| Hawkins, Indiana
Un mes.
Ya había pasado un mes desde que llevaron a Mike Wheeler y Will Byers a los juegos.
Los chicos de Hawkins No había podido comunicarse con ninguno de ellos desde entonces. Sin embargo, hoy será posible.
Se habían reunido en la casa de los Byers esa tarde, todos estaban ahí y querían mostrarle al Capitolio que no podían alejar a sus amigos.
Una pequeña radio reposaba en la mesa de la casa de los Byers, los chicos de Hawkins se contactarían con Mike y Will sea donde estén, estaban cansados de que el mundo les arrebate a las personas que más amaban, y no iban a dejar que los aislen de sus amigos.
- ¿Estás lista? - Preguntó Hopper a Eleven. La chica de cabello castaño iba a entrar al vacío, y estaba cien por ciento dispuesta a hacerlo para encontrarse con Mike.
- Lista - Atrás de Hopper los demás la miraban impacientes, entre ellos Max, Lucas, Dustin, Joyce, Jonathan, Steve y Nancy, todos sentados en las sillas de la mesa de la cocina y con sus miradas posadas en la radio.
Joyce le pasó a Eleven una larga venda negra para que la joven adolescente se cubriera los ojos, solo de esa forma podía concentrarse para viajar a aquel negro y solitario vacío de su mente.
La chica tomó la venda, la puso alrededor de sus ojos y le hizo un pequeño nudo para que no se cayera. Cerró los ojos, pensando fuertemente en Mike Wheeler.
No pasó mucho tiempo luego de que Eleven se colocara la venda, puesto que, en pocos segundos, sus ojos castaños se abrieron y quedó rodeada de oscuridad en el vacío.
- ¿Mike? - lo llamó, sintiendo como si estuvieran martillando en su cabeza por el esfuerzo que estaba haciendo.
Pasó un tiempo hasta que vió a Mike Wheeler en el centro del vacío, a Eleven casi le da un infarto al verlo: Estaba más delgado, como si no hubiera comido desde hace ya varios días, con polvo gris en su perfecto rostro, el cabello negro despeinado, su camisa y pantalones manchados con polvo y rotos y un gran temor en sus ojos negros que a ella tanto le cautivaban.
- ¡Mike! - Corrió hacia su amigo, con pequeñas lágrimas que se deslizaban por sus rostro. Estaba feliz de verlo, al fin podría reunirse con él, pero, algo la detuvo: Mike parecía asustado, muy asustado, y miraba con miedo algún punto del vacío que para eleven no era posible ver. - Mike...
El pelinegro giró su mirada hacia la castaña, aún con temor.
- ¿Eleven? - Mike alzó la miradaz como si estuviera tratando de ver algo en el cielo - ¿Eleven estas ahí?
- ¡Aquí estoy Mike! - Eleven trataba de hacer que Mike la mirara, no comprendía el hecho de que se dedicara a mirar al cielo en ningún punto en específico.
Siguió intentando tener la atención del joven pelinegro, en ninguna vez alcanzó a tocarlo porque sabía que, si lo hacía, desaparecería en polvo.
- ¿El? - Escuchó la voz de Joyce en el vacío - ¿Puedes ver a Will? - Eleven dio una vuelta con su mirada por el lugar y apareció una cabaña de palitos de madera bien construida.
- Creo... creo que veo una cabaña... - Se aproximó a la pequeña cabaña, esperando poder encontrar al pequeño dela familia Byers y, en su interior, pedía que estuviera bien.
Al llegar frente a la construcción, se paró frente a la puerta y giró la manija para abrir y, cuando finalmente la puerta estuvo completamente abierta, se topó con una cama donde Will Byers temblaba y, al lado de la cama donde estaba Will acostado, había una silla de madera donde estaba sentado un chico pelinegro que parecía tener la misma edad que él.
- ¡Puedo verlo! - Exclamó con un poco de alivio y la sombra de una sonrisa.
- ¿Está con Mike? ¿Está bien? - Habló Jonathan esta vez.
- No está con Mike, pero esta con un chico y...
- ¿Qué pasa?
Eleven observó el estado de Will, parecía como si hubiera estado en algún lugar muy frío, tenía la piel muy pálida y los labios morados, todo su cuepro temblaba debajo de las sábanas tratando de calentarse aunque no parecía que estuviera funcionando. El chico pelinegro que estaba a su lado le daba un poco de agua de una botella de plastico con cuidado.
- Will no se ve bien, creo que paso mucho tiempo en el frío...
Me acerqué un poco más a Will y me puse a su altura.
- ¿Will? ¿Puedes oírme? - El joven castaño alzó un poco la mirada en dirección a Eleven.
- ¿E... El... Eleven? - Dijo el chico con un hilo de voz tembloroso apenas entendible.
En Hawkins, los demás podían escuchar la conversación de Mike y Will con Eleven desde la pequeña radio.
- Will, ¿qué ocurrió? - Le preguntó Eleven, con los ojos cristalizados.
- Fue en la n-n-noche... cu-cuando empezó a n-n-nev-v-var en el b-b-bosque y Eddie y y-y-yo no podíamos r-refugiarnos...
- Will, ¿con quién hablas? - El chico pelinegro de la cabaña se desconcertó al ver que Will hablaba solo en la cabaña.
- Es Elev-ven... me está habl-blando...
- ¿Quén es Eleven?
- Pregúntale a Will si sabe a dónde se los llevaron, El - La voz de Jonathan fue algo brusca, estaba alterado y preocupado por su hermano menor.
- Will, ¿sabes a dónde los llevaron?
- No lo s-se, nos metieron a un c-conducto de cr-cristal y nos dejaron en un c-campo con unos m-muros de piedra qu-que lo rodean... - Will tosió con fuerza y se cubrió más con la sábana, cerrando los ojos - N-No creo poder sobr-brevivir...
- El, dile a Will que sea fuerte, lo sacaremos de ahí, encontraremos la forma de llegar al capitolio - Jonathan guardó silencio unos segundos y siguió hablando - Vamos a ir a los dmeás distritos elegidos, necesitamos recaudar gente que esté dispuesta a ayudarnos. Y dile que... que sea fuerte y sobreviva.
Eleven le comentó cada palabra al pequeño, prometiéndole que irían a salvarlos, y lo harían cueste lo que cueste.
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The 76° Hunger Games (Multicrossover)
Hayran KurguCuatro años después de la caída del capitolio, el nuevo presidente da la noticia de la apertura de unos nuevos juegos del hambre, pero estos no serán como los demás puesto que en ellos los mejores de cada mundo serán seleccionados y deberán enfrenta...