12. Disparo al aire

112 16 5
                                    


Odette.


Positano, Italia.

—¿Cómo te destruyo, Sofía? —Dije en voz alta mirando el recorte de periódico sobre la mesa.

Aquella chica de cabello rubio, ojos claros y cara angelical me perseguía hasta en los sueños. ¿Cómo supera uno la rabia hacia otra persona? Porque créanme, siempre ehe sido el tipo de chica anti parabólica pero no puedo, de verdad, controlar mi rabia es imposible. O se muere, o me muero, pero las dos no entramos en este mundo o en esta historia.

Maldita seas, Sofía.

[Anti parabólica: Es un decir venezolano que se refiere a una chica a la cual le da igual lo que digan, piensen o inventen los demás o que en efecto, no le preocupa en lo más mínimo lo que ocurra a su alrededor.]

El juicio de Diego se estaba llevando a cabo, en el cual Sofía era la cabeza y mi presencia aún no era requerida, si bien, yo podía llegar y echar balas en todo el establecimiento, recibir una, y acabar con todo tan fácil como pelar un maní.

Pero esas no eran mis órdenes.

Tomé un lapicero entre mis dedos y empecé a dibujar el patrón de línea en el cual podía desplazarme para encontrar a Sofía, puesto que, estaba custodiada hasta las metras.

Sofía era la nueva directora de una agencia de investigación y criminalística independiente en cuanto al gobierno se refiere, era un ente internacional que estaba en contra de los verdaderos criminales (DEA, interpol, FBI), pero puesto que ahora Diego se encargaba de manejar absolutamente todos los bienes de ese matrimonio, mi obstáculo era y siempre sería Sofía.

Debo admitir que fueron muy inteligentes en la manera en que su matrimonio dio en el clavo, en cómo se organizaron para recuperar poco a poco cada centavo y en más, también para esconderse.

Solo que están a punto de recibir una flecha con punta de diamante que no van a poder sacarse fácilmente y eso me hacía tan desgraciadamente feliz.

No podía meterme a su casa, no podía infiltrarme en la agencia sin un plan meticulosamente perfeccionado, no podía hacer absolutamente nada sin que sospecharan de mí y solo por eso, me estaba retrasando.

Era irónico, porque Simón al no poder contra Sofía por aquella condición que ella misma le había proporcionado, y sin poder dejar que algunos de sus sicarios ocupara ese lugar, me lo dio a mí, porque sabe que la única con suficiente odio en la sangre para destruirla podía ser yo.

El estúpido plan de Simón era meter a los ojos de la fiscalía a un heredero, el cual, era causa de un incesto que obviamente no podrá tener lugar o apelar puesto que con solo mencionar que es hijo de dos hermanos, tendrán penalizaciones instantáneas.

Bueno, eso es lo que contaban, con Simón Asher nunca se conocen bien sus jugadas. Él era de esas personas que miente con un disparate y luego la verdad es de esas que te producen un infarto. Y me daba miedo que hubiera un niño metido en todo esto, porque era real, no sabía si lo habían robado o no, si era de ellos o equis cosa, pero tenían un niño de casi cuatro años de allá para acá y me moría por protegerlo, me recordaba a Ander y mucho.

En fin, todo era una ridiculez montada que en algún momento tendría el mayor de los sentidos, pero ya que la fiscalía estaba comprada por Simón, Sofía tendría las de tirar la toalla, su mente no estaba para aguantar mucho y menos estando a una dosis de droga de colapsar por completo. Esa chica era literalmente una bomba de tiempo.

Cisne Negro ✔ Asher #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora