Emma despertó algo desorientada, no recordaba cómo había llegado a la cama pero agradecida por el sueño reparador se desperezó y salió de su habitación.
Al salir a la sala todo lo ocurrido la noche anterior llegó avasallando su cabeza; las llamadas, la lluvia, los textos, Adrien. Vio unos pies envueltos en lo que parecían ser unos costosos zapatos en el sofá y se encontró sonriendo levemente, durmiendo en el modesto sofá se encontraba Adrien con un brazo sobre su abdomen y el otro sobre sus ojos, Emma notó como su respiración era pesada y constante claro indicio de un pesado sueño y como sus labios se entreabrían ocasionalmente.
Fue al baño donde tomó una rápida ducha para después salir con ropa de ejercicios directo a la cocina.
Adrien había salido la noche anterior con el objetivo de regresar a su casa luego de dejar a Emma dormida en su cama, había llegado a la puerta pero algo lo detuvo; no supo cómo pero después de eso se encontraba acomodando toda su altura en el pequeño sofá, al despertarse la primera imagen que vio fue la de la dulce Emma con una mancha de harina sobre su frente poniendo algunas cosas sobre la barra de desayuno.
<<¿Pero cuánto he dormido?>>
― Buenos días Emma ―dijo al momento de levantarse y frotarse los ojos.
Emma levanto la mirada de los platos servidos y sonrío dulcemente.
― Buenos días Adrien, espero hayas dormido bien en ese incomodo sofá.
El rubio sonrió y asintió. Era extraño lo bien que había dormido en el diminuto mueble, decir lo contrario sería una vil mentira.
― Muy bien de hecho, ¿tú has logrado descansar lo suficiente?
No importaba lo que la castaña respondiera, él de antemano sabia la respuesta.
― Muy bien, gracias. ―Emma miró por un momento a Adrien antes de seguir― er... he preparado algo de desayuno, lo suficiente para dos por si te apetece.
Adrien inspiró sutilmente, el olor a comida le llegaba muy vagamente pero en cambio el olor exquisito de la sangre se su acompañante parecía golpearle directamente en las fosas nasales. Poniendo su mejor sonrisa dijo:
― Desde luego, pero me gustaría pasar primero al cuarto de baño.
Emm asintió de buen agrado y señaló un pasillo.
― Al fondo a la derecha.
Vio como Adrien se alejaba hacia dónde le había indicado, vio su espalda ancha y como caminaba con paso seguro, quizá no se atrevía a admitirlo en voz alta pero que se quedara la noche anterior había significado más para ella que cualquier otro acto de amabilidad.
Ladeó la cabeza y frunció levemente el ceño, había recordado algo, un sueño, o eso creía; ella descansaba entre las sabanas cuando un dulce beso le hacía abrir los ojos solo para encontrarse con los ojos azules más bonitos que ella había visto. Podía sentir los labios sobre los de ella, era como si realmente hubiese ocurrido.
― Huele delicioso.
Las palabras de Adrien la regresaron a la realidad y alejando un tanto apenada los dedos de sus labios señaló los platos humeantes.
― No se lo que te gusta por lo que me tomé el atrevimiento de hacer de todo un poco.
Adrien miro todo bastante impresionado, frente a él se disponían una serie de platos que iban desde huevos con tocino hasta pancakes de arándanos.
― Que atenta eres Emma ―se acercó y dejó un beso sobre la mejilla de la mujer para luego acomodarse en una de las sillas a sus costados no sin antes sacar una de las sillas altas para Emma.
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En esta vida y la otra
WampiryEl Conde de Josselyn es un hombre perfecto; empoderado gobernante que trabaja para el gobierno rumano, goza de fuerza, belleza e inmortalidad, sí, el Conde es un vampiro y como tal debe mantenerse lejos de la humanidad pero no es hasta que se encapr...