XIX

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Cortito pero lindo.

•••

Semanas después...

La luz del sol apenas se colaba por la tela de las cortinas, regalando una tenue iluminación a la habitación.

Jungkook hace unos minutos había despertado, sonriendo cuando miró a Jimin profundamente dormido a su lado.

Intentando no hacer demasiado ruido, se levantó de la cama yendo a abrir las cortinas, dejando que el sol bañara la piel desnuda del peli azul. Se estiró camino a la cama de nuevo, en dónde recostado se permitió mirarlo dormir, elevando las comisuras de sus labios cuando algún gesto le parecía tierno.

— ¿Estás mirándome dormir?— preguntó suavemente, abriendo apenas sus ojos. Jeon dejó un casto beso en la punta de su nariz.

Acortó más la distancia, posando su mano sobre el torso desnudo, acariciando su piel con sus yemas a un ritmo lento, deleitando su tacto con la suavidad. Prosiguió a trazar los músculos en sus brazos y luego su estrecha cintura a lo que Jimin se giró, dejando expuesta su espalda en busca de mimos.

El castaño se subió a horcajadas sobre sus piernas, sujetando la cintura ajena con ambas manos e inclinándose hasta que sus labios tocaron la piel caliente de su espalda, dejando besos desde sus hombros hasta su espalda baja.

— Me das cosquillas.— dijo entre risas removiéndose bajo el cuerpo de su ahora novio.

— No te escuché, amor.— continuó divertido, siguiendo con lo suyo y picando sus costillas al propósito.

Cuando se cansó, se dejó caer sobre la estrecha pero marcada espalda del más bajo, recargando su barbilla en su hombro, y besando su sien.

— ¿Tienes hambre cierto?

Jungkook asintió cuando sintió su estómago gruñir por el desayuno.

— ¿Qué cocinaremos amor?— Jimin sonrió ante el apodo y se deslizó fuera de la cama, encontrando su sudadera y pantalón en algún lugar del suelo.— Depende de qué tengas en tu alacena.

Tan pronto como habían bajado, uno ya estaba friendo los huevos mientras el otro preparaba el café y colocaba los platos en la mesa.

Jungkook lo volteó a ver entretenido en lo que picana y sonriendo fue a él, asomándose a mirar el progreso del desayuno.

— Hoy te ganaré en la partida.

— Lo mismo dijiste ayer, cuando llegué aquí.— dijo Jimin burlon. Le volteó a ver para encontrarlo mirándolo con una pequeña sonrisa tierna.

Se acercó al más bajo, enseguida quitándole el cuchillo con el que picaba un tomate y arrimó a un lado la tabla de picar.

Mientras Jimin se giraba hasta apoyar sus manos sobre la fría barra, Jungkook le tomó suavemente de su cintura para subirlo sobre la barra acomodándose entre sus piernas.

Park abrió sus ojos sorprendido sin saber que hacer ante la mirada del castaño quien ahora acariciaba delicadamente su cintura sobre el sueter. 

— Lo siento.— se disculpó riendo tímido y acercando sus brazos a su cuello para abrazarlo, sintiéndose mal por haberle golpeado debido a un tic que le había atacado la pierna.

— Estoy bien.— susurró acariciando su espalda y acorrucando su rostro en su cuello.— Te amo.

Jimin abrió sus ojos atónito, alejándose lentamente sin dejar de abrazar su cuello, dejando escasos centímetros de distancia entre sus rostros.

El castaño le miraba con algo cercano a la ternura mientras creaba un lento roce entre sus narices hasta que Jimin se inclinó, cortando aquellos centimetros a la par que Jeon elevaba su mentón para encontrarse con sus esponjosos labios.

— Quemado...— susurró entre el beso sin ser capaz de alejarse completamete de los labios de Jungkook.

— ¿Qué?

Dejando ir la sensación que el beso había creado en ambos, abrió sus ojos como platos, yendo a la estufa en donde el desayuno estaba casi color carbón.

Riendo por la situación, Jimin desde su lugar le pasó unos cuantos huevos más para que los preparara ya que los primeros ya no eran comestibles.

Finalmente, y sin distracciones, el desayuno estuvo listo. Ambos sentados en el sofá, disfrutándolo y atento a la película de acción que estaba en la televisión.

Más tarde, la puerta se hizo sonar junto con una agradable plática entre los padres de Jungkook, justo cuando el mencionado celebraba a lo grande su triunfo.

— Mi control dejó de funcionar...— Jungkook elevó su ceja, acercándose más a su rostro.— básicamente te la dejé fácil.

— Ya di la verdad.— su tono burlón.

— Está bien, está bien.— se resignó rodando los ojos.— Eres bueno, ganaste.— Jeon rió de emoción, dejando un corto beso en los labios de su novio.

— Oh, hola.

— Buenos días, chicos.

— Hola.— saludó Jimin, con un leve sonrojo en sus mejillas.— Estábamos jugando...

— ¡Le gané!

— Hace mucho no te había escuchado decir eso.— bromeó, pero era cierto. Desde que había comenzado a jugar con Jimin, era a duras penas la segunda vez que le había ganado.

— ¡Mamá!

— Ya no seré tan difícil contigo.— dijo Jimin terminando de molestarlo y cuando le dió una mirada de desaprobación, tomó su muñeca y lo atrajo al sillón de nuevo.— Estoy bromeando, juegas bastante bien.

— ¿Lo crees?

Asintió, besando su frente.— Pero no más que yo.

Mi Amigo Tourette | JikookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora