Mi Dobe Favorito [🌸] Naruto Next Generation

C U A R E N T A Y S I E T E

La levantó del cuello un par de centímetros del suelo, viendo cómo movía los pies desesperada.

Sin dudar ni un segundo impactó el cuerpo contra el suelo, sacándole un grito que retumbó en las paredes del lugar.

Parpadeó un par de veces, intentando enfocar el rostro del Uchiha. Notó lo jodidamente molesto que estaba, su ceño fruncido y su Mangekyo Sharingan eran intimidantes, bufaba y mantenía su mandíbula tensa.

Sonrió y relamió sus labios, desconcentrado al mayor por la nada esperada reacción.

Sumire, con un movimiento limpio sacó su cuchillo de su bolsillo, tomándolo firmemente del mango.

—Espero disfrutaras haber hecho eso.

Fué sumamente tarde cuando se dió cuenta del arma que tenía la contraria en sus manos, ahogando un jadeo de dolor puro cuando el filo se incrustó en su estómago.

Toda la fuerza de su agarre en la garganta de la pelivioleta se debilitó, por lo que ella rápidamente se zafó y se puso de pie, pateándolo y riendo a enormes carcajadas por lo patético que se veía.

—Sasuke Uchiha... El último Uchiha puro ¡Y una mierda!

Volvió a patearle, haciendo que escupiera sangre.

—¡Vaya mierda de Uchiha! ¡Yo que esperaba una buena pelea!

El hombre volvió a toser sangre y la miró con rabia contenida, sacando su katana y poniéndose de pie.

No sabía dónde le había herido exactamente, pero definitivamente sabía lo que hacía porque con un solo corte lo había derrumbado. Esa niña no era tonta, algo le había hecho a su sistema y a su circuito de Chakra.

La chica se abalanzó sobre él y comenzaron una pelea donde el hombre tenía una desventaja.

Él tenía el Rinnegan, Mangekyo Sharingan y un increbrantable linaje por detrás, una niña como ella no podía siquiera hacerle frente.

Pero lo estaba haciendo.

Una niña de diecisiete años estaba poniéndole las cosas muy difíciles.

[...]

—Debes volver, Sarada.

Sintió alivio ante las palabras de su tío, claro que no iba a seguir ahí.

—Estás en un tipo de trance, como un coma, así que podemos forzar tu despertar.

Ella asintió, debieron haber llegado por ella ya, podía volver a su hogar y abrazar a sus padres.

Claro que iba a volver.

Ya no le iba a esperar más sufrimiento.

Pero entonces Itachi se mantuvo sumamente serio al ver cuidadosamente a su sobrina y se estaba comenzando a dar cuenta de algo.

—Sarada...

—Ya no voy a sufrir más ¡Mi papá me espera en casa, Itachi!

—Espera-

—Mamá tendrá la cena lista ¿Quieres cenar con nosotros? Seguro no será ningún problema, ya todo pasó.

—Sara-

—Volveré a casa, ya no sufriré más, ya nadie me hará daño ¿Verdad? Dime qué será así... Yo-yo... Hey ¿Porqué me miras así? ¡Todos están invitados a casa! Hay espacio en mi cuarto para que se queden.

Itachi tomó firmemente las mejillas de la menor, viéndola directamente a los ojos y rogando por que no pasara lo que sospechaba. —Sarada, mírame cuando te hablo.