Sangre de dos ||n.h||

Parte 37

  Sentada bajo la copa de un árbol, apoyada con la espalda en su fuerte tronco y acariciando lo poco de hierba que olía, me encontraba yo. Me mordía el labio para no gritar, aunque lo necesitase. Necesitaba saber si era verdad, si lo que Greg decía era cierto, sabía perfectamente que no lo era. Mis padres me querían. ¿Qué padres no quieren a sus hijos? Los míos desde luego no eran esa clase de personas.

  Estaba furiosa por dentro, tanto que sin darme cuenta de mi mano, salieron llamas, literalmente. Me miré la mano sorprendida.

- ¿Qué?-exclamé espantada.

  Volví a probar con otra cosa. Posé mi mano en la corteza del árbol en el que estaba apoyada. Intenté concentrarme en que salieran chipas pero no salía nada.

  Resoplé.

- De repente parece que me he convertido en una superheroína.-me hablé a mí misma.

Me encaminé camino a casa, sin ganas de ver a nadie, sólo quería ponerme mis auriculares y olvidar el mundo. A lo mejor, suena un poco automarginarse pero yo no era de esas que siempre dicen que no tienen ganas de nada nunca, pero simplemente yo no era así. Como una pequeña sabia me dijo, la soledad viene bien para pensar en tus cosas. Y bueno, normalmente necesito pensar.

  Pasé por la puerta principal y antes de pisar el primer escalón, alguien me agarró de las caderas, supuse que era Niall pero no.

- Harry.-dije en bajo. Este sonrió y se acercó más a mí boca, aparté mi cara y le propiné una bofetada, pero no por eso me soltó.

- Emma, ¿sabes que quiero?- Estaba tan sumida en deshacerme de él que ni siquiera me enteré de lo que me quería decir.- Tenerte bajo mis sábanas como aquella vez.-le miré a la cara y levanté una rodilla, justo en su entrepierna.

  Mientras él se retorcía de dolor, yo calmaba mi agitación suspirando e inspirando. Me subí corriendo a mi habitación, mientras Harry estaba ahí con la mano en su miembro, intentando calmar el dolor.

  Entré dando un portazo y apoyé mis codos en la puerta empujándola y la cabeza gacha.

  Demasiadas cosas por hoy.

  Se oyó el "toc, toc" detrás de mi puerta y esa persona pasó sin ninguna objección por mi parte.

- Se llama antes de entrar.-confesé sin mirar.

  Cerró la puerta tras suya y me giré para ver a la persona. Era Lucy con una taza en la mano.

  Aceleró para sentarse en mi cama, al lado mía y darme la taza con un contenido de chocolate caliente. La cogí, ya que no había comido nada en todo el día. Una taza de chocolate caliente no me haría daño.

  Lucy se cruzo de brazos antes de hablar.- Greg nos ha contado.-no dije nada, sorbí de mi taza.- No debería haber dicho nada, sólo es que...-

- ¿Sabes el daño que me puede hacer con eso?-no respondió.

  Hice una mueca y volví a sorber.

- Emma, sé que lo vas a pasar mal pero inténtalo llevarlo lo mejor posible ¿vale?-sonó la puerta y Lucy me terminó de decir.- Creo que alguien quiere hablar contigo.-por último, me dio unas cuantas palmaditas en la espalda, suaves, y salió para que entrase Niall.

- No me vais a deja sola por lo que veo.-Niall se puso en frente mía. De cuclillas frente a mí, con sus manos en mis rodillas.

- ¿Estas bien?-me encogí de hombros.

- Tomaré eso como un sí.-

- Niall, ¿Por qué no me contaste que Zayn y tu erais "amigos"?-recalqué las comillas.- Si me hubiesas dicho eso, entendería vuestro odio.-

- ¿Eso que más da, Emma?-

- No, no da igual, es un signo de confianza y tú pareces no entenderlo.-inspiró fuertemente antes de que acabase la frase.

- Emma, ¿¡Qué se supone que quería que contase!?-se levantó de golpe.- ¡Ya tenías suficiente con que te convirtiese! A lo mejor si seguimos así, no confiaré en ti.-no dije nada.

- Joder, lo siento Emma.-me abrazó y yo no me opuse.- A veces, se me va la lengua, lo siento mucho.-apretó más nuestro agarré y no lloré. Ya no soy quien era antes, no.

- Te quiero.-susurro.- De verdad que no sabía lo que decía.-se separó de mí para mirarme un momento.

  Su frente estaba contra la mía y su nariz chocaba con la mía. Me besó durante unos segundos, y volvió a mirarme con nuestras frentes juntas.

- Di algo.-susurró.- Por favor.-

- Yo...-comenzé.- También lo siento, te amo y no quiero estar así.-

- Olvidemos esta pequeña discusión ¿si?-asentí con la cabeza y me volvió a besar. Agarró mis caderas y me atrajo más a él.

  Mis manos rodearon su cuello y seguimos con el beso. Empezó a besar mi cuello y gemí en su oído. Mordió mi lóbulp y dejé escapar un suspiro. Subió las manos hasta mis curvas y me empujó a mi cama. Yo quedé debajo de él y él encima de mí. Metió una mano bajo mi camisa y acarició mi abdomen, no subió más, supongo que no quería todavía llegar más. Se quitó la camiseta y acaricié su espalda. Enrollé mis piernas en sus caderas y le atrajé más a mí. Mordí su labio inferior y gimió en mis labios.

- Te quiero.-susurré.

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OS VOY A DEJAR UN POCO CON INTRIGA JAJAJA.

BESOS IRLANDESES, INGLESES Y AUSTRALIANOS