeza. Macario lo ignoró.— Es importante.— habló con urgencia. El oficial asintió y apagó su computadora dándole completa atención.

—¿Qué pasa, Sergio?— preguntó cruzándose de brazos.— Más vale que me des información que me ayude a recuperar a ese maldito.

Sergio asintió y abrió una carpeta. Señaló con un dedo un nombre: León Carvajal.

—¿León? ¿Él que tiene que ver?— cerró con fuerza la carpeta frunciendo el ceño.

—Mucho. Hay cosas que usted, oficial Valdés, no conoce.— Sergio se cruzó de brazos al igual que Macario recargándose en su respaldo.— Por ejemplo, ¿usted sabía que Jhonny Corona y León Carvajal eran mejores amigos?

Macario frunció el ceño colocándose de pie, por su puesto que no lo sabía, León Carvajal no podía estar involucrado con aquel sicario. León y Macario se contaban todo, eran amigos desde que tenían memoria.

—Estás mintiendo.— susurró, Sergio negó con la cabeza y volvió a abrir la carpeta. Señaló otra cosa, una imagen.

Macario regresó a su asiento y miró la imagen detalladamente, era León abrazando a Jhonny sonriendo mientras tomaban una cerveza. Macario apretó la mandíbula y lanzó los papeles lejos de su alcance. Estaba enojado.

—Hay otra cosa más, señor.— Sergio se levantó recogiendo el desastre.— La señora Lucía y los hijos de León están en peligro total. Venga conmigo, hay alguien que quiere hablar con usted.— Señaló con la cabeza la puerta y comenzaron a caminar a un cuarto oscuro, había una luz donde una persona estaba sentada de espaldas con las manos atadas, se trataba de León Carvajal.

El oficial Valdés lo miró detenidamente y apretando los puños. León lo miró preocupado.

—Chino, tienes que ayudarme.— Lo llamó como cuando eran jóvenes.— Está por todas las noticias, Jhonny Corona se ha escapado. Tienes que ayudarme a mi y a mi familia.— Suplicó mirando los ojos azules que lo veían con furia total.

—¿Qué hacías con él? ¿Por que le tienes tanto miedo?— preguntó el oficial sentándose frente de él.— Por lo que tengo entendido, ustedes dos son amigos. ¿O me equivoco?— se cruzó de brazos. León suspiró asintiendo.

—Lo éramos, hasta que me enteré en lo que trabajaba. Es un sicario, Chino.— Susurró—. ¿Tu crees que sería amigo de alguien como el? Tú me conoces perfectamente, yo no soy malo. Él sí.— Declaró, Macario lo miró, tal vez le creía, tal vez no, conocía a León Carvajal desde hace años, pero ¿por qué nunca le había contado acerca de un Jhonny Carvajal?

—¿Cuál es tu problema, León?— preguntó suspirando, lo ayudaría.

—Cuándo me enteré que Jhonny trabajaba para el Cartel de Sinaloa, quise alejarme pero él me amenazó, quería decírtelo pero no podía.— susurró, Macario ordenó quitarle las esposas y así lo hicieron.— Gracias. Esas cosas duelen.

—Sigue.

—Yo quería entregarlo, pero le tenía miedo, me dijo que sí lo entregaba yo saldría muerto al igual que mi familia. Así que me contuve 3 años, unos muy largos—. Suspiró—. Hasta que al fin pude armar un plan, y fue por eso que ustedes lo atraparon.

—¿Tú lo entregaste?— preguntó El Chino con sorpresa. León asintió.

—Sí, yo solo. Nadie sabía de mi plan, no quería que salieran heridos, es por eso que estoy aquí, necesito que me ayudes.— Dijo mirando a su alrededor—. Jhonny Corona busca venganza contra la familia Carvajal y te puedo asegurar que Jhonny no se queda quieto hasta obtener lo que quiere.

Cámara Oculta- Juliantina. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora