05:00 PMㅡ¡Edwin! ㅡGrito.
Corró hacia su vehículo que ha quedado destrozado, repitiéndome una y mil veces que esto es un sueño y nada ha pasado. Mentalmente debo despertar y todo volverá a ser la vida real.
¿Qué realidad?
La realidad no es donde todo es felicidad y alegría... estoy en la realidad donde todo es lágrimas y sufrimiento.
ㅡNo no no Edwin.
El vehículo está destrozado volcado por el fuerte impacto. El responsable del choque está a unos metros y aún no sé si alguien está vivo o muerto porque sólo me interesa Edwin...
Me agacho para ver cómo sacarlo de ahí, pero sólo logro abrir la puerta de su asiento ya que el vehículo se volcó.
ㅡEdwin no... por favor. Nada de lo que dije es cierto ㅡSusurro como si las disculpas nos volvieran al pasado y arreglaría todo.
Su rostro está cortado con los pedazos de vidrio que se rompieron de la parte delantera y la ventana. Me estiro para sacarlo pero no puedo hacer nada, está desmayado creo. No quiero ni pensar que me ha dejado. Porque sería como volver a cometer el mismo error como lo hice con mi madre cuando murió.
ㅡEdwin ㅡSusurro su nombre acariciándo su rostro.
Saco mi celular y marco el número de primeros auxilios.
Suelto unas lágrimas.
ㅡPor favor ㅡIntento hablar sin tartamudearㅡ estoy en la carretera número 9, ayúdenme un vehículo ha colisionado con otro. En ambos hay pasajeros. ¡Rápido!
Me acerco a Edwin y tomo su mano; acerco mi oído a su pecho, su pulso es entrecortado. Quiero que nada de esto haya pasado pero yo no soy dueña del tiempo y ni el tiempo tiene dueño.
Le limpio el rostro con una toalla húmeda que tengo en mi cartera.
ㅡMaldición ¿Qué ha sucedido? ㅡPregunta mi mejor amigo con una mueca de dolor.
Me alegra escuchar su voz. Lo abrazo al revés. Porque su cabeza está sobre mis piernas dobladas.
ㅡNo siento mis piernas.
Ahora yo maldigo.
ㅡRespira amigo. Ya llamé a una ambulancia, no tarda en llegar.
ㅡKrrr... Soy yo o tengo las costillas rotas ㅡDice intentando reír.
Me tenso.
Me pongo sobre él sin tocarlo para no lastimarlo y veo que sus piernas están bajo el... el..., bueno nosé cómo sé llama y no me importa el nombre.
Abro los botones de su camisa azul marina, lentamente. Siento su cuerpo frío y la verdad es que el clima está muy frío.
Así que saco los abrigos de la parte de atrás. Me lo pongo y observo que del abrigo de mi amigo cae una cajita negra. Tengo deseos de abrirla pero al mismo tiempo no. No es el momento indicado.
Continúo abriendo la camisa de mi amigo y con su abrigo trato de cubrirlo como una cobija para que no le haga frío.
Me asusto de ver la sangre en su piel recorriendo por la altura de su estómago y abdomen.
ㅡMierda. Estás perdiendo mucha sangre ㅡDigo preocupadaㅡ Esto te dolerá.
Con la tela que rompo de mi vestido hago presión en su herida.
Hace mueca de dolor.
Un sonido me saca de mis acciones y me quito el abrigo para ponérselo de cabecera.
Me levanto y voy hacia el sonido. Espero que no sea nada malo.
Veo a un sujeto entrar al auto blanco que hace minutos colisionó con el de Edwin. Enciende el auto, sin encender las luces de su vehículo.
Está huyendo.
ㅡ¡Oiga!¡Espere! ㅡGrito para llamar su atención pero no me da oportunidad de hablar porque se marcha a toda velocidad.
ㅡPor favor no se vaya, mi mejor amigo está muriendo ㅡPero ni la sombra del vehículo se ve por la carretera.
Las gotas de agua me mojan un poco. Nuevamente es una llovizna. Y el frío de la madrugada me congela el corazón. ¿Cómo la gente puede ser tan irresponsable? Siquiera me hubiera ayudado.
Regreso con Edwin quien a duras penas se mantiene despierto. Ruego porque la bendita ambulancia llegue a tiempo.
ㅡ¿Recuerdas cuando te arrebaté los colores de tus manos?
¿Cómo no olvidarlo? Si fue nuestra primera discusión.
Me seco una lágrima.
ㅡTe enfadaste mucho, eras tan mala conmigo que siempre buscabas el momento para cobrar venganza. Sabes, eso de quitarte los colores... lo hice porque eras, digo eres, eres tan buena con los dibujos que siempre quise tenerte de mi lado para que en vez que dibujes en tus hojas blancas, dibujes una vida maravillosa en la mía ㅡSuelta una tosㅡ Y desde el momento en que me disculpé el día de la amistad. No sabes cómo mi corazón latía cuando me diste esa pulsera que era para chicas.
Ríe en los recuerdos.
ㅡAún así me obligaste a ponérmela y hasta ahora no me la quito porque es un signo de tu amistad sincera ㅡVuelve a toser.
ㅡEd.. deja de hablar, te estás cansando ㅡLo interrumpo.
Niega
ㅡTú al igual que yo sabes que quizás esta sea nuestra última conversación y no quiero que estemos enojados.
ㅡPero no lo estamos...
ㅡPor favor escúchame primero.
Asiento. Después de todo, yo soy la culpable que él esté pasando por esto. Y además son las mismas palabras para calmar mis gritos usó antes del accidente y no lo escuché. Ahora es mi momento de escucharlo y hacer lo que me pide.
De los errores se aprenden, pero a veces en la segunda ocasión no se puede recuperar ni reparar lo de la primera ocasión. Eso era lo que me pasaba. Había perdido la oportunidad de evitar este acontecimiento.
El viento me eriza la piel, pero no pienso ponerme el abrigo, Edwin lo necesita más que yo. Y si me congelo no importa.
ㅡPonte tu abrigo, tus mejillas se están colorando del frío.
Lee mi mente.
ㅡNo tengo frío ㅡMiento porque sé que me va a obligar a usarlo aún cuando él está más grave que yo.
ㅡConozco cuando te hace frío; ahora mismo estás titiranto de frío. Te suplico que te lo pongas.
Obedezco, levantando mi abrigo por debajo de su cabeza porque de todas maneras no se quedará tranquilo. Me acerco a él para apoyar su cabeza sobre mí.
Dejo que prosiga.
ㅡQuiero que me prometas que si yo... ㅡNo pudo terminar la frase por una lágrima en su mejillaㅡ Debes continuar con tu vida, sé feliz y fuerte. Perdonar sobre todo. Habla con tu padre y si es posible reconcíliate con él. No creerás si te digo lo muy parecidos que son; ve por tí misma. No lo olvides nunca. Dile a Amanda que me perdone, también tú perdóname por ser un completo insoportable en algunos momentos, por ser el causante de algunas de tus lágrimas... Porque aún cuando yo no esté en físico a tu lado, nunca estás sola. Es una promesa.
Hace una pausa. Tomo su mano y la presiono para que sepa que yo estoy con él.
La luz de sus ojos se apagan poco a poco. Cerrando sus párpados. Quiero gritar y suplicar que me perdone pero no pienso volver a martirizarme... quiere que sea feliz. ¿Por qué no intentarlo aunque sean por unos minutos a su lado?
ㅡTe quiero mucho, Krystal.
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Nunca Estás Sola
Historia CortaEn un inesperado momento mi vida cambió, su presencia me llevó al pasado, los recuerdos que enterré en el fondo de mi corazón me atormentaron nuevamente y sobre todo esa frase que nunca se cansó de repetirme, en está y la otra vida: ...