-17-

3.4K 580 283
                                    

1926~







































-"Se pueden ver sus pinturas en su casa... en un pequeño pueblito de Japón llamado Yufuin... donde vive con su esposo Bakugo Katsuki..."

Izuku sonrió y miró hacia el rubio, el cual se encontraba sentado junto a la ventana, escuchándole mientras cosía una de sus medias viejas.

-Mira Kacchan. Te mencionaron aquí.

-Déjame ver eso.- pidió Katsuki desconcertado, viendo cómo Izuku se acercaba hacia él con lentos pasos mientras seguía leyendo la parte del periódico que tenía entre sus manos.

-"Un vendedor local de pescado."- rió el peliverde feliz. Cuando estuvo cerca, aproximó el diario para que su pareja pudiera ver.- "Bakugo Katsuki".

-Ahí está.- asintió el rubio asombrado de observar su nombre escrito en un diario.

-Ahí estás.- confirmó Izuku, enternecido por el semblante de sorpresa que le había quedado pintado a Katsuki en su rostro.



○○○○○









Estaba atardeciendo el día en el que Izuku vio un coche elegante llegar por el camino que conducía a su casa, justo mientras revisaba su correo.

Pensó que tal vez podría ser Momo, ya que ella seguía visitándoles a menudo, pero descartó aquella posibilidad al alcanzar a ver la cabeza de un hombre con sombrero dentro del vehículo.

Se acercó con pasos lentos, arrugando un poco la frente por el calambre en sus articulaciones. Últimamente le costaba más caminar sin encorvarse por el dolor.

Se detuvo cuando vio que el coche lo hizo, y luego esperó paciente a que el hombre bajara. Seguramente quería comprarle una pintura... aunque le extrañaba recibir un cliente faltando ya sólo una hora para el anochecer.

Sus dudas se aclararon apenas vio el rostro del hombre asomar por la puerta del vehículo.

-Izuku.- sonrió éste, pero al peliverde le costó devolverle la sonrisa.

-¿Yuu?- exhaló, desconcertado al ver a su hermano después de tanto tiempo. Desde que estaba con Bakugo había perdido contacto por completo con su familia, y no le importó mucho realmente.

-Hola.

-¿Qué... qué haces aquí?

-Pues... oí, bueno, leí sobre ti y quise venir a verlo con mis propios ojos.- explicó él, acercándose y mirando de pie la casa pintada frente a ellos.- Así que ahora eres un artista, ¿eh?- rió.

-Nunca me llamaste artista cuando éramos niños.- contestó Izuku con seriedad.- Nada ha cambiado.

-Lo siento.- sonrió su par, encogiéndose de hombros.

-¿Quieres un té, Yuu?

-Oh, no. No te preocupes. Pero gracias por ofrecérmelo.- Izuku se dio cuenta de que él parecía buscar algo con su mirada distraída.- Y, em... ¿dónde está tu...?

-¿Mi...?

-Tu... hombre.

-Haciendo sus rondas, supongo.- contestó en voz baja. No le había gustado la aspereza con la que Yuu formuló aquella pregunta.- Volverá pronto si lo quieres conocer...

-Oh, no tengo mucho tiempo. Sólo quería venir y... quizá comprar una de tus pinturas.

Izuku sonrió un poco, asintiendo.

-Deku- [Bakudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora