VIII

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Cortito... pero dramático.

Sorry bubús unu, _PARK_JEON_ no es _PARK_JEON_ si no hay drama o cursilerías.

——

Es cierto que cuando has pasado por algo que deseabas, tu mundo se vuelve rosa sin importar que. Y muestras tu mejor sonrisa también.

Jimin caminaba a las afueras del instituto escuchando su canción favorita, sonriendo al tiempo que miraba sus pies avanzar pisando algunas hojas que adornaban el suelo rocoso, imaginando la arena tostada que ayer yacía bajo sus pies adoptando sus huellas.

El cielo estaba nublado; gris y sin vida con el viento soplando y moviendo su ropa y cabellos recordando el día de ayer. Sintiendo de nuevo la sensación del viento acompañado de la brisa fría de mar llegando a su cuerpo, calándole por cada poro y el sol y el agua cristalina volviéndose uno.

"— Soy un idiota por no notarlo pero no lo soy lo suficiente como para dejarte."

"— Comienzo a quererte."

Aquellas oraciones jugando en su mente, paseándose de un lado a otro adueñándose de sus sentidos, llevándolo a navegar en un barco a las sombras del sol sobre agua de ensueño.

Se adentro a aquel gran edificio con estudiantes por todos los pasillos. Las conversaciones confundiéndose entre tanta bulla y distintas voces.

Sus ojos divisaron el nombre de su salón y subió un tono más el volumen en sus auriculares con intenciones de ignorar a cualquiera que tuviera intensiones de arruinar su alegre día. Entonces Hwang estaba ahí, en la entrada aguardando por él; con esa sonrisa cínica que saca de quicio a cualquiera y con sus típicos aires de superioridad a la vista de cualquiera que pasara por ahí.

— Oh, miren quien llegó.

Tan rápido su voz áspera y profunda se escuchó por el aula, sus compañeros estaban reuniéndose en frente de él como aves al nido atendiendo a la situación, unos sonriendo y otras perdidas en Kim quien tiró de los auriculares de Jimin lastimándolo en el proceso. Este último solo suspiró pesadamente, bajando la mirada enfadado.

— Llegó el enfermo.— y tres palabras bastaron para apagar su día. Palideció. El miedo se adueñó de su cuerpo acelerándole el corazón, reuniendo lágrimas en sus ojos que amenazaban con resbalar sobre sus mejillas en cualquier momento, obligándole a quedarse quieto o de otra forma caerían.— Entonces es cierto. Mi pequeño amigo...— se acercó abrazándolo por los hombros recargando todo su peso en él.— tiene esta cosa... ¿Cuál es el jodido nombre?

— Tourette.— respondió su mano derecha con voz elevada y gélida mientras cruzaba los brazos y miraba expectante. Los demás plasmaron cara de real asombro comenzando a divagar comentarios entre ellos, "susurros" que llegaban a los oídos de Jimin entrando y quedándose ahí. En cambio sus amigos fingieron exageradas expresiones, como si aquello no lo supieran ya.

— Eso es... Tourette. ¿Cómo diablos pude olvidarlo?— palmeó fuertemente su hombro obligándolo a levantar la mirada y mirare con odio.— Oh diablos, no me mires así.— dijo vacilante tocando su pequeña nariz con su dedo el cual Jimin alejó con un manotazo.— Eres un enfermo. Quizá si lo hubieras mencionado en un prinipio, no hubiese sido tan cruel contigo, tan despiadadamente cruel con un... enfermo.— fingida lástima era el tono con el que hablaba, mirándolo con un mohín en los labios como parte estelar de su actuación.

Los espectadores de su clase rieron. Otros imitaban tics haciéndole daño con tan solo ver a media clase haciéndolo. Y tal vez eso no era lo que más lo dañaba, sino el hecho de saber quién había dicho todo cuando tan solo ayer estaba con él; sentados en la arena, con sus meñiques entrelazados frente al bello atardecer. 

Mi Amigo Tourette | JikookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora