Parte 19: Caminantes

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NEWT 

Llevábamos una hora yo y Peeta estancados en el árbol, su madera estaba de un tono más oscuro a causa del fuego que alcanzó el tronco. 

La espalda me dolía como nunca antes, habíamos dormido, o bueno tratado de dormir, en las ramas gruesas del árbol, aunque Peeta sí logró dormir, y no sé cómo logró hacerlo, porque, con todo lo que estaba pasando, no fui capaz de pegar ni un solo ojo en toda la noche, y fue por eso que estuve despierto vijilando los alrededores por si encontraba algún peligro; y claro que lo hubo, eran los juegos del hambre, ¿cómo no iban a haber peligros?

A varios metros de distancia, cuando ya eran como las tres de la mañana, una horda de Cranks (o creo que eso eran) caminaba con lentitud por los alrededores del árbol; luego de un tiempo, caí en la cuenta de que no eran Cranks, porque eran mucho más lentos y, al parecer, tontos, porque ni siquiera habían captado la presencia mía y de Peeta en el árbol, solo lo pasaban de alto. 

Estaba confundido. 

Si no eran Cranks, ¿qué más podrían ser? Tenían la apariencia de uno, un ser humanoide con aspecto casi inhumano que, apenas detectaban un movimiento un una presa cerca, los atacaban, aunque claro, ya que algunos sí eran inteligentes, te convencían de que no te hiban a hacer daño, pero al final terminaban haciéndolo, pero estos nuevos Cranks, pasaban todo de alto, solo se limitaban a caminar sin rumbo aparente y seguir a sus compañeros, no como los Cranks que viajaban solos o con pocos acompañantes. 

- ¿Qué ves, Newt? - Me preguntó el otro chico rubio que recién se había despertado de su siesta del otro lado de la rama del árbol. 

Bajé la mirada de nuevo al piso donde los No-Cranks caminaban alrededor de nosotros. 

- Esos... ¿qué son? ¿Los has visto?

Peeta siguió mi vista y se concentró en los humanoides. Sus ojos azules se llenaron de asombro, tal vez reconociéndolos o, de lo contrario, viéndolos por primera vez. 

- Nunca los había visto... parecen... Zombies.

¿Zombies? Ahora estaba más confundido que antes. 

- ¿Qué son esas garlopas, Peeta? ¿Zombies? Nunca lo había escuchado antes, yo conocí a unas criaturas que se llamaban Cranks, pero, ¿Zombies? Ni miertera idea de qué sea eso. 

Peeta rio, al parecer divertido porque no recordara nada de las cosas básicas que la mayoría de las personas sabían. 

- Los Zombies solo son reales en las películas, o eso creía, pero ya que los estoy viendo con mis propios ojos... podemos decir que los Zombies son humanos o personas muertas que volvieron de la muerte y se regeneraron, no se les puede matar, son invensibles, prácticamente, aunque sus pasos lentos son fáciles de vencer. También, si ellos te llegan a morder, recibirás la muerte en pocos días u horas, aunque revivirás después claro, pero nadie quiere revivir como esas... cosas. 

Seguía viendo fijamente hacia los Zombies que caminaban bajo nosotros, sin creerme el hecho de que no nos hubieran visto todavía. 

- Dijiste algo que se llamaba Crank... ¿qué es? 

Alcé mi mirada de nuevo y me concentré en los ojos celestes de Peeta que ahora miraban los míos fijamente, con sumo interés en lo que estaba por contarle.... contarle algo que todavía no estaba listo para decir aún. 

- Cranks... las peores cosas con las que me he enfrentado - Hice una mueca recordándolos - Son como estos... ¿Zombies? Sí, pero más rápidos e inteligentes, y, a diferencia de ellos, no murieron, son personas que, luego de que el sol calentara el planeta, se transformaran en algo ya inhumano y que era feroz y caníval, aunque algunos somos inmunes al virus de la llamarada (el virus que dio el sol) y, los inmunes, no poseen el virus y no se contajian de este, y por eso los inmunes deben evitar a los no inmunes para no contajiarse del virus. ¿Entiendes? 

Peeta me miraba en Shock, aun procesando la cantidad de información que le había hecho contener en su cerebro, pero, al reaccionar, una pequeña lágrima se le deslizó por su mejilla. 

- Lo siento... - Fue lo último que Peeta me susurró en esa hora, y digo que en esa hora porque, a las cuatro de la mañana, el disparo de un cañón sonó por el lugar seguido de una canción del capitolio que resonó por los cielos, sobresaltándonos y haciendo que giremos nuestras miradas hacia el cielo estrellado de la noche, no le di mucha importancia a lo que sucedía, sin embargo, a Peeta sí le afectó, y bastante. 

- Newt... alguien murió en los juegos - Lo miré con los ojos abiertos como platos. 

- La primera muerte... - Nos quedamos expectantes mirando a las estrellas donde ahora un holograma de tonos azules se presentaba tras las nubes, revelando el rostro del chico de Ohio, Sam Goode. 

- Sam... ¿Lo llegaste a conocer? - Me preguntó luego de que la imagen se desvaneciera. Negué con la cabeza a la pregunta. 

- No, nunca hablé con él, pero me hubiera gustado conocerlo... - Tosí un poco, atragantándome gracias a todo el humo que habían inhalado mis pulmones luego del incendio que se dio en el bosque en el atardecer. 

- ¿Estás bien? - Peeta se me acercó con cuidado y me dio palmaditas en la espalda. 

- Sí... es solo que... - Seguí tosiendo unos segundos hasta que pude recuperarme. 

- Inhalaste mucho humo... Creo que debes descansar, Newt, te ves muy pálido, deja que yo vijile por esta vez - Miré agradecido al rubio, quien regresó a su lugar de la rama mientras tomaba una lanza que él y yo habíamos hecho con una rama caída del árbol y una piedra que afilamos. 

Todo estaba tranquilo, las hojas de los árboles se movían al compás del viento y ruidos de grillos se escuchanan al rededor, eso me bastó para que mis pesados párpados al fin se rindieran y, luego de que ambos se cerraran tranquilamente, caí dormido en la oscuridad de la noche. 

The 76° Hunger Games (Multicrossover)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora