Epílogo; Sigue sonriendo para mí.

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El Sol estaba brillando después de tanto tiempo, al fin parecía quedarse en el cielo para resplandecer. Mostraba las hojas de la primavera tan hermosas y coloridas. Bajó un árbol cubriendo de la sombra, se encontraban dos personas, abrazada una de la otra. El mayor de los dos había pasado su brazo por el hombros del menor, mientras que él lo abrazaba de la cinturas. Estaban descansando después de un largo día, de trabajar junto a los padres del menor. El azabache besó la frente del pelirrojo, y se acomodó mejor para verlo. 

—Jihoon. –la voz del mayor salió mientras que el mencionado había levantado la mirada para mirar a sus ojos– ¿Estás listo para regresar? 

—Sí. 



La florería Lee había estado en cuidados de Mingyu y Wonwoo, que se dedicaron a saber de todo tipos de plantas, —solo Wonwoo lo había estudiado, Mingyu se dedicaba a obedecer lo que él decía— aquel lugar fue llenado de felicidad. El menor de los dos comenzó a buscar a su pequeño gatito que se había escondido entre las macetas del lugar, con un juguete en mano, para atraerlo.

—Vamos, Beanie, sal de ahí o Wonwoo me matará. –el maullido del gato se escuchó, Mingyu lo había encontrado, así que lo tomó tan delicadamente, que el gato encajó sus uñas en él para evitar caerse.– Tranquilo pequeño, no te voy hacer nada. 

La puerta de la florería fue abierta haciendo que la campanilla se escuchará llamando la atención de este, parándose, y mantener una sonrisa. 

—Sea bienvenido... ah, eres tú, Seokmin.

—Sí, soy yo, también vivo aquí, ¿recuerdas? –Mingyu se encaminó al mostrador acariciando al gato que tenía en manos– ¿Dónde está hyung?

—Salió, dijo que iría por unas cosas. –Seokmin miró con atención el lugar, se acercó a Mingyu y miro al gatito que tenía en manos, acarició su cabeza.– Wonwoo se está tardando, salió hace treinta minutos. 

—¿Llamaste a su celular? 

—No, lo intentaré ahora. –tomó su celular haciendo caso a Seokmin y comenzó a marcar el número de Wonwoo, el cual no contestaba.– Me mandó a buzón. 

Hyung siempre contesta. 

—Iré a buscarlo, cuida a Beanie por mí. 


[...]


La lluvia era muy fuerte, tapaba la vista de los dos niños que se encontraban corriendo por el bosque, traían un impermeable color amarillo con unas botas rojas para evitar mojarse. Uno de ellos logra resbalarse por el camino lodoso que había, resbaló contra el piso cayendo boca abajo, manchando su ropa de lodo. El niño mayor regresó al escuchar el grito de dolor del menor, llegando en frente de él y ayudándolo a levantarse. 

HaoHao, deberías tener cuidado por donde caminas. 

¡Hyung me dejó solo! –el mayor ayudó al más pequeño a limpiarse con las manos, el lodo resbalaba por el traje debido a la gran cantidad de lluvia que caía. El menor había echo un puchero, sus ojos estaban llorosos mientras que el mayor como pudo limpió sus ojos.¡Soonyoung hyung, eso duele! 

—Hay que apresurarnos, papá y mamá deben estar enojados. 

Soonyoung tomó la mano de Minghao para volver a correr, unos cuantos metros después habían llegado a la calle, dejaron de correr debido a que notaron la gran neblina que había en la calle, trataban de tranquilizar sus respiraciones intranquilas para mirarse entre ellos y dedicarse una sonrisa. El cielo estaba triste y les estaba avisando el porqué, uno de sus mejores amigos había tenido un pequeño accidentes, pero ellos no lo sabían. Sus corazones comenzaron a latir rápidamente, la sonrisa que se habían dedicado segundos antes se desvaneció al dar un primer paso para cruzar, una lágrima resbaló por la mejilla del mayor al dar el segundo, y tratando de dar un tercer paso un sonido se escuchó. 

Pinwheel/Trauma - SEVENTEENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora