Parte 5: Desfile de tributos

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Habitación de Katniss

Para Katniss, había sido una larga noche de celebración y lo único que necesitaba era dormir un poco, pero el tiempo no se lo dejó ya que, alrededor de las siete de la mañana, alguien llamó a su puerta. La chica pelinegra se levantó de la cama con pasos cansados y lentos y abrió la puerta. Del otro lado, un hombre vestido con un traje un tanto extraño la observaba.

- Me llamo Rogger, te alistaré para el desfile de tributos.

El desfile, lo había olvidado por completo. Katniss rodó los ojos y le dio paso al hombre.

La arquera perdió la noción de cuánto tiempo tardó el hombre en arreglarla para el desfile. Le habían probado incontables atuendos, hasta que, al final, dieron con un atuendo que representaba a Katniss a la perfección; se trataba de un traje de guerra negro y, en la espalda, un carcaj de flechas se hacía notar junto con unas alas negras con plumas de un sinsajo que tenían dibujos de llamas rojas en el centro del cual salían las plumas. En su cabello, una trenza reposaba sobre su hombro.

- Sé que no soy Cinna pero... creo que fue un gran parecido a su trabajo, ¿o me equivoco?. - La sonrisa de Katniss se esfumó al pensar en Cinna, habría deseado que al menos él estuviera ahí y la preparara como en los viejos tiempos, pero él se había ido y debía aceptarlo, por Peeta y sus dos pequeños hijos que descansaban en casa al cuidado de Annie. - Sé que es difícil para usted, señorita Everdeen, lo fue para mí también, pero debe mostrarse fuerte y resistir para que pueda volver a casa.

- Tiene razón - Katniss hizo un movimiento con su cabeza, haciendo que sus memorias desaparecieran. - ¿Cuándo inicia el desfile?

Rogger miró la hora de su reloj de muñeca.

- Media hora, pronto, tenemos que alcanzar a los demás.

Perdieron diez minutos en todo el recorrido que hicieron al bajar los elebadores hasta la planta baja donde los otros tributos estaban reunidos en carruajes que eran jalados por caballos, o al menos, algunos de ellos.

Katniss miró dedicadamente cada carruaje, el primero en la fila era el de Thomas y Newt, los chicos vestían un estilo deportivo, como si estuvieran por correr alguna carrera.

De segundo, el de los cazadores de sombras, este resaltaba mucho el estilo de su manera negra de vestir, era jalado por dos caballos negros y tenían dibujos extraños por varias partes del carro, muy parecidos a los tatuajes que llevaban en su piel.

Pisándoles los talones, estaban Ben y Cassie, con los típicos trajes verdes que usaban los soldados en las guerras.

Centímetros de este, Will y Nico se habían lucido en su decoración, su carruaje era llevado por dos pegasos, uno de ellos era negro mientras que el otro blanco. Los dibujos del carruaje eran de algunas calaveras negras y unas líneas doradas que parecían ser la luz de los rayos del sol.

Más atrás, los magos llevaban puestas unas túnicas negras con blanco y su carruaje era jalado por una especie de caballos espectrales.

Luego, estaba el de los Pevensie, Edmund y Lucy. Ellos dos sin duda se habían esforzado en hacer su carruaje y elegir sus vestuarios. El color del coche era de un plateado resplandeciente con un león rojo, los caballos mostraban elegancia con sus monturas y riendas, y del vestuario... mejor ni hablar de eso. Parecía que realmente provenían de una tierra de reyes.

Antes de pasar al carruaje de Carl y Maggie, alguien la tomó por los hombros por detras, era Peeta.

- Peeta... - El rubio le sonrió, pero Katniss estaba segura de que su sonrisa era falsa.

- ¿Segura que estás lista para esto? - Dijo el chico, Katniss le sonrió con obviedad.

- Nací lista. - Antes de que los carruajes arrancaran, Katniss y Peeta subieron de un brinco al carro y se quedaron miándose por unos segundos, unos largos y tiernos segundos. Apenas el primer coche avanzó, Peeta le dio un corto beso a la arquera en los labios y apretó con fuerza su mano.

- Hora de la acción. - Susurró el rubio. Cuando salieron a la luz, Katniss pudo escuchar cómo la multitud gritaba con fuerza el nombre de los tributos, entre ellos escuchó el de Harry y el de los semidioses, seguidos de muchos otros nombres que la chica no pudo diferenciar.

- Y ahí vienen, los tributos de los 76° juegos del hambre... - Anunció Ceasar por el micrófono. - ¡Y parece que la chica en llamas se dejó lucir nuevamente en el desfile!

Peeta le dio un lijero toque en su brazo a Katniss y le indicó con la cabeza que mirara para atrás, ella le obedeció y giró su mirada, no podía creer lo que su estilista había hecho con su vestuario: las dos alas que colgaban en su espalda se habían elevado y ahora lanzaban chispas de fuego rojo. Sin lugar a dudas, el fuego nunca podría faltar en su atuendo y, al parecer, la multitud estaba de acuerdo con eso ya que aplaudían con ganas y gritaban el nombre de Katniss y Peeta. Las llamas se esfumaron cuando los tributos terminaron el recorrido frente al escenario donde estaba James Porter y algunos de los instructores.

The 76° Hunger Games (Multicrossover)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora