Parte 18: La caja

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NICO 

Maggie no era tan mala como pensaba, era ruda, fuerte, decidida y valiente, se enfrentaba sin inseguridad a los peligros que trataron de matarnos en el campo, y, a pesar de eso, se mantenía fuerte en los momentos de peligro, y lo admiré de ella, porque me recordaba la forma en la que era yo y todo por lo que había vivido. 

La mujer castaña y yo llevabamos dos días juntos en los juegos, no nos movíamos del campo, creíamos que era el lugar más seguro para pasar los juegos porque las criaturas que nos asecharan serían más fáciles de identificar y matar, aunque corríamos el peligro de encontrarnos con otros tributos y hechar las cosas a perder, pero, como todos parecían que habían ido a lo que parecía que era un laberinto y al bosque, estábamos solos yo y Maggie en el campo. 

- ¿Dónde crees que estén escondidos los otros tributos? - Le pregunté a Maggie - No he visto a ninguno en el campo y se me hace muy extraño. 

Maggie miró a su alrededor y siguió atándose la agujeta de su zapato. 

- No sé... deben de estar por el bosque o entraron por las aberturas a ese lugar oscuro que parece un laberinto... 

- Yo igual creo que es un laberinto... ¿Te parece ir a ver si encontramos un poco de agua y comdia? No viviremos mucho tiempo sin eso. 

Maggie sonrió y tomó su pistola y su mochila. 

- Tienes razón.... deberíamos revisar en las cabañas, puede que haya algo en ellas... no por nada están aquí.

La imité tomando mis cosas y nos dirijimos a la primera cabaña de palitos de ramas de árboles con la que nos topamos, pero esta estaba solo integrada por dos camas, una mesita de noche con algunos libros y unas botellas de agua con galletas Oreo. 

- Al menos hay algo de agua y comida... - Dijo la castaña mientras tomaba una de las botellas y comenzó a tomar de ella - Hay que revisar las demás. 

Asentí y, con ayuda de Maggie, tomé algunas botellas y paquetes de galletas y las metí a su mochila. Seguido de eso, fuimos a la siguiente cabaña, y qué sorpresa nos llevamos cuando nos encontramos en ella a una chica rubia, una pelinegra con un arco al igual que otro pelinegro de ropas negras y ojos azules y un chico con un ojo vendado. 

- ¡Carl! Gracias a dios que estás bien - Dijo Maggie mientras se aproximaba al chico que conocía como Carl, seguro venían del mismo lugar. 

- Lo mismo digo - Ambos se dieron un pequeño abrazo y los otros tres chicos que estaban en la cabaña bajaron las armas.

- ¿Han encontrado comida? Nico y yo encontramos en una cabaña, pero solo eran botellas de agua y algunas galletas, no es mucho pero es algo... 

- No, nos quedamos en la primera noche aquí en la cabaña, pero no había comida - Respondió el chico del arco pelinegro de ojos azules, según recuerdo se llamaba Alec. 

- Es extraño - Los ojos azul eléctrico de Katniss se movían de lado a lado analizando todo - En mis otros juegos nunca nos enviaban comida, solo los fans podían, con algo de suerte, enviarnos algo, pero es muy raro que la comida haya aparecido así nada más... debe ser una trampa del Capitolio. 

- Si lo fuera la comida estaría envenenada... - Comencé a decir, sobresaltando un poco a Cassie y a Carl que no habían notado mi presencia - Y Maggie ya tomó del agua de las botellas y yo ya comí un paquete de galletas, y ya hubieramos muerto si la comida hubiera estado envenenada... 

- En ese caso - Cassie se levantó de la cama y se me acercó con pasos decididos y seguros - ¿Me invitas de tu agua y tus botellas? - Giré a ver a Maggie, quien entendió dando un asentimiento y se descolgó la mochila de su hombro, lanzándosela a Cassie.

Apenas la rubia tuvo la mochila en sus manos, rebuscó en ella hasta que encontró las botellas de agua y las galletas, y no dudó un segundo en tomarse toda la botella y comer todo el paquete, Carl, Katniss y Alec no tardaron en seguirle el paso a la rubia y gastarse todas las proviciones de la mochila. 

- Bien, ahora nos hemos quedado sin recursos, ¿alguien me dice qué...?

Pero, antes de que Maggie pudiera seguir hablando, un fuerte sonido provino de todos lados, no sabía si era de alguna vocina o si era del mismo cielo de done venía, y tuve que taparme los oídos porque estaba demasiado alto, era como el sonido de una alarma auniciando peligro o la llegada de algo nuevo... 

- ¡¿Qué es ese ruido?! - Gritó Katniss tapándose las orejas por el molesto sonido de la alarma que duró tres minutos más y terminó con un ruido de maquinaria. 

- Ni idea de qué haya sido eso... - Mi respiración se había agitado demasiado, incluso tuve que sentarme en una de las camas por el dolor de cabeza - Pero no creo que haya sido nada bueno... 

- Podemos salir y ver si cambió algo... - propuso Carl. 

Todos estuvimos de acuerdo, así que tomamos nuestras armas y cosas y salimos a investigaro, y lo raro fue que todo seguía exactamente igual. 

- Ahora estoy confundida... - Cassie se rascó la nuca - ¿Por qué todo sigue igual? La alarma debió de significar algo... debemos buscar, en el bosque, el laberinto... algo debe haber cambiado... 

Por más que buscamos en todo el campo y en las entradas del laberinto, no encontramos que nada haya cambiado. 

Justo cuando nos reunimos de nuevo en el centro del campo, de una de las entradas del laberinto, aparecieron tres chicos pelinegros: Edmund, Thomas y Mike. 

- ¡Hey! - Los llamó Maggie mientras se acercaba a ellos seguida de nosotros - ¡¿Alguno de ustedes sabe lo que fue esa alarma?!

Cuando estuvimos todos juntos, Thomas comenzó a hablar. 

- Yo sé... Es la alarma de la caja - Señaló con su cabeza unas puertas que estaban en el piso del centro del campo - Cuando estaba en el laberinto antes de los juegos CRUEL nos mandaba proviciones desde ella, como agua, comida, animales y cosas que necesitabamos, y una vez al mes nos mandaban a un novato. 

- ¿Un qué? - Preguntó Edmund, cruzándose de brazos. 

- Novato, un chico nuevo en el área, porque perdíamos a algunos chicos aquí de maneras no tan lindas... - Thomas hizo una mueca al recordar su pasado en el laberinto, probablemente una época oscura en su tiempo - Y bueno una vez al mes CRUEL mandaba a un chico nuevo aquí en el área. 

- ¿Entonces estás diciendo que recibemos si hay algo en esa "caja"? - Cuestiona Alec. Thomas asintió con la cabeza y, sin más que decir, comenzó a caminar hacia las puertas que había señalado seguido de nosotros. 

- Necesito que alguien me ayude a abrir las puertas... Alec - Thomas volteó a ver al pelinegro quien, apenas Thomas lo nombró, este se dirigió hacia él y cada quien abrió una de las puertas que estaban a ambos lados - Es una novata... - Thomas bajó al interior del elevador y, con ayuda de Alec, ayudó a subir a la chica al campo, pero la chica una vez que reaccionó, sacó su espada y la apuntó en dirección a Thomas y Alec. 

- ¡¿Quiénes son ustedes?! 

No puede ser... 

¿Será posible que sea ella...?

No, no podía serlo, porque ella había muerto. 

Pero es que se parecían tanto... 

Su pelo negro recojido en una bien ordenada trenza... 

Sus ojos negros como la noche... 

Su piel olivia... 

La sonrisa de mamá... 

La chica posó sus ojos sobre cada uno de nosotros y, al verme, dejó caer su espada al suelo y cayó en un mar de lágrimas. 

- ¿Nico? 

Y yo lloré con ella. 

- Bianca... 


The 76° Hunger Games (Multicrossover)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora