Capítulo 02; Días Grises.

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Los días grises pasaron de ser la mejor sensación para estar en un cálido hogar con unos padres amorosos y unos hermanos que siempre están unidos. Pero ahora no existía aquello, solo eran días grises, fríos, sin alguna chispa de Sol, eso lo sabía Seungcheol, alguien que no puede sonreír, ni por lo que más deseara. La vida se volvió oscura, es lo que pensaba, puesto que tan solo un minuto bastó para que todo aquello que amaba se tornará de un color negro. En una habitación oscura, sin alguna luz que más que el pequeño destello que reflejaba el cielo gris, Seungcheol se encontraba, atrapado en un sin fin de respuestas.  

—¿Por qué los días grises se volvieron tan fríos? –una voz despertó a Seungcheol de lo que parecía ser el enorme silencio de su habitación. El azabache giró sus ojos en busca del dueño de aquella voz, encontrando unos ojos color café en la puerta del enorme cuarto oscuro.– ¿No piensas salir de aquí? –Seungcheol sonrió amargamente, dejando su sonrisa por escasos segundos. 

—¿Cómo están Mingyu y Hansol? –el chico que estaba en la puerta desvío la mirada hacía las a fueras de la habitación.

—Están bien ambos, Mingyu no se ha metido en problemas, y Hansol se niega en comunicarse conmigo. –Seungcheol se sentó en el borde de la cama, en dirección a la puerta, el chico giró su mirada en la posición en la que se encontraba su amigo– Necesito que Hansol se comunique conmigo, quiero saber lo que le pasa. 

—Gracias, Wonwoo. 

—¿Hmm?

—Gracias por preocuparte por Mingyu y Hansol estando yo aquí, sin poder hacer nada. –Seungcheol sentía como su garganta comenzaba arder, como sus ojos se llenaban de lágrimas, quería llorar, admitía que se volvió débil con el pasar de tiempo, y que el chico ante él, era alguien con quien podía contar. Gracias a él, sus hermanos estaban a salvo.

—Las gracias no son suficientes, estaría mejor agradecido si dejas de estar encerrado en tu cuarto y deseas ver el mundo exterior. Aunque... ya nada es igual. –el azabache dejó que que una lágrima resbalará por su mejilla, mientras que el castaño en frente de él, cruzaba sus brazos y daba un paso hacía a fuera.– No olvides que aun tienes a tus hermanos para vivir, piensa en ello. 

—Sí... 




—¡Por tu culpa Jihoon está en coma! ¡Eres un monstruo! ¡¿Qué demonios tenías que estar con Jihoon!? ¡¿Si acaso sabes cuidar de tus hermanos, para que vengas cuidando a mi hijo?! ¡Eres un miserable! 

La voz de una mujer adulta, aquella que entró en desesperación y en llanto, comenzó a insultar a Seungcheol, él solamente veía a gente llorar, quería huir, se sentía asfixiado, quería morirse, su mundo llegó a derrumbarse por segundos. Quería morir. Su vida no tenía algún sentido, si la persona que más apreciaba en ese mismo momento se encontraba al borde de la muerte, quería ir con él. 

—Jihoon...

Las clases ya habían finalizado, Seokmin se encontraba con sus dos amigos únicos de la universidad saliendo de ella, iban comentando cosas raras, mientras estaban bajo la mirada de varias personas de alrededor, ya que dos de ellos eran muy llamativos. 

—¿A veces no te es molesto ir con nosotros? –Seokmin no entendía al que se refería, puesto Jeonghan lo había soltado como si nada, no eran los primeros días que se conocían, cuando Joshua mataba con la mirada a Seokmin por el gran cariño que Jeonghan le había brindado a sus inicios de conocerlo. Ahora eran más liberales, no ocultaban que ellos dos eran parejas, y que ambos se amaban demasiado.– ¿No crees que estar con una pareja homosexual está mal? 

—¡Jeonghan!

Hyung, desde niño he tenido claro el concepto de amor es que cuando amas de verdad, es porque lo sientes. –Seokmin sonrió, esa sonrisa era la que Jeonghan admiraba, siempre sonreía, y su sonrisa nunca se veía forzada, era algo que realmente quería de él.– Además, cuando estaba en secundaría pillé a mi hermano mayor con un chico. 

—¡¿Tu hermano mayor?! –exclamó Jeonghan, Seokmin seguía con su sonrisa, y Joshua se quedó estático.– ¡Espera! ¿En qué sentido lo encontraste...? ¿Teniendo relaciones...? 

—¿Ah? ¡No! ¡Me refería a que los encontré besándose dentro de la casa! Después de eso, tuve una charla motivacional con mi hermano, parecía que nunca terminaría... aunque de todas formas deducía que era homosexual ya que detestaba a las mujeres, en preparatoria siempre las rechazaba. 

—Vaya... no sabía esa parte de tu hermano. 

—Seokmin, perdona que me meta, pero, ¿Tu hermano dónde está actualmente? –la mirada de Seokmin cambio a una de melancolía, seguía sin perder las esperanzas de lograr comunicarse con su hermano, la tristeza le invadió, y desviando la mirada al suelo suspiró. 

—No lo sé... 

Odiaba los días grises, de eso era seguro, lo detestaba desde que dejó su casa, desde que dejó todo lo que amaba, para estar en ese sombrío lugar. Se encontraba en el borde de la perdición, en un lugar donde no se permitía sonreír y mucho menos ser débil. Dejó sus vestiduras de bondad, por las de una persona madura y sería. Alguien que tenía hacerse cargo de varías personas aunque no tuvieran ninguna conexión. En sus manos recaían mucho peso. 

—Hansol –una de las habitaciones fue abierta, dejando a un adolescente asomarse, su cabello era de un color castaño claro, más claro que el cabello de Wonwoo, se alegró que el chico lo mirara a los ojos, y no tuviera sus ojos clavados en el suelo– ¿Ha pasado algo? Necesitas algo. 

—Quiero que me acompañes a un lugar. –el chico murmuró aquello, Wonwoo se levantó del sofá marrón que se encontraba adornando la casa, un sillón que solamente el usaba desde que llegó, ya que nunca, las tres personas que habitaban en esa casa, se sentaban a convivir. Wonwoo se acercó al chico que traía una chaqueta puesta– Quiero ver a mamá y a papá. 

—Iré contigo. 

El camino era largo y silencioso, Wonwoo sabía que a Hansol no le gustaba hablar con él, las uncias palabras que sabía que diría eran: "Tengo hambre" "Tengo que ir a clases" "¿Puedes darme algo de dinero?" "Necesito unas cuantas cosas", pero jamás sostenían una conversación, a Wonwoo le desagradaba eso de Hansol, quería saber más de él. Solo le ha escuchado decir algunas cosas a su hermano mayor, Mingyu, pero ese chico, era más complicado que Hansol negándose a hablar con él. Porque el tal Mingyu, era demasiado hablador, impotente, y mal hablado contra Wonwoo, quien jura que algún día llegaría a golpearlo sino se callaba. 

El silencio no era incomodo, puesto que ya estaba acostumbrado a él cada vez que se encontraba con Hansol, guardaba su distancia, sabía que él era muy reservado. Caminaban por las calles grises de Seúl, hasta entrar un edificio, caminaron a dentro del lugar, donde había urnas donde los restos de las personas descansaban en paz. Avanzaron al fondo, viendo las dos urnas donde se encontraban los padres de Hansol, y en medio, una foto de ellos cinco. Hansol observó atentamente ese lugar. Wonwoo desviaba su mirada, como si algo más fuera tan interesante, decidió apartarse unos cuantos metros prestando atención a Hansol de vez en cuando. Sabía bien que él era quien más sufrió las pérdidas de sus padres, puesto que jamás lloró en ningún momento. El sabor amargo de la perdida llegó a Wonwoo, al ver las pequeñas lágrimas que Hansol se limpiaba, nunca antes le vio sonreír, nunca le vio reír, nunca le vio llorar, su habla era de una persona perdida, pareciera que era el único lugar donde dejaba mostrar su debilidad.

Hansol salió, y con la mirada baja, ignoró un poco a Wonwoo, para ir a casa, en ese momento, el castaño supo que el chico había vuelto a ser el chico triste que conoce.

Pinwheel/Trauma - SEVENTEENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora