U N O

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El invierno calaba hasta sus huesos, haciendo que temblara y suspirara hondo, mirando con atención el humillo blanco que salió en forma de nube de sus labios. Volteó su mirada al sentir pasos cerca de ella, sonrió levemente al reconocerlo y volvió a ver al frente, segura de quién la venía a visitar.

—¿Qué haces?

—Admiro la nieve

El rubió ladeó la cabeza mientras se detenía al lado de su amiga.

—¿Admirar? Hasta donde yo sé odias la nieve.

La chica cruzó sus brazos, no en forma de representar enfado, si no que era un movimiento inconsciente de su cuerpo para de alguna forma resguardarse del frío.

—¿Enserio? —Miró con interés al blanco y frio horizonte.— ¿Odiar es divertido?

—No lo sé, me dijiste que odiabas el invierno porque era la estación en que tu padre se fué.

—Cierto, pero ¿Qué culpa tiene? Ella no es la que nos abandonó, hasta ahora me permito apreciar algo tan bello como esto solo por que el odio me cegaba

Boruto sonrió, parece que su Teme favorita había cambiado de pronto, y eso le gustaba realmente más de lo que debía. Levantó su mano y acarició con cuidado el cabello de la Uchiha, notando por primera vez la suavidad de este.

—¿No te incomoda?

—¿El cabello? No, en las misiones lo amarro en una coleta

—Es muy hermoso... Pero deberias cortarlo.

—Hmp —Sarada cerró sus ojos levemente, disfrutando y relajándose por las caricias.— ¿Me vería bien con el cabello corto? Esque siempre lo eh mantenido de este largo.

—Siempre va a crecer, ¿Porqué no intentas algo nuevo?

—¿A qué se debe tu interés? —La pelinegra miró con burla a su amigo— Que yo sepa solo tienes ojos y comentarios para Sumire-chan

—¿Ella? Claro, pero eres mi compañera y me preocupa que algo tan trivial te moleste para el trabajo.

Ambos se miraron a los ojos, juntando onix con celeste. Guardaron silencio hasta que un escalofrío recorrió a la chica, Boruto se dió cuenta y ladeó su cabeza.

—¿Estás bien?

—Tengo frío, pedazo de Dobe.

El Uzumaki soltó una carcajada llena de energía y tomó la mano de la contraria

—Vamos a casa

Ella frunció el ceño de golpe a la vez que soltaba la mano del rubio, mirándolo con sus ojos ónix opacos y llenos de algo similar al enfado.

—¿Estás soñando de nuevo?

.

Abrió los ojos de golpe y se sentó en su cama aceleradamente, trataba sin éxito de normalizar su respiración. Su piel era cubierta por una fina capa de sudor, volviendola casi aperlada.

Miró la luz del día filtrarse por su habitación e iluminarla con fuerza, suspiró con clara pesadez y volteó la mirada hacia la puerta cuando escuchó un par de golpes en esta.

—¿Si?

Su hermana asomó sus ojos con nerviosismo para despúes entrar completamente a la habitación, jugando con sus manitos.

—Mamá dice que el desayuno ya está listo y puedes bajar

—De acuerdo, gracias

La niña asintió con suavidad y salió de la habitación sin hacer demasiado ruido.

Los hermanos Uzumaki no se llevaban para nada bien; El mayor estaba en plena adolescencia y su humor era horrible por lo que discutía constantemente con su hermana por cualquier cosa. Himawari por su parte no se dejaba asi que le respondía con la mejor grosería que se le viniera a la mente, aunque siempre intentaba no decir ni hacer nada que lo fuera a molestar innecesariamente.

Se querían mucho, pero aveces olvidaban que eran familia, eran cegados por las típicas peleas de hermanos.

Bajó a la cocina donde su madre estaba sirviendo el desayuno en tres platos diferentes.

—¿Papá ya se fué?

Hinata lo miró de reojo y siguió en lo suyo.

—Siéntate Boruto, ya te llevo el desayuno.

—No me respondiste.

La mujer suspiró a la vez que buscaba alguna cosa en especial con su mirada.

—Tu padre no durmió aqui.

El rubio ladeó la cabeza sin entender del todo.

—¿El trabajo?

Hinata llevó los platos a la mesa y tomó un folio para guardarlo en un mueble del comedor.

—Prefiero hablar de esto sin que Hima escuche, espera a que desayune y se vaya a jugar a su cuarto.

No muy alegre el chico asintió al mismo tiempo en que la menor entraba a el comedor en silencio.

El tiempo pasó lento para él y hasta el hambre se le terminó quitando sin siquiera haber tocado su comida, un sentimiento casi de preocupación no le dejaba en paz, algo estaba muy mal.

Himawari iba a lavar su plato pero Boruto le dijo que se encargaría él mismo de hacerlo, necesitaba escuchar lo más pronto posible lo que su madre le ocultaba.

La menor asintió sin entender y subió a su habitación, una vez se escuchó la puerta cerrarse el rubio habló.

—¿Qué sucede mamá?

Hinata le dió un último sorbo a su café y miró a los ojos a su hijo mayor.

—Naruto...— Boruto notó como la voz de su madre se quebraba.— Anoche llegó con un folio y lo dejó en la mesa antes de que yo pudiera bajar a saludarlo, cuando vi el folio y lo leí entendí todo

La mujer señaló el mueble donde había guardado anteriormente el documento. El rubio se puso de pie y abrió el cajón; su corazón se detuvo abruptamente, casi sintió como las fuerzas abandonaban a su cuerpo de golpe. En tinta color negro perfecto se veía el título del documento, haciendole perder el aliento.

—¿Q-Qué..?

—Tu padre quiere el divorcio

Mi Dobe Favorito [🌸] Naruto Next Generation Donde viven las historias. Descúbrelo ahora