Capítulo 3

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Notas del autor:

¡Hola otra vez!

Este es el tercer capítulo y estoy publicando más o menos regularmente. ¡Guao! Eso es impresionante de mí. Dejando eso de lado, una vez más quiero agradecer a la gente que lee y deja kudos en este loco proyecto. Lo aprecio. Quiero agradecer especialmente a fieldartillery por sus encantadores comentarios, ¡porque honestamente me hicieron el día!

Aparte de eso, seguiremos viendo comportamientos extraños y espero que nadie esté demasiado asustado o extrañado (además de Dib, por supuesto). Además, me encanta la idea de que Zim vea películas humanas sobre alíens. Estaba emocionada cuando vi la referencia a la "Guerra de los mundos" en el capítulo "Los gérmenes" y decidí que él necesitaba ver más de esas películas. Así que por favor, tengan paciencia y déjenme cumplir esto. Comencé con lo que es considerado un "clásico", incluso si no es de mis favoritos, pero parecía lo mejor, ¡ya que también tiene un poco de terror!

Estoy dispuesta a recibir preguntas y comentarios de todo tipo (siempre y cuando sean respetuosos). ¡Los comentarios críticos son oro para la inspiración!

¡Disfruten!

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Cuando la hora fatídica llegó, Dib se encontraba de pie en el pavimento frente al jardín de su némesis. El alíen debía saber que estaba ahí, ya que uno de los gnomos estaba mirándolo fijamente. Esos falsos ojos blancos aún le daban miedo, incluso después de todos esos años, y no solo porque sabía que podían disparar láseres letales si se les ordenaba, sino porque todo en el pequeño jardín se veía tan erróneo, y al mismo tiempo tan estereotipado que resultaba ser profundamente inquietante.

Respiró profundo y el adolescente caminó por el pequeño sendero que lo llevaba a la puerta, rodando los ojos al ver el logo del baño de hombres pegado en ella. Estaba seguro de que a estas alturas Zim ya sabría que no debería estar ahí. El invasor había estado viviendo entre los humanos el tiempo suficiente para saberlo. Después de todo ese tiempo, incluso un idiota distraído lo habría notado, pero aparentemente al otro no le importaba lo suficiente para quitarlo.

Sacudió su cabeza, ahogando un suspiro. Esa era la última cosa de la que debía preocuparse en ese momento. Debería enfocarse en estar listo para lo que sea que lo estuviese esperando dentro de esas extrañas paredes. Había pasado todo el día en la escuela planeando como escapar e intentando imaginar lo que el irken podía tener preparado para él. Mientras que lo primero había sido un éxito, porque luego de años de espíar e infiltrarse, conocía la base bastante bien, con lo segundo no había tenido tanta suerte. No importaba lo mucho que lo intentara, de entre todas las infinitas y horribles ideas que podían ser generadas por la mente del alíen, no lograba determinar el destino que su némesis le tenía preparado esta vez.

Levantó su mano para tocar la puerta, no queriendo perder más tiempo y arriesgarse a ser un cobarde, pues nunca iba a admitir tener la profunda tentación de solo girarse y correr por su vida. Sin embrago, antes de que pudiera tocar la puerta, ésta se abrió de golpe, revelando un entusiasmando GIR sin disfraz.

—¡El chico cabezón está aquí! —gritó el robot y tomó al humano de la muñeca para luego jalarlo al interior. Antes de que pudiera hacer o decir algo, la puerta se cerró detrás de ellos.

Dib se encontró siendo arrastrado a través del cuarto por la entusiasmada unidad SIR, quien había estado intentando empujarlo hacia la sala. Lo único que no lo hizo caer al piso fue una mano firme tomándolo del brazo antes de tropezar con sus propios pies y perder el equilibrio.

—¡Ahí estás, Dib-bestia! —exclamó Zim, clavando sus garras ligeramente en la piel del adolescente donde sostenía su bíceps. No estaba usando su disfraz, pero había una mancha sospechosa y oscura de consistencia pegajosa en la parte inferior de su uniforme. Pudo notar una pizca de enojo en su voz—. Llegas tarde, pensé que no ibas a venir.

Kalopsia Rota 『Traducción』-𝘌𝘯 𝘗𝘳𝘰𝘤𝘦𝘴𝘰 𝘥𝘦 𝘦𝘥𝘪𝘤𝘪𝘰́𝘯-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora