Parte 2: La Selección

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Inglaterra
Casa Pevensie

Peter Pevensie no podía dormir esa noche, estaba nervioso luego de que Inglaterra fuera seleccionada para jugar en los juegos del hambre. Se movía de un lado a otro en las frías sábanas de la cama de su habitación.

- No... - Repetía en susurros mientras estaba dormido. - ¡EDMUND! - El joven rubio despertó de su horrible pesadilla, el sudor comenzó a deslizarse por sus mejillas y sus ojos azules empezaron a lagrimar. - Edmund... - Susurró a la nada, preocupado por su hermano.

Quitó con rapidez las sábanas que lo cubrían del frío y se dirijió hacia la habitación del pelinegro. Al abrir la puerta de su cuarto, vio que este seguía durmiendo plácidamente en su cama. Peter suspiró, aliviado de que su hermano estuviera bien.

Cerró lentamente la puerta para no despertarlo y regresó a su cuarto, tirándose a la cama y cayendo boca abajo.

Todavía tenía las imágenes grabadas en su cabeza y parecía que no se iban a ir nunca. En el sueño, Edmund había sido seleccionado como tributo para los juegos, y Peter no pudo hacer nada para salvarlo. Temía por su vida que eso pasara en la vida real, aunque no supiera en qué consistía los juegos. Sin embargo, reconocía que el menor tenía grandes habilidades de batalla y tendría posibilidades de salir con vida, pero no sabía qué tan buenos eran los otros tributos.

Enterró su rostro en la almohada y le dio un golpe con su puño. Pasó horas tratando de conciliar el sueño, pero simplemente no podía hacerlo, así que optó por salir al balcón y quedarse a tomar el aire y ver las estrellas.

- Peter... - Al escuchar esa vocecilla tan conocida por el chico, volteó su cabeza y observó la mirada preocupada y con miedo de su hermana menor. - No puedo dormir.

- Somos dos. - Suspiró con sueño el rubio mientras regresaba a su cama, seguido de la castaña.

- ¿Qué pasa si tú o Susan son elegidos para los juegos? - Dijo Lucy. Peter le dio una pequeña sonrisa para hacer que se despreocupara, pero sólo logró hacer lo contrario.

- Tranquila, nada de eso pasará, ya hemos vivido demasiado para que nos pase eso y, si alguno de nosotros es elegido, podremos sobrevivir sin problemas, es decir, hemos luchado en miles de guerras y batallas, yo creo que una más no nos causaría daño.

Lucy sonrió y asintió levemente con la cabeza.

- Tienes razón, Peter. Podremos salir de esta justo como hemos salido de las demás. - Dichas estas palabras, el rubio le dio un suave beso en su frente y se dio vuelta para tratar de dormir de nuevo, pero sólo se la paso dando vueltas y maldiciendo cada hora que pasaba.

***
Ya de mañana, los cuatro hermanos se preparaban para la selección de los tributos. Edmund y Peter ya estaban listos, Lucy y Susan se demoraban bastante.

- ¡Chicas, llegaremos tarde! - Gritó Edmund desde la cocina arreglándose la corbata en el espejo.

- ¡Un segundo! - Susan estaba terminando de trenzarle a Lucy su cabello castaño, mientras, la menor estaba terminando de ponerse sus zapatos.

Apenas las chicas estuvieron listas, bajaron a velocidad de la luz y salieron de la casa.

Los cuatro estaban nerviosos, ninguno quería ser elegido, pero tampoco querían que uno de ellos lo fuera.

Unas cuadras más adelante, Peter detuvo el auto en la plaza donde iba a ser la selección. Miles de personas estaban siendo escoltadas por los militares.

- Recuerden, no se separen. - Les dijo Peter mientras bajaban del auto y se encaminaban a la plaza.

Al llegar, la multitud se empezó a dividir en dos filas, una de hombres y una de mujeres. Fue ahí cuando los hermanos tuvieron que separar caminos. A Susan y Lucy se les hizo interminable la fila, les temblaban las manos gracias al miedo que le provocaban los soldados. Cuando llegaron al final y les pincharon el dedo, se reunieron con las demás niñas y se quedaron a esperar indicaciones.

Apenas pasaron unos minutos, un hombre con traje subió al escenario que se había puesto en el frente.

- ¡Bienvenidos a los 76° juegos del hambre! - Dijo por el micrófono haciendo que todos los presentes escucharan su voz de representador. - Este sin duda será un año extraordinario con la apertura de los juegos por primera vez en Inglaterra. Para los nuevos, les explicaré en qué constan los juegos...

Edmund se hizo al sordo durante todo el discurso, no le importaba lo que el hombre decía, a pesar de que Peter le diera codazos para que prestara atención. Para él ese fue el discurso más largo y aburrido que había escuchado en su vida.

Cuando el hombre del traje terminó de dar la presentación, dos soldados llevaron unas urnas con miles de papelitos en ellas. Eso sí llamó la atención de Edmund.

- Ahora, ha llegado el momento que todos han esperado: ¡La selección de los tributos! Antiguamente, cada año un hombre y una mujer son seleccionados para los juegos de Panem, nosotros adoptaremos sus métodos de elección. Empecemos con la selección de tributos de las mujeres.

Unas lágrimas escurridizas salieron de los ojos de Susan, temiendo lo peor.

- El tributo femenino de Inglaterra de los 76° juegos del hambre es... - El hombre se tomó su tiempo en desdoblar el pequeño papelito que había sacado de la urna, lo que hacía que el corazón de Lucy y Susan latiera al máximo. - Lucy Pevensie.

Susan quedó en Shock, su hermana menor iba a participar en los juegos, y no podía hacer nada para impedirlo.

- ¡Susan! - La pelinegra reaccionó al escuchar su nombre de la boca de Lucy. La menor estaba siendo escoltada por dos soldados y esta intentaba batallar para liberarse. - ¡Suéltenme! - Suplicaba, lanzando patadas y puñetazos al aire, golpeando algunas veces a los soldados.

- ¡Lucy! - Gritó Susan cuando finalmente pudo salir del shock. Iba a correr para ayudar a su hermana, pero dos soldados la sujetaron también a ella con fuerza. - ¡Es mi hermana, déjenme! - Ahora las dos chicas luchaban por escapar, pero los hombres eran muy fuertes y era imposible. Para cuando Susan logró escapar, uno de los soldados que tenía a Lucy la cargó sobre sus hombros y la llevó hasta el escenario.

Desde el grupo de los hombres, Peter había sido detenido por los soldados también. Estaba preocupado por su hermana menor, si era seleccionado, daría lo que fura por protejer a Lucy.

- Ahora que ya tenemos a nuestra mujer tributo, pasaremos a los hombres. - Continuó diciendo el hombre del escenario sin que le importara el drama que los Pevensie estaban ocasionando.

El hombre sacó esta vez un papelito de la urna derecha. - El tributo masculino de los 76° juegos del hambre es... Peter Pevensie.

"Al menos podré protejer a Lucy" Pensó Peter mientras iba al escenario con pasos calmados y tranquilos. Susan empezó a llorar al ver a sus dos hermanos que habían sido seleccionados. Pero, antes de que el rubio subiera las escaleras, alguien gritó entre la multitud:

- ¡Soy voluntario como tributo! - Todos los presentes desviaron su atención al joven pelinegro que se había voluntariado a una muerte segura. Peter se volteó apenas escuchó la voz del chico, su mayor temor se había hecho realidad.

Dos soldados fueron nuevamente al grupo de hombres, jalando del brazo al chico de cabello negro de 18 años.

- Ed... - Susurró, sin creerse lo que estaba pasando.

Desde la plataforma del escenario, Lucy cayó de rodillas al suelo en un mar de lágrimas.

Cuando Edmund llegó a donde estaba Peter, le susurró en el oído:

- Cuida a Susan por mí. - Esas fueron las últimas palabras que le dijo Edmund ese día.

- Felices juegos del hambre y que la suerte esté siempre de su lado.

The 76° Hunger Games (Multicrossover)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora