T R E I N T A Y S E I S

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—Yo... No-no puedo...

—¿No puedes? —la miró fijamente, con seriedad y cierta preocupación en su voz.— Sarada, te repito, no es algo de "yo" es algo que realmente afecta a los de tu alrededor y a ti misma. No pienses en tu orgullo, piensa en quienes se ven perjudicados por este.

—Hokage-sama... 

Si, él tenía absolutamente toda la razón. Pero no era exactamente orgullo lo que le impedía aceptar.

Era miedo.

Llevaba poco menos de medio año sin ver su alrededor, sobrellevando el hecho de que no volvería a ver y que tendría que vivir con eso.

Pero ahora, tenía la opción frente a ella, realmente era posible recuperar su vista y volver a llevar su vida normal.

Se preguntaba si las personas y cosas a su alrededor habían cambiado ¿En medio año pueden cambiar muchas cosas? Probablemente, y esa era la razón de su miedo.

Puede que sus compañeros cambiaran en ese tiempo físicamente, que sus amigos de Konoha igual fueran diferentes ¿Su padre tendrá el cabello más largo? ¿El Hokage seguirá teniendo esa amable sonrisa?

Su madre... ¿Estará tan hermosa a como la recordaba?

Lo meditó bien, sabía que era difícil poder estár de nuevo en esa oficina con el Hokage en plena disposición de curarla, dedicandole su valioso tiempo que podía dedicarle a algún documento importante.

Era una respuesta final.

—Porfavor, devuélvame mi vista

[👓]

Sus ojos pesaban en sobremanera, pero no les permitía descanso alguno.

—... Tres ¡Despejen!

El cuerpo bajo sus manos dió un brinco y miró con esperanza el monitor donde se reflejaba el ritmo cardiaco. Frunció el ceño al ver que no se había estabilizado.

—Suban la potencia cincuenta más... ¡Despejen!

La pulsación volvió a la normalidad a la vez que los asistentes que la rodeaban suspiraban de alivio; Una nueva vida fué salvada.

—Vigílenlo. Denle dósis de suero.

Salió de la sala y respiró hondo, intentando controlar su respiración. Levantó su mirada en dirección al reloj de pared color gris.

9:58 pm

Se puso rápidamente unos guantes de látex y corrió a una sala cercana, recordando que acababa de llegar un shinobi herido.

—Reporte.

Una chica rápidamente le explicó la situación cuando la pelirosa entró a la sala. —Tiene una hemorragia en el costado derecho, a la altura de las costillas, talvez perforación de pulmón.

Uchiha Sakura trabajaba 36 horas continuas para compensar la falta de personal en emergencias. Se sobreexigía más allá de sus límites, siendo una gran preocupación para sus asistentes.

Solo era ella, ella era la única médico en ese departamento ¿Cómo se iba a permitir un descanso? Existía la posibilidad de que alguien, mientras dormía, la necesitara.

O eso creía ella.

No quería estár en el hogar donde alguna vez su familia durmió en paz, descansar en la cama donde hizo el amor con su esposo y años despúes, durmieron con el fruto de su amor los tres juntos, acurrucados y con una paz cálida en sus pechos.

Mi Dobe Favorito [🌸] Naruto Next Generation Donde viven las historias. Descúbrelo ahora