V

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El día estaba siendo demasiado bello. Nuevamente los rayos del sol se colaban por las ventanas de la escuela iluminando sus pasillos y haciendo brillar el suelo de mosaicos.

Las piernas de Jungkook caminaban a través de ellos con rapidez luego de haber salido de clases e ir a la cafetería a comprar un pequeño detalle para el rubio. Justo cuando el timbre sonó, el estaba delante de su salón con una gran sonrisa e intentando buscarlo con ayuda de sus puntas. Cuando vió su brillante cabello y rostro debajo de un rayo de sol, le sonrió siendo correspondido y acomodó la notita que había escrito hace no mucho sobre el empaque del pastel de arroz.

Miró como la pequeña mano de Jimin se movía en el aire llamando su atención, él correspondió de igual manera. Justo cuando pudo admirarlo mejor a tan solo unos pasos de él, se percató de que sostenía un pastel de arroz y lo comía con la radiante felicidad en su aura.

Sin pensarlo dos veces, guardó con rapidez el detalle en el bolsillo de su sudadera apretándolo ahí mismo a la par que su mandíbula se tensaba.

— Hola, Jungkookie.— saludó. Continuaba masticando el bocado cerrando sus ojos con ternura disfrutando de su sabor.— ¿Quieres un poco?

— Hola, justo estaba esperándote.— sonrió sin ganas observando la manera en que degustaba.— No gracias.

— ¿Esperándome a mí?

— Obviamente.— pellizcó con suavidad la mejilla del más bajo. Este formó un puchero y acercó el pastel a los labios ajenos insistiendo.

— Come un poco, está delicioso...— pidió acercándolo aún más, esta vez tocado sus labios. Jeon sonrió y accedió a tomar un bocado sintiendo una gran suavidad en su boca que le hizo ocultar sus orbes y volver a abrirlos haciendo reír a Jimin.— Te lo dije...

Caminaron uno a lado del otro hacia el patio, aquel en el que estuvieron hace casi un mes, compartiendo vivencias y comiendo de las hamburguesas que Jungkook se había encargado de llevar consigo.

Actuó como si nada pasara, sonreía intentando ocultar la decepción que lo inundaba. Hace tan solo minutos estaba tan feliz cuidando hasta el más mínimo detalle del empaque y ahora se encargaba de arrugarlo entre su puño destruyéndolo dentro de.

— ¿Así que cantas?— preguntó. Había sido lo único que logró escuchar entre sus miles de pensamientos que lo rodeaban.


Lo miró con curiosidad dejando de lado todo mal sentimiento.

— S-si... acabo de decir que canté con Yoon cuando estábamos en el patio a solas.— rió. Inclinó un poco su rostro buscando la mirada marrón del más alto mirándolo con el entrecejo fruncido.— ¿Qué ocurre? ¿Te sientes bien? Te noto extraño... diferente.

— No ocurre nada.

— ¿Estás seguro? Puedes contarme si algo sucede.

— Nada, en verdad.— lo rodeó con su brazo sobre sus hombros atrayéndolo a su cuerpo y recostando su mejilla en su cabello rubio. Sus fosas nasales se inundaron del delicioso aroma de éste; un aroma floral y con un toque de vainilla muy suave en él. Sonrió de forma involuntaria acariciando con su pulgar el hombro de Jimin.

— Está bien, te creo.

La envoltura vacía que Jimin sostenía, pasó de su mano al bolsillo de su pantalón antes de que llevara su brazo poco más arriba de la cintura de Jeon correspondiendo el abrazo.

— Nunca me habías abrazado.

— No suelo dar abrazos. Siento no haberlo hecho antes.

— Me gustan los abrazos. Puedes sentirte libre de hacerlo cuando quieras.— le miró en segundos fugaces y cuando sus miradas se entrelazaron, inmediatamente bajo a mirar el suelo bajo sus pies sonriendo tontamente y con las mejillas sonrojadas.

Mi Amigo Tourette | JikookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora