9. Precio por noche

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Mis reflejos se activaron luego de escuchar las últimas palabras de Olivia. Por instinto e impulso la empujé contra la pared de uno de los salones con mi cuerpo, nuestros rostros estaban tan cerca que podía olfatear el sabor de su chicle: Limón mentolado.

Había algo en esa chica que alertaba todos mis sentidos, Olivia era ese tipo de persona que te pone a la defensiva con solamente escuchar su voz, y peor si con su voz ella te acusa o arremete contra ti.

Estúpida.

—Estas muy equivocada si crees que puedes chantajearme, ridícula. —Susurré presionando mi cuerpo contra el de ella. —A mi no me vengas a joder en nombre de mi madre.

—Entonces, sabes lo que te conviene.

¿En verdad usó esa típica frase de mafioso conmigo?

—Es mi problema ¿o no? —Algo en sus ojos demostraba una pequeña estela de miedo. —Tú no eres débil y yo tampoco, Olivia.

En definitiva, la reina de este lugar tenía miedo a una respuesta, a mi posición, a mi persona y no lo podía creer.

¿A que limite de desesperación puede estar una persona con su autoestima para llegar a este punto?

—Te conviene más hacerlo por las buenas conmigo, o por las malas con ellos. —Sonrió dejando ver aquella sonrisa tan irritante que tenia.

Algo en mi dudó, pero de una manera que no puedo explicar. Sin embargo, no tenía muchas opciones, y odiaba no tenerlas porque lo último que pasaba por mi mente era aceptar lo que sea que Olivia me estuviese ofreciendo.

No sabía realmente si me estaba mintiendo, si quizás ese hombre solamente quería terminar lo de aquella noche, y no que estuviese buscándome de otra manera. Podía estar simplemente herido en ese sentido. Mi mente no paraba de rebuscar una y otra vez alternativas para zafarme de esto, pero era el punto de quiebre, estaba completa y remotamente jodida.

—Olivia, una noche. Veinte mil dólares. —Dije con bastante dificultad.

Ni yo podía procesar lo que acababa de decir.

Ella no esperaba esa respuesta. —Odette, veinte mil dólares para una sola noche es demasiado. Tú no vales tanto.

No evité poner los ojos en blanco ante aquel último comentario ¿En verdad ella me estaba poniendo un precio en su mente? Y peor aún ¿Yo acababa de ponerme un precio en voz alta?

Dios mío, mamá.

—Solo tengo dos días más. —Suspiré separándome de ella. —Es lo único que puedo dar por recibir, sino, no hay trato.

—Odette...

—Nunca estuviste en esta posición, por lo que veo. —Murmuré. —No tienes idea de lo que estoy dispuesta a hacer con tal de sacarla de ese lugar.

—Odette, jamás en la vida he querido mostrarme débil ante nadie, mucho menos lo haría con una arrastrada como tú, pero créeme cuando te digo que si tu y yo no concretamos algo hoy, ni siquiera tendrán la delicadeza de cavarnos una tumba ¿Comprendes? Eso incluye a tu madre.

—¡Olivia, la voy a perder si no consigo ese maldito dinero! —Grité. —A ti te vale mierda si no es tu familia la que pasa por esto, te vale un cojón que no sea tu mamá la que se está pudriendo en la cárcel.

Algunas personas que pasaban por el pasillo se quedaron atónitos al mirarnos, probablemente por sus mentes maquinaba la idea de que nos estábamos enfrentando o algo por el estilo.

Por primera vez, sentí compasión por ella, pero eso no significaba que yo iba a dar mi brazo a torcer. Se trataba de mi integridad, dignidad y personalidad. Por la única persona por la que estaba dispuesta a perder todo eso, si de su vida se tratase, era mi madre.

Cisne Negro ✔ Asher #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora